Rivera tanteará un posible acuerdo con el PP si Sánchez se estrella

    • Ciudadanos quiere evitar que el pacto con el PSOE comprometa sus expectativas electorales.
    • El partido sólo asegura su apoyo a los socialistas hasta la segunda votación de investidura.

Rivera dice que quiere ver a Rajoy antes del día 5 para intentar que no vote junto a Iglesias, ERC y Bildu
Rivera dice que quiere ver a Rajoy antes del día 5 para intentar que no vote junto a Iglesias, ERC y Bildu

El acuerdo entre PSOE y Ciudadanos es lo suficientemente fuerte para mantenerse hasta la votación de investidura, el próximo día 5, pero lo bastante débil para no sostenerse si el candidato socialista fracasa.

El partido de Rivera quiere evitar que el pacto con los socialistas ate en corto su tradicional indefinición ideológica y, por ello, trata de mantener intacto el papel de mediador, sin duda en el que se siente más cómodo. La estrategia es hacer valer sus 40 escaños a partir del día 7 si la investidura, como hoy por hoy es previsible, fracasa: el apoyo del partido naranja no es suficiente en ningún caso para que Sánchez acceda a la presidencia del Gobierno.

En la formación emergente siempre se ha sostenido que es al partido más votado a quien corresponde formar gobierno o, en su defecto, como así ha sido el caso, a aquel que reciba el encargo real. Si Sánchez fracasa, el protocolo establece que Felipe VI podría abrir una nueva ronda de consultas que diese el testigo al ahora presidente en funciones. En ese caso, Ciudadanos se reserva la posibilidad de explorar un posible acuerdo, como ya ha hecho con el PSOE.

Rivera solicitó formalmente este viernes un encuentro con Rajoy antes del debate de investidura para explicarle el acuerdo de gobierno firmado con los socialistas, rechazado por el líder de los populares.

Con este encuentro, según fuentes del partido emergente, Rivera pretendía conocer también de primera mano la valoración del PP sobre las medidas contenidas en el acuerdo. Muchas de ellas, consideran, perfectamente asumibles por los populares y "en consonancia" con las propuestas del documento "Cinco acuerdos para el consenso" que Rajoy le entregó en su última reunión, en Moncloa.Rajoy se pone a disposición de Rivera

El dirigente del PP argumentó el rechazo a mantener ese encuentro en la misma razón en la que basa su negativa a abstenerse en la investidura: que ni siquiera el propio Sánchez le ha "invitado" a sumarse a sus negociaciones de gobierno. "Es más, su único objetivo -según él mismo ha señalado- es echar al Partido Popular (...) Y su programa no es otro que derogar toda la labor que el Gobierno ha llevado a cabo en estos últimos años", reprochó en la carta de respuesta. El tono hacia Rivera era notablemente distinto: cordialidad y disposición para "trabajar juntos" en una propuesta de Gobierno.

El escenario ideal para hacer prosperar el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos sería, a la vista del ya confirmado 'no' de Podemos, la abstención del PP. Los populares, en cambio, mantienen con firmeza la misma postura que expresaron ya desde la misma noche electoral: es a ellos, como partido más votado, a quien corresponde liderar cualquier acuerdo de gobierno. Los socialistas tratan de obligar a Rajoy a que explique por qué rechaza apoyar un pacto, con PSOE y Ciudadanos, que él mismo ha venido promoviendo en su idea de "gran coalición" con estos partidos.

En esta estrategia juega un papel esencial el perfil del electorado de la formación naranja, en su mayoría, votantes del PP desencantados con los últimos años de gestión del partido. Por ello, son conscientes también de que su apoyo con el PSOE puede comprometer sus futuras expectativas electorales y tratan de mantener intacta la condición de "marca blanca" que hasta ahora les ha funcionado.

El documento negociador de Ciudadanos es lo suficientemente moderado para encontrar encaje tanto en el PSOE como en el PP. De hecho, Rajoy no ha tenido problema en señalar las coincidencias que le vinculan a este partido.

Quizás el escollo más destacable, a día de hoy, sea precisamente el mismo que levanta recelos entre los socialistas, la supresión de las diputaciones provinciales. La continuidad del Senado es otro de los puntos que podrían generar más debate en esas hipotéticas negociaciones. El PP defiende este órgano y Ciudadanos quiere eliminarlo.

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