El concurso para licitar la fabricación del nuevo VCR 8x8 se convocará el próximo marzo. La fecha coincide con la agenda que concedió el Consejo de Ministros para los 'demostradores' (o prototipos) fabricados por la UTE formada por GDELS-Santa Barbara Sistema, Indra y Sapa. Antes de finales de 2020, Margarita Robles habrá resuelto el concurso público y la propia GDELS-Santa Barbara suena como el ganador para suministrar con urgencia las primeras unidades para el Ejército de Tierra, según fuentes conocedoras de la licitación.
Para este singular apaño temporal de adquirir un mínimo de unidades operativas lo antes posibles, pocas empresas pueden presentarse por capacidad (y tiempo): será GDELS-SBS quien asuma el primer pedido. Con fábricas en Asturias (Trubia) y en Andalucía (Cádiz y Sevilla) para desarrollar el blindado 8x8 esta firma es la encargada de hacer además los demostradores sobre los que se construirá el modelo definitivo, lo que dificulta que otra empresa pueda acceder a este contrato exprés.
El Ejército de Tierra lleva más de una década intentado sustituir los obsoletos BMR, que fueron retirados de determinadas operaciones internacionales por sus deficiencias y carencias de seguridad para sus ocupantes. No hay que olvidar que en noviembre de 2007, tras la muerte de seis paracaidistas en Líbano, ya se decidió renovar la flota de vehículos del Ejército de Tierra. Y va más de una década de retraso. Además de los BMR, también serán sustituidos los VEC, Lince, RG-31, TOA M-113 y los VCZ por un único modelo de vehículo basado en una arquitectura abierta y modular.
Una solución temporal
El futuro contrato de marzo entra dentro del 'Plan de Renovación de Material de las Fuerzas Armadas' de 2007. La crisis aplazó su tramitación, pero en julio de 2015 se retomó el programa y se autorizó la celebración del contrato para los programas tecnológicos asociados a los futuros vehículos. Según el Gobierno comunicó el pasado julio, la producción del nuevo blindado generará unos 650 puestos de trabajo directos y un millar indirectos, especialmente en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), Trubia (Asturias), Aranjuez (Madrid) y Andoain (Guipúzcoa), donde tienen sus plantas Santa Bárbara, Indra y SAPA.
Tal vez por ello, desde Defensa han pensado en sacar unas pocas unidades adelante en esta primera licitación y luego convocar un concurso de mayor importe más adelante. La idea original era arrancar con la producción de 348 blindados, que se irán entregando progresivamente hasta el año 2025, valorados en 2.100 millones de euros.
Para el gran contrato a largo plazo y con implicaciones industriales nacionales potentes, son conscientes de que el formato de tres empresas, tal y como lo habían diseñado, no funciona. La torre de armas que suena con más fuerza es la llamada Tizona de Navantia-Expal-Elbit, que fue presentada oficialmente en la feria Feindef del pasado verano en Madrid. Ayuda que la torre no tripulada Tizona ya ha sido integrada en el mismo vehículo Piranha V de otras Fuerzas Armadas de la OTAN. Y para la torre pequeña se baraja a Escribano Mechanical.
Santa Bárbara Sistemas, que pertenece a la estadounidense General Dynamics desde 2001, fue privatizada por el ejecutivo de José María Aznar por cinco millones de euros tras rechazar una oferta alemana. La firma norteamericana va en UTE con Indra y SAPA y el pasado verano cuando se gestó el polémico contrato se impuso a otros consorcios como Trium-DRS, formado por las españolas Escribano e Indra y la filial nacional de la italiana Leonardo.
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