Presión sobre el nuevo Gobierno

Ribera calma a las grandes empresas tras el recorte de ayudas a la factura eléctrica

La gran industria demanda medidas para abaratar la factura eléctrica.
La gran industria demanda medidas para abaratar la factura eléctrica.
EFE

Las grandes empresas consumidoras de energía se reunieron a finales de año con el secretario de Estado de Energía todavía en funciones, José Domínguez Abascal, para expresar su malestar por la carestía de la factura eléctrica y el recorte en el sistema de ayudas -las subastas de interrumpibilidad- aplicado en los últimos años para abaratar los costes energéticos. Domínguez logró calmar los ánimos. Según fuentes al tanto de la reunión, el alto cargo de Transición Ecológica adelantó que si Pedro Sánchez lograba formar Gobierno, como ha sucedido, tendrá como plan inmediato la aprobación del Estatuto del Consumidor Electrointensivo,  comprometido por los Ministerios de Transición Ecológica y de Industria desde finales de 2018.

El encuentro con los responsables de Energía del departamento que dirige Teresa Ribera -cuya continuidad en el nuevo Gobierno ha sido confirmada este jueves- se produjo con el resultado de la subasta de ayudas celebrada en diciembre sobre la mesa. Para las grandes empresas e industrias, ese resultado fue un desastre: reparto de apenas cinco millones hasta junio de 2020 desde los 525 millones de 2017, los 316 de 2018 y los 195 de 2o19.

En ese ambiente más que caldeado, las empresas e industrias agrupadas en la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE) (20.000 millones de euros de facturación anual y más de 186.000 empleos, entre directos e indirectos) plantearon a Domínguez la urgencia de aprobar ayudas similares a las que benefician a empresas alemanas o francesas. El argumentario de las empresas frente a Domínguez estuvo respaldado con un informe de la consultora Deloitte  y un puñado de cifras clave: el precio medio de mercado de la electricidad en España supera entre 8 y 10 euros MWh los de Francia o Alemania y el diferencial del precio final llega a los 25 euros MWh.

Rebajas en los peajes

Apoyadas en el informe, las empresas reclaman rebajas en los peajes que incorpora la factura eléctrica para pagar los costes fijos del sistema y una hoja de ruta que facilite a los grandes consumidores competir en la UE. Desde el Gobierno, las empresas obtuvieron la promesa de que se beneficiarán de compensaciones por los costes indirectos del CO2 hasta el máximo que autoriza Bruselas, en torno a 280 millones anuales. Todo el plan, admiten las fuentes empresariales, estará condicionado por los próximos presupuestos y las dotaciones que contemplen para la industria.

Para las empresas y la gran industria, el Estatuto del Consumidor Electrointensivo es clave. Es el mecanismo ideal para las actividades más dependientes de la electricidad. El Estatuto depende también también del Ministerio de Industria, pero la llave de la caja está en el departamento que dirige Ribera. El Gobierno, aún en funciones, elaboró un proyecto hace meses, aunque la convocatoria electoral y las pegas de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) y también de Bruselas retrasaron la aprobación.

El Ministerio de Industria ha afinado los borradores para ajustarlos al gusto de Bruselas. En los trabajos ha participado la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación ( Cesce). El organismo ha aconsejado el diseño de nuevos modelos de contratación de energía -bilaterales- que funcionan con éxito en países como Noruega. El proyecto en estudio contempla también medidas como la exención en el pago de los sistemas de capacidad que cobran las eléctricas por tener potencia sobrante que evite apagones.

Las empresas presionan para aliviar su factura energética porque la actividad no acaba de despegar y porque las vías tradicionales para abaratar la electricidad -las subastas de interrumpibilidad- ya no funcionan como aliviadero. Las sombras para la industria se alargan. El posible bajón en la actividad que se desprende de los datos de consumo de energía caen sobre un terreno que aún no se ha recuperado de la crisis.

Los datos sobre consumo eléctrico ilustran ese momento difícil. Los grandes consumidores de energía, con la industria del automóvil y la metalurgia a la cabeza, han teñido de rojo los índices con los que Red Eléctrica de España (REE) toma la temperatura del sistema eléctrico cada mes. Según las estadísticas, de octubre de 2018 a septiembre de 2019, la demanda de las grandes empresas ha caído en conjunto un 4,3%. Es un escalofrío que viene de atrás. Ya en la pasada primavera, cuando apenas se atisbaban los primeros síntomas de enfriamiento, REE alertó de que el sistema registraba "el mayor retroceso interanual desde que se viene elaborando esta serie, el año 2010".

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