Sáenz de Santamaría es la favorita entre los votantes del PP... y también de C's

  • José Pablo Ferrándiz analiza en 'La década del gran cambio' el paso del bipartidismo al cuatripartidismo y desgrana las preferencias de los votantes.
Sáinz de Santamaría
Sáinz de Santamaría

José Pablo Ferrándiz analiza en el libro 'La década del Gran Cambio' (Biblioteca Nueva) las transformaciones en las tendencias sociológicas en los últimos años, el 'sorpasso' del bipartidismo al cuatripartidismo y los cambios en la realidad política tras "la inteligente y maestra jugada de Pedro Sánchez que le ha colocado en la Moncloa y ha cambiado el rumbo del PSOE". Advierte Ferrándiz, investigador principal de Metroscopia que, como dijo Ortega en su día, "toda realidad escondida prepara su venganza". PP y PSOE la obviaron y lo pagaron. "Cuatro partidos por encima del 10% incluso ahora del 15% se van a mantener, de hecho Podemos, que está en situación de debilidad cuenta con un suelo cercano a este porcentaje", destaca Ferrándiz.

La llegada del cuatripartidismo fue avisada por la opinión pública antes del 15M, al igual que el hartazgo de los votantes del PP (más aún el resto) con Rajoy "que nunca fue apoyado por los suyos y fue de suspenso en suspenso". Una constante que no auguraba un final feliz para él y ha desembocado en la primera moción de censura exitosa de toda la democracia. Y en una batalla entre las filas del PP, con candidatos por doquier, tras la espantada de Feijóo, reacio a ser escudriñado sin fin.

Soraya, la preferida por el centro derecha... incluido C's

Para ver la realidad del PP hoy es bueno mirar al pasado. Fue elegido a dedo por Aznar. Un hecho que erosionó su legitimidad dentro y fuera. Rajoy, tras perder dos veces con ZP,  logró la mayor victoria electoral del PP, pero a los 100 días de Gobierno su valoración ya cayó en picado. "Nunca fue querido por los votantes, ni siquiera los suyos". Apostaron por él contra Zapatero. De la misma forma advierte que el PP puede volver a cometer el mismo error si cierra filas ahora en su búsqueda por el liderazgo. Según los datos demoscópicos, "en la pugna por la presidencia del PP, Casado es escasamente conocido más allá de los círculos madrileños, Cospedal está íntimamente ligada a los casos que recuerdan lo peor del PP, mientras que Soraya es la favorita entre los votantes (que no militantes) del PP. Y lo que es más importante, de Ciudadanos, la formación que le ha arrancado más de un 20% de votantes de centro derecha". Todo un aviso a navegantes.

Esta es la razón por la que Soraya, consciente de su escaso gancho entre las bases, ha dejado claro que "los militantes deben votar a la persona que más rápido les lleve a la Moncloa". De cara a la opinión pública ella (pese a su cercanía con Rajoy) ha salido impoluta en los casos de corrupción, un hecho que, paradójicamente, es un hándicap dentro del partido que valora a los que dieron la cara. "A Santamaría no le ha pasado factura su actuación en Cataluña porque su fracaso se achaca a Rajoy". Es lo que dice la sociología demoscópica. Por eso Cospedal abandera lo contrario. Es decir, que sufrió dando la cara por las siglas del PP aunque ella quien echó a Bárcenas, cuyo pago en diferido la perseguirá.  "Espero que no me pase factura", se ha apresurado a declarar, en un mensaje que no va a los militantes, sino a los votantes.

El otro candidato de más peso es Pablo Casado. Su máster también puede ser un obstáculo. Él es consciente de su "poco cartel más allá de los cenáculos madrileños así que ya ha empezado su camino en la búsqueda de votos", al estilo Sánchez, es decir, carretera y manta. Su propuesta no quiere herir sensibilidades por lo que adereza su discurso con la idea del respeto a los mayores y la cúpula del PP. Su bandera serán la juventud (ya ha hablado de su edad y de su mayor capacidad para conectar con las nuevas generaciones) y la regeneración. Los nuevos cachorros del PP son su gran apoyo.

Más allá de la batalla habrá que pensar en la estrategia del PP con Sánchez en el poder. Las primeras reacciones, con Hernando a la cabeza, han recordado a la oposición postraumática del 11M, ahora frenada por la lucha interna."Se equivocaría el PP si comienza una batalla por la legitimidad como en 2004. La sensación, incluso entre sus votantes, es de alivio porque Rajoy se fue", destaca Ferrándiz. También lo haría Ciudadanos si se desmoraliza pensando en no llegar ya al Gobierno, "más de un 20% de votos sería un gran resultado para ellos, pese a que se vieron en Moncloa", destaca el experto, que no cree que el PP recupere con facilidad a los que se fueron.

