La empresa de Monasterio sufre en plena irrupción de Vox: entra en números rojos

  • La entidad Rocío Monasterio y asociados S.L. ha pasado de dos a cinco trabajadores en el ejercicio 2018, en plena irrupción de su partido. 
Rocío Monasterio, de Vox
Rocío Monasterio, de Vox
EFE/Javier López

La empresa de la que es administradora única Rocío Monasterio (Cuba, 1974), la presidenta de Vox en la Comunidad de Madrid y esposa del vicesecretario de Relaciones Internacionales del partido, Iván Espinosa de Los Monteros, ha presentado cuentas en el Registro Mercantil correspondientes al ejercicio de 2018. Y por primera vez desde que se constituyó en 2002 esta sociedad, dedicada hoy a la gestión y administración de la promoción inmobiliaria -y que nació originalmente enfocada a la arquitectura y diseño de interiores y la construcción de obra nueva-, ha entrado en pérdidas. 

El objeto social de la firma está íntimamente relacionado con la actividad profesional de Monasterio, a la que se ha dedicado cien por cien antes de meterse en política en 2014. No en vano estudió Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid, especializándose en Ordenación del Territorio, Urbanismo y Medio Ambiente. De hecho, presume de un brillante expediente académico, lo que le valió varias becas y premios, sobre todo por su proyecto para levantar 3.000 viviendas en Hong Kong. 

Cae más de un 75% de su cifra de negocio

En su empresa, Monasterio y su equipo de cuatro empleados se dedican, según reza la página web, a diseñar espacios que sean "habitables y funcionales", a la rehabilitación de "lugares abandonados, espacios sin vida, lejanos recuerdos de lo que fueron". Los números rojos de su compañía no llegan a 35.000 euros, pero denotan los cambios en una sociedad que ha rebajado drásticamente su cifra de negocio. En concreto ha pasado de 1,2 millones a 255.020.055 euros. Aun así, los empleados suben de dos a cinco trabajadores en nómina.

Rocío Monasterio es nacida en Cuba, el país de su padre. Su madre era española y ambos progenitores eran los propietarios de la Central de Azúcar del Golfo, expropiada por el gobierno cubano. Pasó parte de su infancia en Cuba, pero a temprana edad se trasladó con su familia a España, donde su padre introdujo la franquicia de comida rápida norteamericana Kentucky Fried Chicken.

Es madre de cuatro hijos, residente en La Moraleja (Alcobendas), uno de los feudos de Vox en Madrid. Por cierto, ella misma diseñó en el año 2012 la que hoy es su residencia principal. Casi 600 metros en esta elitista urbanización, en mejor zona que la del popular  Adolfo Suárez Illana, aunque tasados ambos inmuebles en 3 millones de euros. 

Lo cierto es que Monasterio no es novata en un sector en el que lleva trabajando dos décadas, desde que entró para hacer prácticas como proyectista en Ripoll y Asociados, desarrollando viviendas unifamiliares. También estuvo en Miami haciendo prácticas en otro estudio de arquitectura. No es casualidad que su socio laboral sea su compañero de vida y marido, ahora también compañero de partido y padre de sus cuatro hijos. Monasterio, además, lleva casi diez implicada en distintos plataformas conservadoras ultracatólicas. 

Tal vez por eso a quienes la conocen no les extraña su discurso frente al colectivo LGTBI. En diciembre de 2016 suscribió un manifiesto que, entre otros puntos, se lamentaba de la prohibición de las terapias de reorientación sexual para homosexuales. Como reemplazo a la Ley de Violencia de Género, Monasterio ha propuesto una ley de violencia intrafamiliar, "que sea efectiva no sólo en la protección de las mujeres maltratadas, sino también que proteja a aquellos que son víctimas de la violencia en el ámbito doméstico, como niños, hombres y abuelos". En sintonía con las posiciones de HazteOír, ha participado en actos de dicha asociación, como la campaña del autobús tránsfobo de 2017. 

También se ha posicionado en contra del alquiler de vientres. Ha declarado en 'ABC' que "llevaría el Orgullo Gay y fiestas similares a la Casa de Campo", y que el "matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, que el resto serían uniones civiles". Asimismo está en contra de la inmigración ilegal, expresando que todos aquellos inmigrantes sin papeles "deberían ser expulsados". Monasterio igualmente defiende la cadena perpetua para delitos graves.

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