Rousseff apoya investigación por caso Petrobras pero identifica fallas

En una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo del sábado, Rousseff, que podría encarar un proceso de destitución, aseguró que "Brasil necesita esta investigación".

La operación policial 'Lava Jato' (lavadero de autos) investiga por corrupción a decenas de ejecutivos de la petrolera Petrobras, dueños de grandes constructoras y políticos de alto rango, que se beneficiaron de un esquema que inflaba los valores de los contratos para pagar sobornos y financiar campañas y partidos.

Entre los acusados está el extesorero del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), al cual pertenece Rousseff.

No se han encontrado pruebas que incrimen a la presidenta en el caso, a pesar de que fue presidenta del Consejo de Administración de la estatal durante el período más intenso de robos.

Su padrino político y antecesor, el exmandatario Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2011), tampoco ha sido involucrado en la red, aunque sí algunos políticos cercanos a él.

La operación ha recibido críticas que aseguran está políticamente sesgada.

"Hay puntos fuera de la curva que tienen que volver dentro de la curva", criticó la presidenta. Es "imposible" que alguien sea interrogado en base a "rumores".

"Lo mínimo que esperamos es que, cuando hablen una cosa, pregunten alguna cosa, es que lo prueben", subrayó la mandataria.

Rousseff descartó cualquier sugerencia de la oposición sobre manipulación de los fiscales para atacar a sus enemigos, como el presidente de la cámara de Diputados, Eduardo Cunha, que aceptó la petición de "impeachment" -juicio político- (que es analizada por una comisión) mientras enfrenta una investigación por aceptar un soborno de cinco millones de dólares.

"¿Que los controló?", ironizó Rousseff. "Y si el fiscal habla mal de mí, eso me convertiría en una incompetente en el arte de manipular", siguió.

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