Sánchez busca un 'pata negra' para tratar con Cataluña... y el resto de autonomías

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez
EFE

Las promesas a Cataluña para acabar con el "conflicto político" y conseguir la abstención de ERC van a motivar un impulso a ciertos departamentos del Gobierno que aspira a presidir Pedro Sánchez. Es lo que ocurrirá con el Ministerio de Política Territorial (y Función Pública), que en la próxima legislatura tendrá un gran peso dentro de la estrategia para reforzar las relaciones con las comunidades, según han señalado fuentes socialistas a La Información. Todo porque Sánchez quiere evitar que los presidentes autonómicos puedan quejarse de que se prioriza a la región catalana por encima del resto y a Quim Torra se le da un trato que ellos no reciben. Por ello, está buscando en el PSOE a un 'pata negra' de su máxima confianza, que le permita demostrar "que se preocupa por estas cuestiones", según las mismas fuentes.

Este departamento, que cumplía la función del histórico Ministerio de Administraciones Públicas, fue ideado por Sánchez en junio de 2018 para darle más importancia a las relaciones con Cataluña. De ahí que la encargada de inaugurarlo fuera la catalana Meritxell Batet, que salió del mismo en mayo de este año para pasar a ser la tercera autoridad del Estado en la presidencia del Congreso. Ahora se afronta una nueva etapa, en la que el líder socialista ha prometido que existirá "bilateralidad" con todas las comunidades. Lo que supone darles el mismo peso en las relaciones que el que se da a la Generalitat, a pesar de que el PSOE ya ha asumido que existe un "conflicto político" dentro de sus negociaciones con ERC para lograr su abstención en la investidura.

Recuperar "lo que no se hizo con Rajoy"

Esto va a suponer que Sánchez tenga que dar ciertos pasos y tomar ciertas decisiones de calado. Lo primero que hará, según las fuentes consultadas, es la de "mostrar la voluntad" de que se tiene en cuenta a las comunidades. "El presidente demostrará que se preocupa por algo que el anterior Gobierno no". Una referencia a la gestión de Mariano Rajoy en el ámbito territorial, al que acusaron de "dejar de lado" temas tan sensibles como Cataluña o el resto de comunidades que no eran gobernadas por el PP. "Lo que se quiere recuperar es algo que debería ser normal y que dejó de serlo cuando estaba Rajoy. El impulso es solo para volver a la normalidad institucional", aseguran fuentes socialistas.

Dicha apuesta por la 'bilateralidad' implica que Sánchez se reúna cada cierto tiempo con todos los presidentes, ya sea de manera individual o en reuniones con todos ellos. Esta última variante supondría recuperar de manera efectiva la Conferencia de Presidentes, recogida en la ley y que no se ha convocado desde hace casi tres años. El último que lo hizo fue precisamente Mariano Rajoy, pero al encuentro de enero de 2017 no asistió el president de entonces, Artur Mas. La promesa del jefe de los socialistas a sus homólogos autonómicos es la de sentarse a la mesa cada año. Algo que no sería excepcional, ya que la legislación contempla que las convocatorias sean anuales.

El 'misterio' del designado

La siguiente prioridad es la de elegir al 'mediador' de Sánchez con las comunidades. Este será su nuevo ministro de Política Territorial, cartera que adquirirá un peso similar a las de Estado, como Defensa o Interior. Por eso se ha descartado por completo que el titular del mismo vaya a ser de Unidas Podemos, ya que el líder del PSOE no quiere dejar en manos de los de Pablo Iglesias un puesto que considera especialmente relevante para los próximos cuatro años. Quien se pondrá al frente será un 'pata negra', como se ha conocido históricamente a los 'barones' socialistas. Pero dado que las relaciones del jefe del Ejecutivo con sus líderes regionales no son muy buenas, el nombre saldrá de su círculo más cercano.

El misterio está en quién será el elegido. El nombre está envuelto en el secretismo, como casi todo lo que rodea a la negociación del Gobierno de coalición. Tras la salida de Batet del ministerio y por el carácter provisional del Ejecutivo, de las relaciones con Cataluña se ha ocupado personalmente la vicepresidenta, Carmen Calvo. Pero hay otro cargo a tener en cuenta y que ha ocupado el hueco que dejó la actual presidenta de la cámara baja. Se trata de Nacho Sánchez-Amor, que continúa siendo el Secretario de Estado de Política Territorial. Un cargo socialista que viene de Extremadura y que es de la confianza de Sánchez. Aunque su experiencia en la comunidad extremeña fue bajo el ala del actual presidente, Guillermo Fernández-Vara, que no es de los más afines al líder nacional.

Toda esta nueva estrategia ha dado sus primeros pasos este mismo martes con las llamadas de Sánchez a los presidentes autonómicos. En estas comunicaciones es donde ha insistido en la 'bilateralidad' antes mencionada, buscando que todos vean que no se va a priorizar a Cataluña en cuestiones como la financiación autonómica. Una con la que ya se ha avanzado en este sentido es País Vasco, al haberse empezado a discutir la posibilidad de aumentar las transferencias a la región que preside Iñigo Urkullu. A lo que hay que sumar la negociación del nuevo Estatuto de autonomía vasco.

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