El Rey reconoce que "la crisis económica ha agudizado la desigualdad social"

  • Alerta del “deterioro de la confianza de muchos ciudadanos en las instituciones” y aconseja pensar a lo grande para "avanzar con ambición".
discurso rey 2019
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EFE

El rey Felipe VI ha vuelto a dedicar una parte importante de su tradicional discurso navideño a recordar que todavía quedan en España secuelas de la crisis económica, que ha agudizado los niveles de desigualdad, algo que se ve con claridad en la falta de empleo “sobre todo para nuestros jóvenes” y en las dificultades económicas de muchas familias vulnerables. El monarca reconoce la tremenda inquietud e incertidumbre que generan los cambios acelerados que sufre la sociedad y que condicionan nuestras vidas, como “la nueva era tecnológica y digital, el rumbo de la Unión Europea, los movimientos migratorios, la desigualdad laboral entre hombres y mujeres o la manera de afrontar el cambio climático y la sostenibilidad”.

El Rey ha tenido unas palabras de recuerdo y solidaridad con todos los afectados por las riadas y las inundaciones que se han generado estos días y que han dejado a mucha gente fuera de sus casas. Frente a esos sucesos, algunos de ellos trágicos, y los retos que traen los cambios profundos de la sociedad, Felipe VI ha mostrado de nuevo su confianza en una sociedad que “ha experimentado una transformación muy profunda, como jamás antes en nuestra historia”, y que ya ha superado en otras ocasiones situaciones tan difíciles como las que ahora puedan darse.

Además del impacto que para la cohesión social de nuestro país supone la revolución tecnológica, el discurso de este año lleva una advertencia directa al “deterioro de la confianza de muchos ciudadanos en las instituciones”, a pesar de que somos un país moderno, con los servicios públicos esenciales como la educación y la sanidad garantizados, y una red de infraestructuras y transportes “de vanguardia”.

Su Majestad hizo hincapié en buena parte de su intervención en el carácter abierto y emprendedor de los españoles, integrados en “una Nación con una posición privilegiada para las relaciones internacionales gracias a su clara vocación universal”. Es más “quienes nos visitan, invierten aquí o deciden vivir entre nosotros, son testigos de todo ello, lo reconocen y lo destacan”.

Queda mucho por hacer

Como ha hecho en otros discursos navideños en los cinco años que lleva al frente de la Jefatura de Estado, Felipe VI ha querido repasar las fortalezas y las debilidades del país en este momento complicado en lo político y en lo económico, para tener “una visión lo más realista y completa de cómo y hacia dónde va el mundo”, consciente de que queda “mucho por hacer, por mejorar y renovar”.

En ese contexto, el monarca no se ha olvidado de hacer una referencia a la Constitución, que el año pasado cumplió cuarenta años y fue la base de su mensaje de Navidad a todos los españoles. Ha recordado que todo lo que en estos años se ha conseguido en España no se ha generado “de manera espontánea”, sino que es el resultado de que millones de españoles “gracias a nuestra Constitución, hemos compartido a lo largo de los años unos mismos valores sobre los que fundamentar nuestra convivencia, nuestros grandes proyectos comunes, nuestros sentimientos e ideas”.

Antes de cerrar su intervención con una felicitación especial a todos los que están lejos velando por el país o quienes en la misma Nochebuena trabajan para prestar los servicios esenciales a la sociedad, Felipe VI quiso dejar una mensaje final de ánimo y fuerza a modo de consejos para seguir adelante a pesar de los problemas: “Tenemos un gran potencial como país. Pensemos en grande. Avancemos con ambición. Todos juntos. Sabemos hacerlo y conocemos el camino…”, aseguró.

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