Rubalcaba prepara con los barones los planes del PSOE con el 25-N en la mente

  • Después de los malos resultados en Galicia y en el País Vasco, y tras un conato de rebelión interna, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, prepara con los dirigentes territoriales los planes futuros del partido, con las elecciones catalanas en la mente como otro examen tanto externo como interno.

Eva Santos y Antonio Ruiz Valdivia

Madrid, 4 nov.- Después de los malos resultados en Galicia y en el País Vasco, y tras un conato de rebelión interna, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, prepara con los dirigentes territoriales los planes futuros del partido, con las elecciones catalanas en la mente como otro examen tanto externo como interno.

Rubalcaba quiere celebrar el Consejo Territorial del PSOE y el Comité Federal después de los comicios en Cataluña, el 25 de noviembre, y antes de las fiestas de Navidad, según fuentes del PSOE, dentro del proceso diseñado para acelerar la construcción de un proyecto alternativo al actual Gobierno.

Del Consejo Territorial forman parte todos los "barones" del partido, que también están en el Comité Federal -el principal órgano de la formación entre congresos- junto a otros 200 dirigentes representativos de todas las federaciones y corrientes.

Por eso, de esas dos citas de máximo nivel en el PSOE podrá salir una radiografía fehaciente del apoyo interno que suscita el actual líder socialista después de haber sido cuestionado en algunos sectores por el revés electoral en Galicia y el País Vasco.

Una foto panorámica de los respaldos con los que cuenta Rubalcaba más allá de los se que pudieron visualizar el pasado lunes en la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal, en la que consiguió un aval casi unánime por parte de sus dirigentes más cercanos.

El factor más desestabilizador de su mandato en estos nueve meses lo personifica el presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE, José Antonio Griñán, cuyas intenciones causan dudas y temor en el núcleo duro de Ferraz, sobre todo después de que dijera que Rubalcaba no debe atrincherarse en la Secretaría General hasta 2016 e incluso no se descartara él mismo para sucederle.

De momento, y tras la Ejecutiva del lunes y el toque a rebato de la dirección para cesar el "ruido interno" durante este periodo electoral, el debate interno se ha rebajado, al menos públicamente.

Hizo falta, eso sí, que el propio antecesor de Griñán en la Presidencia de la Junta, del PSOE y en la Secretaría General del partido en Andalucía, Manuel Chaves, saliera a pedir cohesión y estabilidad y un apoyo "sin reservas" hacia Rubalcaba.

Y es que el PSOE tiene hoy por hoy otros frentes abiertos: los comicios catalanes y la recomposición de las fracturas internas del partido en Galicia, donde la debacle electoral ha aumentado el ruido de sables contra el candidato Pachi Vázquez.

Sin olvidarse de que, en el ámbito estatal, el PSOE tiene que configurar una oferta programática que ilusione a la ciudadanía y hacerlo rápidamente, según palabras del propio Rubalcaba, y también tiene pendiente la celebración de unas primarias para elegir a su futuro cartel electoral.

Teniendo en cuenta que faltan todavía tres años para las elecciones generales, la dirección federal cree que sería conveniente esperar al menos un año más para designar al candidato a la Moncloa, aunque desde otros sectores del partido se está presionando para adelantar el calendario.

Desde los más cercanos al líder del PSOE se sostiene el argumento de que Rubalcaba y su Ejecutiva llevan menos de nueve meses de mandato y que no se puede poner en duda su gestión "cada dos por tres", sin darle un tiempo para que cuaje su figura y su oferta política.

Menos aún teniendo en cuenta la proximidad de otros comicios, en este caso los catalanes, que, según todas las previsiones electorales, van a suponer un nuevo batacazo para los socialistas.

Además de las perspectivas nada halagüeñas de sillones en el Parlament (perderían entre seis y diez escaños, de acuerdo con los sondeos), en los últimos días se ha abierto una nueva fricción interna, con la inclusión en el programa del PSC del derecho a decidir, pese a oponerse radicalmente a la independencia.

El propio Rubalcaba salió al día siguiente a posicionarse en contra, si bien quiso dejar claro que el PSC y el PSOE son distintos partidos que están asociados.

Su postura ha sido compartida por la mayor parte de los dirigentes territoriales del partido, e incluso algunos han ido más allá, como el ex presidente del Congreso José Bono en cuya opinión deberían ser expulsados del PSC todos aquellos que no estén "por la unidad" de España.

Para apagar el pequeño incendio surgido a raíz de esta división de pareceres, Rubalcaba y el líder del PSC y candidato a la Generalitat, Pere Navarro, se esforzaron en subrayar en un desayuno informativo las buenas relaciones que había entre los dos partidos "hermanos", que seguirán juntos pase lo que pase.

Ante este panorama revuelto, Rubalcaba está manteniendo conversaciones constantes y contactos con todos los dirigentes territoriales a fin de engrasar la maquinaria socialista y que vaya cogiendo velocidad en los próximos meses, decisivos tanto para el partido como para el propio líder.

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