Rubalcaba quiere reformar la Constitución para que la sanidad sea un derecho

  • El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha apostado hoy por reformar la Constitución para que la sanidad pública sea un derecho fundamental igual que lo es la educación, de tal forma que deje de ser considerada un "principio orientador" como es en la actualidad.

Madrid, 6 dic.- El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha apostado hoy por reformar la Constitución para que la sanidad pública sea un derecho fundamental igual que lo es la educación, de tal forma que deje de ser considerada un "principio orientador" como es en la actualidad.

Lo ha dicho en una conversación informal con periodistas durante la recepción oficial con motivo del treinta y cuatro aniversario de la Constitución, que se celebra en el Senado, en la que ha señalado que la sanidad tiene que ser un derecho que se incluya como artículo 27 bis de la Carta Magna, "al lado de la educación".

Sobre las declaraciones del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuando se ha referido al número de cotizantes a la Seguridad Social, el líder socialista ha señalado que no debe olvidar que el número de cotizantes llegó a ser de veinte millones y, además, ha subrayado, hay un dato preocupante a tener muy en cuenta: por cada pensionista sólo hay dos trabajadores.

De esta forma se ha referido a la cifra que ha aportado el jefe del Ejecutivo al señalar en las declaraciones que ha hecho al llegar al Senado que en 1996 trabajaban 12,5 millones de personas y hoy son diecisiete millones pese a la crisis, una cantidad, no obstante, que Rubalcaba ha rebajado hasta los dieciséis millones.

Muchos dirigentes socialistas se han pronunciado sobre la propuesta de Rubalcaba para que la sanidad sea un derecho fundamental y todos ellos han coincidido en respaldar la medida.

Fuentes socialistas han confirmado a Efe que lo normal será que la iniciativa se incluya dentro de un paquete más amplio para modificar la Carta Magna, como por ejemplo la sucesión en la Corona, si bien han reconocido que no hay pensada una fecha concreta para plantearlo.

Para la portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, cualquier cambio que se establezca en la Constitución tiene que hacerse al menos con el mismo consenso básico con el que se aprobó, lo que requeriría el acuerdo entre los dos partidos mayoritarios.

A su entender, la Carta Magna sigue teniendo validez y no es necesario "manosearla" demasiado, sino respetarla y cumplirla.

Y es que, según ha dicho en el acto institucional de aniversario de la Constitución, el Gobierno del PP está utilizando la crisis como excusa para modificar derechos sociales y servicios públicos, pasándose por alto algunos de los preceptos constitucionales, como el de la educación.

Más crítico ha sido el presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE, José Antonio Griñán, para quien el consenso del Estado social y de derecho que instauró la Constitución se ha roto en el último año debido a las leyes aprobadas por el Ejecutivo de Rajoy.

Griñán ha ilustrado sus reproches con la reforma laboral o los recortes en sanidad y educación públicas.

Aunque su criterio es que la Constitución sigue siendo "enormemente válida" y que no es necesario reformarla "de arriba a abajo", sino cumplirla, Griñán ha precisado que, no obstante, sí hay que hacer algunas modificaciones, por ejemplo para cerrar el modelo territorial.

También hay que hacer cambios, a su entender, para evitar que el sector financiero esté hundiendo la economía real o que se estén subiendo impuestos a todos los ciudadanos y se estén quitando los de la banca.

El secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha y alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, ha convenido en que "no hay que poner patas arriba" el texto constitucional, que ofrece una base muy sólida de convivencia a los españoles.

García-Page ha recordado que no hay una alternativa global a la Carta Magna, pero sí que admite retoques para su mejora en algunas cuestiones concretas, que deben abordarse con tiempo, ha dicho, convencido de que ahora "no hay que ponerse más nerviosos" que hace 34 años, cuando se aprobó.

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