Rubalcaba logra con plenos poderes gracias a su 'sprint'

  • En poco menos de ocho meses Rubalcaba ha esprintado en la carrera socialista para pasar de ser la liebre al líder en cabeza. Tiene tres cargos en el Gobierno de Zapatero: vicepresidente primero, ministro del Interior y portavoz.  Ahora también es la cabeza visible de los socialistas de cara a las próximas elecciones generales, es el candidato y para algunos dirigentes históricos como Rodríguez Ibarra "el auténtico líder" del partido.
C. Ibáñez / B. Toribio

Vicepresidente, ministro, portavoz y ahora candidato. Alfredo Pérez Rubalcaba va a ser la nueva cara del PSOE, aunque como él ha dicho lleva 37 años en el PSOE. Después de haber sido el perfecto escudero tanto para Felipe González como para José Luis Rodríguez Zapatero, ahora absorbe todo el poder socialista en sus manos.

Solo le ha faltado un paso más para aglutinar todo el poder en el PSOE, ser secretario general. Un poder absoluto que hubiera conseguido si la vía del congreso extraordinario, pedida por algunos barones regionales liderados por Patxi López, se hubiera convertido en realidad.

La maniobra defensiva de Zapatero, que le ha costado a Carme Chacón quedarse fuera de esta carrera, ha sido la que le ha salvado la vida política al aún secretario general.

De hecho, este mismo sábado Juan Carlos Rodríguez Ibarra consideraba que Rubalcaba tenía que salir del Comité Federal convertido en "el auténtico líder" del PSOE y Zapatero ha pedido a todos los socialistas que le defiendan para que en estos 10 meses se gane la confianza de los españoles con su sprint.

Pero este sábado se escuchaban las primeras voces ante esta acumulación de poder. "Sería lógico que dejase al menos alguna de sus responsabilidades en el Ejecutivo en un plazo razonable", subrayaba el extremeño Guillermo Fernández Vara.

El plazo ideal para Fernández Vara serían cinco o seis meses antes de las generales, para centrarse en su tarea como candidato y "aliviarse" el "cúmulo de responsabilidades" que ahora atesora Rubalcaba.

No todos están de acuerdo con esta tesis. Fuentes socialistas recuerdan que, por ejemplo, el popular José María Aznar en el año 2000 y el propio José Luis Rodríguez Zapatero en 2008, no abandonaron sus funciones de presidentes del Gobierno para ocuparse de la campaña.

En octubre, ya tomaba la delantera

Ha ido ganando metros a pesar de que Zapatero cuando formó su primer gobierno no contó con nadie de la 'vieja guardia' socialista, ni siquiera con él. Pero con el tiempo se ha ganado su confianza e incluso ha estado a punto de moverla la silla de secretario general.

Ya en el pasado mes de octubre, empieza su esprint. El entonces ministro del Interior empezaba a sacarle varios cuerpos de ventaja en la carrera a sus rivales. La "crisis de Gobierno" le colocó en una posición envidiable: pasaba a ser vicepresidente y portavoz del Ejecutivo, además del ministro del Interior.

Esto le garantizaba, al menos, una aparición pública por semana, con lo que su trayectoria pública ganaba más enteros si cabe entre los socialistas. Con los cambios en el Ejecutivo de Zapatero, el futuro candidato socialista empezaba a ver colmados sus primeros deseos.

Al igual que antes lo hicieran Felipe González y el propio Joaquín Almunia, Zapatero tiró de él para intentar poner orden en su Gobierno. Había que atar a los ministros en corto, para evitar que las discrepancias entre ellos se vieran en público.

Sus dotes diplomáticas con sus compañeros han sido claves para su impulso a la cabeza de esta carrera. Una carrera que lidera "por mis ideas, por la gente y por los militantes" porque ellos se lo han pedido para alcanzar la meta del PSOE.

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