Revueltas árabes. Israel proclama desde españa que la democracia de sus vecinos sería “el mejor garante de paz”


El presidente de Israel, Shimon Peres, proclamó hoy en el Congreso de los Diputados que su país asiste “encantado” a las demandas democráticas de los países árabes porque el avance de la democracia entre sus vecinos sería “el mejor garante de la paz”.
Peres visitó el Congreso de los Diputados y se reunió con el presidente de la Cámara, José Bono, antes de dirigirse al Salón de Pasos Perdidos para pronunciar sendos discursos ante los miembros de la Mesa, los portavoces, diputados y los integrantes de la delegación isarelí.
Bono también se refirió a las revueltas en el mundo árabe para asegurar que los pueblos “necesitan” libertad, democracia y bienestar, “y hemos de cooperar al logro de esas demandas, que han de redundar también en seguridad y estabilidad para nuestros propios pueblos”.
En su intervención, Peres proclamó que Israel es un país democrático que cree en la democracia, y esos mismos valores en sus vecinos serían los que podrían garantizar una paz estable y duradera.
Exhortó, por ello, a los palestinos a volver “inmediatamente” a la mesa de negociación y superar el objetivo de dos estados para perseguir el de “dos estados democráticos, basados en la tecnología”, que conformen conjuntamente un nuevo modelo para el Oriente Próximo “que está despertando”.
En su discurso, Bono expresó el deseo de España de que en los próximos meses israelíes y palestinos alcancen un acuerdo de paz definitivo que consolide la solución de dos estados. “España, no lo dude, prestará su ayuda en ese proceso”, aseguró.
Shimon Peres subrayó que Cisjordania mantiene un crecimiento económico del 7% y “si Gaza se calma también podrá disfrutar de los frutos del crecimiento”.
Para ello,, dijo, sólo tiene que liberarse de la creencia “de que con el terrorismo puede conseguir más que mediante la negociación”, por lo que paz y la libertad en esa región está “en manos de sus propios habitantes”.
Isarel salió de la Franja, aseguró, y no tiene intención alguna de volver a entrar, sólo la pretensión “de que todas las madres, todas, puedan dormir sin el ruido de las explosiones”, y la premisa de que la garantía de seguridad “traerá la paz”.
Shimon Peres comenzó dirigiéndose a los diputados en castellano, y pasó después al hebreo para recordar el “momento decisivo” que vivió la democracia española hace ahora treinta años, en el intento de golpe de Estado de 1981.
Expresó, además, su gratitud a España por haber acogido el florecimiento del pensamiento judío y por su implicación en la historia de Oriente Próximo, cuyas prioridades han cambiado en apenas unas semanas al asistir a movimientos “más espontáneos que organizados, sin precedentes, que han explotado como un geisher desde el centro de la tierra”.
Desde un país en el que escasean la tierra y el agua y en el que “gracias a Dios tampoco tenemos petróleo”, Peres abogó por adaptar las negociaciones de paz a los nuevos tiempos y expresó su disposición a compartir sus innovaciones, como ya ha hecho incluso con otras regiones como China o India, contribuyendo a su desarrollo.
Laz paz podrá conseguirse también con Siria y con Líbano, aseguró, si el primero se resiste a ser “rehén” de Irán, que sólo ofrece “terrorismo y odio”, y el segundo impide que Hizbolá convierta su territorio en un campo de batalla.

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