Rubalcaba: "ETA lo deja porque no le ha quedado más remedio, no porque quiera"

  • El ex Ministro de Interior asegura que el fin de la banda terrorista llegó el 20 de octubre de 2011: "El día que deja de matar, desaparece".
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Cordon Press

"Ha tardado mucho más de lo que hubiésemos querido, pero ha llegado", comenta el Alfredo Pérez Rubalcaba sobre el comunicado del fin de ETA de este miércoles. "Lo dejan porque no tienen más remedio que dejarlo, no porque quieran", ha añadido el ex Ministro de Interior, quien fue una pieza clave del puzle que marcó el fin de la violencia de la banda terrorista en octubre de 2011.

Apenas 10 días después de que ETA publicara una carta en la que reconocía el daño de su actividad terrorista, la banda anunciaba este miércoles su decisión de dar por terminado su ciclo histórico. En la misiva fechada el 16 de abril la banda terrorista comunica que ha disuelto "completamente todas sus estructuras", pero advierte que el conflicto político continúa.

En declaraciones este jueves a Onda Cero, Rubalcaba asegura que ETA desapareció cuando anunciaron el cese definitivo de la violencia el 20 de octubre de 2011, no ahora. "Estaba en nuestra vida porque mataba. El día que deja de matar, desaparece, ya no había nada que hacer" y afirma que, dese ese momento, esas siglas solo han perjudicado a los suyos y a Bildu, su brazo políticos.

El comunicado de hace casi siete años vino acompañado de mucho escepticismo porque se pensaba que era una maniobra de la banda terrorista para influir en próximas elecciones pero Rubalcaba asegura que él "sabía que no era así". "Llevan siete años intentando hacernos creer que lo dejan porque quieren, cuando en realidad lo hacen porque no les ha quedado más remedio que cerrar la barraca", añade.

El exministro tiene claro que el fin de ETA fue la pérdida de apoyo por parte de la sociedad vasca, que era lo que le mantuvo tanto tiempo a flote. "En 2011 vimos a una ETA totalmente aislada, porque se había roto lo que hacía que viviese, su gran apoyo social", ha afirmado. 

"Yo pedí a los cuerpos de seguridad que me hiciesen un cuadro con los etarras que nos quedaban por detener y me hicieron tres cuadros con las caras. Rubalcaba cuenta que cada vez que había una detención, iba a su casa y buscaba esa cara entre las de su cuadro. "Iban quedando muy pocos".

Durante años han sido muy polémicas las conversaciones que el Estado ha tenido con la banda terrorista, una conversaciones que se hicieron "para que ganase el Estado y no la banda, y no me equivoqué", ha asegurado. "Cuando ETA vio que no se iba a hablar con ella de política, ETA puso tierra por medio. El Estado nunca le dio el papel de interlocutora política. Quien perdía credibilidad era ETA, no el Estado".

El socialista afirma que para un Ministro de Interior una tregua tiene elementos positivos "porque tienes que aprovechar que no matan, pero tienes que aprovecharlos mejor que ellos, y prepararte mejor. Cuando terminaban, caían como moscas."

Rubalcaba vivió de cerca la experiencia de la tregua de Aznar en la que este intentó dialogar con la banda terrorista. Por eso, el exministro socialista propuso en el 2000 el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo, conocido también como Pacto Antiterrorista (un acuerdo firmado por el PP y PSOE), porque "lo estábamos pasando muy mal y queríamos mandar un mensaje al unísono de que no nos iban a ganar". Rubalcaba asegura que durante esos procesos de diálogo  no se podía dar garantía de que no iba a haber detenciones porque "no se puede dar garantías de lo que no se puede cumplir. Es humano que una tregua pueda provocar que bajes un poco la guardia".

El exministro insiste en que esas conversaciones no eran sinónimo de negociación. Durante su época al frente de la cartera de Interior desde abril de 2006, tenía reuniones periódicas con todos los partidos políticos en las que les daba información de carácter general sobre los diálogos con ETA. Una información que, asegura, no se le ocultó a la sociedad, al menos "lo esencial".

Pero ETA siempre rompió las treguas cuando el Estado se negaba a darle papel de interlocutor político. "Ellos no querían dialogar, sino imponer y sacar rédito político", comenta Rubalcaba, que añade que era una paradoja puesto que "cuántas más bombas ponían, más diálogo querían". 

Para Rubalcaba, lo más importante es la lectura que se haga de esta historia en el futuro. "Durante mucho tiempo ETA intentó imponer su forma de ver las cosas. Se puede escribir de muchas maneras y tenemos que hacer un esfuerzo por las víctimas de que se haga la correcta porque se pueden hacer muchas lecturas". Pero subraya lo que recientemente ha dicho Iñigo Urkullu sobre el pavor de ETA a cómo se le recuerde en el futuro: "Eta no consiguió nada".

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