Rivera se aferra al cargo en Cs a pesar de perder 47 escaños y 3 millones de votos

Albert Rivera, en la comparecencia tras el 10-N
Albert Rivera, en la comparecencia tras el 10-N
EFE

Los peores resultados en la historia de Ciudadanos no han acabado con Albert Rivera. Al menos por el momento. El líder del partido naranja no ha dimitido tras haber perdido en las elecciones del 10-N hasta 47 escaños, al pasar de los 57 que obtuvo el 28 de abril a los 10 que tendrá en la próxima legislatura. Tampoco ha cerrado la puerta a seguir al frente del partido, que se encuentra en la situación más delicada de su historia desde que debutó en unas generales en 2015. Algo que ha contrarrestado con el anuncio de que convocará un congreso extraordinario que determine el futuro de la formación. Y asegurando que ha tomado nota y que asume la "responsabilidad" de lo ocurrido esta noche electoral.

La debacle electoral de Ciudadanos en este 10 de noviembre ha estado motivada por la desmovilización masiva de sus votantes de hace seis meses. Este domingo, Rivera ha recibido el respaldo de 1.632.763 de personas que han depositado su papeleta en las urnas. Lo que supone haber perdido más de 2,5 millones de votos, ya que en abril alcanzaron los 4.155.665. En resumen, Cs ha caído del casi 16% que obtuvo el 28-A al 6,79% de la actualidad. Lo que es todo un revés a la estrategia electoral que idearon para estas semanas previas al 10-N.

Estrategia fallida

A Rivera no le ha funcionado el plan que idearon en el partido de exponerse mucho a través de redes de Instagram. Con el ejemplo más llamativo del perro Lucas hace tan solo una semana, esos vídeos no han surtido efecto para reactivar a un electorado que no está claro a qué opción se ha marchado. Pero dado que el PP y Vox han crecido con fuerza, especialmente este último, parece que el votante de derecha se ha decantado por las opciones más conservadoras sobre el papel. 

La estrategia de Rivera para este 10-N no tiene nada que ver con la del 28-A, cuando ya mostró un giro a la derecha que le permitió obtener un gran resultado electoral. Una línea que varió a pocos días de que se confirmara la repetición de los comicios, cuando el líder de Cs se ofreció a Sánchez para pactar un posible gobierno que evitara el regreso a las urnas. Esto motivó una cierta contestación interna, como ha podido saber La Información, pero que no supuso una gran crisis como la que tuvo lugar durante el verano de este 2019. 

Desde que la formación decidió negarse a pactar con Sánchez, entró en una crisis que se hizo aún más patente con las dimisiones de Toni Roldán o Francisco de la Torre. Tanto Roldán como De la Torre, a los que se puede sumar a los eurodiputados Javier Nart y Fernando Maura, rechazaron ese giro a la derecha que había dado un partido que nació con una vocación de centro-liberal. Rivera no hizo caso a los críticos y optó por seguir con sus ideas, manteniendo a Inés Arrimadas a su lado y dando todo el poder en el área económico al exvicepresidente de Coca-Cola Marcos de Quinto. Y las elecciones tampoco han avalado estos cambios internos. 

Representación por 7 provincias

La crisis que afronta Ciudadanos por estos resultados tiene dos vertientes. La primera es la pérdida del apoyo que logró en la 'España vaciada', que le permitió ganar fuerza en lugares en los que históricamente se votaba al PP. Esto supuso que se acabara con el mito de que es un movimiento urbano y de grandes ciudades. Pero en este 10-N solo ha podido competir en las circunscripciones con 6 o más escaños debido al poco empuje en las urnas. En total, 3 diputados por Madrid, 3 por Andalucía, dos por Barcelona, y uno en Alicante y otro en Valencia. Es decir, tiene representación por solo 7 circunscripciones de 52.

El otro aspecto importante que deja esta hecatombe es la cantidad de candidatos cercanos a Rivera que se quedan fuera del Congreso. Dos de los más cercanos que no estarán en la próxima legislatura como diputados son Carina Mejías y José María Espejo-Saavedra, a los que se suma José Manuel Villegas, que pierde su escaño por Almería. En esta 'lista negra' están otros nombres ilustres como Miguel Gutiérrez, Fran Hervías, Melisa Rodríguez, Patricia Reyes o Juan Carlos Girauta. 

La anterior repetición electoral ya dio pistas de cómo le sentaban estas convocatorias al partido naranja. En diciembre de 2015, Rivera debutó a nivel estatal con 40 escaños, cuando su popularidad rozaba máximos. Seis meses después, en junio de 2016, perdió 8 diputados y se tuvo que conformar con 32. Pero la situación de entonces no tiene nada que ver con la actual. Y Rivera afronta una etapa inédita desde que es el líder del partido.

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