Sánchez asume el fracaso y que no habrá otra oportunidad pero amarra el liderazgo

    • La dirección del PSOE afronta el debate con ánimo de derrota. "Esto no da más de sí", admite un cargo socialista.
    • Sánchez tratará de negociar después del 5-M, pero se asume que pueden no presentarse nuevas oportunidades.

Sánchez, con Luena y Hernando, en una sesión en el Congreso.
Sánchez, con Luena y Hernando, en una sesión en el Congreso.

Con ánimo bien distinto al que se presupone para una investidura, Ferraz encara las sesiones en el Congreso con varias cosas asumidas: primero, que la presidencia para Sánchez sigue estando tan lejana como en la noche del 20-D. Segunda, que con toda probabilidad, ésta sea la primera y última oportunidad de hacer acercarse a ella.

El candidato Pedro Sánchezescenifica esta semana en el Congreso la estrategia con la que los socialistas afrontaron el encargo del rey de formar gobierno:vía abierta para negociar hasta el final. Voluntad negociadora por encima de los egos particulares de Rajoy e Iglesias. Capacidad para encontrar puntos comunes, a izquierda y derecha.

No se esperan grandes sorpresas en su discurso de investidura. Tampoco en el de sus rivales. Sánchez fogueó ayer su penúltima bala, con una oferta in extremis a Podemos, sus confluencias, IU y Compromis, sin salirse del programa trazado con Ciudadanos. Recibió el rechazo de Iglesias, el enfado de Rivera y la confirmación de que la maniobra de atraerse a unos y otros no tiene salida. Las posibilidades de acuerdo están agotadas

La última intentona del socialista será este martes, con una intervención en la que presionará a Iglesias a elegir el gobierno "del cambio" o el continuismo con las políticas del PP. Sánchez lo planteará a modo de ultimatum, para urgir a Iglesias a mover ficha antes del viernes a las once de la noche-hora prevista para la segunda votación de investidura. Una estrategia que, asumen, está liquidada de antemano. "La sensación es que no da más de sí, pero hasta el último minuto cuenta", admite un cargo socialista.

No ocultan tampoco que la maniobra, fracasada, ha servido a Sánchez para "amarrar la pelea interna". El líder socialista ha sabido manejar los tiempos y las negociaciones para convencer a la militancia. Y, al fin y al cabo, es esa militancia la que votará también el próximo mayo para decidir al futuro secretario general del partido.

El resultado de la votación para avalar a Sánchez en sus negociaciones ha obligado a la presidenta de la Junta de Andalucía a amagar un salto que tiempo atrás veía despejado. Incluso entre las propias bases se advierte a Díaz de que no tendría fácil ganarse el favor de la militancia, vista la capacidad de negociación que Sánchez ha tenido en su ensayo de 'presidenciable'.Última oportunidad

El PSOE ha advertido a Podemos de que puede que, tras el día 5 no haya nuevas oportunidades. El aviso podría sonar también a ultimatum, pero es una sensación creciente en Ferraz de que las negociaciones posteriores, de existir, serán aún más complejas. Pese a que los de Iglesias insisten en la mano tendida, un nuevo acuerdo, esta vez con la izquierda, precisaría de la abstención de los independentistas-repudiada por los barones- y recibiría el portazo indudable de Ciudadanos.

Sería entonces cuando el Rey volvería a controlar los tiempos, ya en descuento hacia la disolución automática de las Cortes. Las opciones para Felipe VI son todas ellas inciertas: podría presentar un nuevo candidato, pero ninguno reúne, a la vista está, las sumas necesarias. Podría iniciar una nueva ronda negociadora, la tercera, para tratar de motivarles a un acuerdo que evite elecciones. O podría, la más plausible, esperar a que un candidato le presente, bien amarrado, un acuerdo definitivo de investidura.

Ni los de Sánchez ni los de Iglesias parecen, incluso tras la investidura fracasada, dispuestos a explorar nuevas cesiones. El margen de maniobra es mínimo. Los cinco documentos presentados ayer por Sánchez no incorporan ninguna de las reclamaciones 'conflictivas' con Podemos: referéndum, artículo 135, reforma laboral. Imprescindibles para que el partido emergente se siente a considerar posibles acuerdos.

Dos meses más y elecciones. Es el destino que los socialistas tratan de evitar ahora. "No me resigno a que las fuerzas del cambio no sumen", dijo Sánchez durante su intervención ante el comité federal. Los dirigentes socialistas han salido en tromba en las últimas horas. "Podemos tiene que elegir", "el tiempo se agota", es el argumentario. Tic tac a nuevos comicios. Y vuelta a empezar.

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