Rubalcaba comprende “la lógica del aroma final” de eta pero llama a no debatirlo "antes de tiempo"


El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, enmarcó hoy en “la lógica del aroma final” lo que llamó “efervescencia” de declaraciones sobre el posible final de ETA, pero advirtió de que se está debatiendo sobre ello “antes de tiempo” porque ese momento no se atisba aún “a corto plazo”.
Pérez Rubalcaba clausuró una jornada sobre financiación de la información organizada por la Asociación de Periodistas Europeos, y en el coloquio posterior se declaró abiertamente partidario de hablar “lo menos posible” sobre todo lo relacionado con ETA porque siempre existe riesgo de que los mensajes puedan sonar “contradictorios”.
Es cierto, reconoció, que “la expectativa es la que es”, y que “hace tiempo que no mata”, lo cual no significa que no pueda volver a hacerlo, y que el mundo que rodea a la banda está inmerso en un proceso de discusión interna.
Por ello juzgó “natural” que se haya generado “expectación” entre los ciudadanos y entre los partidos políticos, porque todos saben que el final de ETA, “que nadie sabe cuál será ni cuándo será”, tendrá “efectos políticos” en la medida en que ese entorno podría ser legal, “lo será el día que cumpla la ley”.
Esa “efervescencia” verbal de declaraciones sobre ese posible escenario “tiene cierta lógica”, admitió, “la lógica del aroma final”, pero pese a ello, advirtió de que los partidos se pueden estar “precipitando, haciendo el debate antes de tiempo”.
Precisó, en ese punto, que no atisba el fin de ETA “a corto plazo” y por ello corresponde a los partidos “ser muy prudentes” y mantener el acuerdo antiterrorista y una política que ni ha cambiado ni preve que cambie “en los próximos tiempos”.
El ministro insistió en varias ocasiones en que hablar del final de ETA no contribuye a ese objetivo, y en que la “rumorología”, bien intencionada o no, y que ve procedente sobre todo del propio entorno de la izquierda aberztale, debe ser frenada. Se trata, sentenció, de una especie de “burbuja Batasuna que no conviene al Estado y que conviene pinchar”.
No es el Estado el que tiene que “mover ficha”, insistió, y una vez que se ha dejado claro que las reglas “son las que son” y no se van a flexibilizar, sólo queda “esperar, y nada más”.
En ese sentido, el ministro afirmó con rotundidad que la palabra tregua “ya no vale”, y no se trata de ponerle adjetivos, “ni indefinida, ni verificable, ni extensible…”, porque lo que no vale es “el sustantivo”.
Ajuria Enea fue una teoría compartida por los partidos políticos sobre lo que podría ser un final dialogado de la violencia, subrayó, que todos los gobiernos han intentado, pero eso “era antes” y ahora la posición del Estado es que “a la tercera la vencida y ya no vale”, ahora se exige el final definitivo de la violencia.
Sobre la base de que España ha hecho “un gran esfuerzo y un gran sacrificio” y ha pagado “carísimo” defenderse de la violencia, con muchas víctimas directas e indirectas, una vez que los demócratas “vemos más cerca el final”, es cuando “hay que estar juntos y bien apelmazados, y saber dónde vamos, que lo sabemos”.
A pesar de que ese escenario ya no es válido, el ministro defendió la decisión tomada en su momento de intentar buscar un final dialogado de la violencia y aseguró que ETA ha pagado “muy caro” frustrar esa esperanza, porque su debilidad actual y su división interna nacieron “la noche misma” del atentado en el aeropuerto de Barajas.

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