Y si el PP vive ahora en su laberinto, con grave riesgos de crisis internas penalizadas siempre por el electorado, no hay que olvidar el gran hándicap del bipartidismo, "que no volverá, aunque ahora coja aire con Pedro en el Gobierno y el PP en proceso de regeneración". Si algo tienen que tener claro es que han perdido el voto joven y urbano que tiende a votar a Ciudadanos y Podemos con los que se identifica más. No solo hablamos de una brecha generacional, sino también territorial. Las zonas rurales y los jubilados son territorio PP, mientras que el PSOE recuperará terreno en todos los ámbitos ahora en el Gobierno (antes de estar en él no lideraba ninguno).

En su libro, Ferrándiz deja claras claves que pueden sorprender a la opinión pública, pero que marcan algunas de las propuestas del resto de partidos. La primera, ese 'nosotras' de Podemos que no es otra cosa que una táctica política tras la que se esconde un dato: las mujeres no votan a Podemos, sino al PSOE, "fueron ellas las que dieron la victoria electoral a ZP en 2008". Porque la batalla de las castas sigue sin cuajar y pierde peso con la recuperación económica. De hecho, con lo datos en la mano, el proletariado también prefiere la opción socialista, de hecho las comunidades más pobres apuestan por el PSOE.

El nuevo efecto Sánchez

¿Ha cambiado todo con la llegada de Sánchez al poder? Ferrándiz cree que hay que mantener la cautela. "El electorado del PSOE es hipotenso, como decía Rubalcaba se ilusiona con la misma facilidad que se decepciona, por eso su grado de fidelidad siempre es muy inferior al del PP. Puede caer por debajo del 50% y de golpe pasar al 80%". Inestable, pues. Ahora pide acabar la legislatura, un guante que ha recogido Sánchez, siempre atento a lo demoscópico.

Pase lo que pase, el investigador de Metroscopia destaca el valor que tiene que una sociedad como la española haya cambiado las reglas de juego sin que se haya llevado a cabo una reforma electoral, que favorece al bipartidismo. Eso demuestra su deseo de cambio. No se la escucha en cuanto a su permanente petición de pactos. "Es cierto que el enfrentamiento derecha e izquierda ha vuelto con fuerza, pero nunca se fue. La sociedad sigue teniendo idealizada la Transición y quiere acuerdos, pactos. "Penalizará al que busque la crispación". Como dijo Ortega. "Toda realidad escondida prepara su venganza". Los partidos tradicionales no fueron capaces de verlo en su día y lo pagaron. ¿Lo harán ahora? ¿Acertarán el PP con su nuevo liderazgo y el PSOE en el Gobierno?

LA SOCIEDAD HABLA EN LAS ENCUESTAS

Claves del futuro que dejan ver los análisis demoscópicos

1. CIUDADANOS NO ESTÁ MUERTO... SI NO DESESPERA
El efecto Sánchez y el adiós de Rajoy puede dar alas a pensar que C's está muerto. Algunos datos demoscópicos lo desmienten. El primero. El 69% de los españoles tenía claro tras el 20D que sería bueno que gobernara un partido que no fuera PP o PSOE. Ahora Sánchez ha dado la vuelta a los sondeos, pero esa percepción está soterrada. Junto a otra. Un 59% ve en algún momento a Rivera presidente. Solo el 23% ve a Iglesias. Andalucía será clave para medir la fortaleza de C's, si adelanta al PP este tiene un problema serio.

​2. LA BRECHA GENERACIONAL ES EVIDENTE: LOS JÓVENES QUIEREN CAMBIOS
De los 7,2 millones de votantes del PP, solo un 11% fueron jóvenes. Y al PSOE le salvó del sorpasso el voto femenino de entre 55 y 64 años. El 20D, un tercio de los electores entre 18 y 34 años dieron su voto a Podemos  y un 17% a Ciudadanos.  Casi el 60% de los mayores de 65 años votaron PP y PSOE. El voto urbano, cualificado y joven vota a los nuevos partidos. 

3. LOS PARTIDOS QUE BUSQUEN CRISPACIÓN PERDERÁN A LA LARGA

​Un 70% de los españoles está dispuesto a aceptar el acuerdo, coalición o pacto poselectoral que decida el partido por el que había votado. De hecho, un 44% de los votantes de Podemos reconocen que les votaron por enfado y solo un 29% por cercanía ideológica. Esos tiempos han cambiado. 

​4. ¿LOS ERE HARÁN DAÑO AL PSOE? MENOS QUE GÜRTEL AL PP
Las elecciones andaluzas serán claves para el futuro. La pregunta es. ¿Harán daño al PSOE de Sánchez? El 78% de los votantes socialistas no cree las explicaciones de los dirigentes, pero el 55% tenía claro que en los ERE sí eran un grupo de personas las que se habían lucrado aprovechándose del partido. Sólo el 26% lo pensaba en el caso Bárcenas. 

5. LOS ESPAÑOLES SIGUEN CONSIDERANDO A LOS PARTIDOS UN PROBLEMA
Tras las elecciones del 26J un 82% de los españoles definía su estado de ánimo ante la opinión pública con los calificativos "decepción, engaño, malestar, indignación, cansancio o vergüenza". En el barómetro del CIS del 2009 por primera vez, los españoles situaron a la clase política entre los cinco problemas principales de España. En 2011, eran el tercer problema. 

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