Sánchez cierra la cumbre de la OTAN con mano tendida a Feijóo y lejos de UP

Esta mañana Moncloa celebra el éxito de la cumbre de Madrid. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado estos dos últimos días para hacer valer su papel de anfitrión y lanzar así dos claros mensajes en clave nacional e internacional. En primer lugar, España es un socio fiable y estratégico con el que se puede contar. Por otro lado, será necesario llevar a cabo un cambio de mentalidad en nuestra política presupuestaria de defensa, con fuertes incrementos de inversión. Así, con este giro, Sánchez tiende la mano al PP de Alberto Nuñez Feijóo en detrimento de sus socios habituales, que son contrarios a la organización militar. 

Las 33 delegaciones de los territorios que han asistido a la cumbre de la OTAN han despegado este viernes hacia sus países de origen. Han sido dos días intensos de reuniones que han permitido al Gobierno de España lograr tres objetivos que parecían poco factibles antes de la cita: el reconocimiento implícito por parte de la organización de proteger Ceuta y Melilla en caso de invasión, el desembarco de dos nuevos destructores de EEUU a la base naval de Rota (que animará económicamente la Bahía de Cádiz) y, por último, el fin del veto al ingreso de Suecia y Finlandia a la OTAN por parte de Turquía. Una decisión, esta última, que ha convertido la cumbre de Madrid en "histórica", como así la han definido varios líderes.

No obstante, la decisión de más calado para los intereses de nuestro país fue el acuerdo entre Sánchez y Biden de enviar dos buques destructores a la base norteamericana de Rota. Una realidad que aún depende de una serie de acontecimientos que tendrán que ir encadenándose a medio plazo. Primero, es necesario aún un informe jurídico de EEUU (que tardará en llegar "en unas semanas") y, después, que el Consejo de Ministros lo apruebe para que sea remitido al Congreso, que será el último escollo para dar luz verde al plan. Una medida que tendrá el 'sí' de los populares en la Cámara Baja, como así lo han confirmado, siendo este el primer gran decreto que apoya el nuevo PP de Feijóo.

Hace dos semanas, el PP envió a Moncloa una propuesta, al que se refirieron como un 'Pacto de Toledo de Defensa', con el que lograr cinco objetivos: la garantía de protección de todo territorio nacional (con particular atención a los territorios no peninsulares); reforzar la participación española en los esquemas de seguridad colectiva (sobre todo de la OTAN); impulsar la defensa común en el marco de la Unión Europea y en complementariedad con la OTAN; modernizar las Fuerzas Armadas y mejorar las condiciones del personal militar; y, por último, garantizar una adecuada financiación de la defensa nacional. Unos propósitos que, en gran parte, se han conseguido tras la cumbre celebrada en Madrid.

Europa Press

Fuentes internas del Partido Popular aseguran a este periódico que "nosotros estamos donde siempre están las políticas de Estado que se basan en la lealtad y la coherencia. Nos deben trasladar una propuesta concreta y nosotros la estudiaremos. Nosotros no improvisamos porque nuestras medidas son conocidas. Estamos donde estuvimos siempre, no nos hemos movido". Un mensaje que choca con el que traslada su socio de coalición, Unidas Podemos. "La pregunta que nos hacemos es de dónde va a salir el dinero para la inversión militar". Una incognita que otros dirigentes del partido morado han despejado, apuntando a una inminente reducción de la inversión en sanidad.

Una crítica a la que Moncloa resta importancia, encuadrándola como un roce más de los que ha sufrido la coalición durante la legislatura. De hecho, así se puede apreciar en su declaración conjunta firmada con el país norteamericano el pasado martes. "España y Estados Unidos están firmemente comprometidos en proporcionar a la OTAN fuerzas y capacidades alistadas, fortalecer sus lazos transatlánticos y garantizar un enfoque de seguridad de 360 grados, en particular mejorando la relación con socios mutuos, como la Unión Europea". 

Todos los miembros de la organización transatlántica se han comprometido en aumentar en los próximos años su gasto en defensa hasta un 2% del PIB. Un escenario que, según las encuestas, apoya la gran mayoría de los ciudadanos de nuestro país y de los territorios aliados. Quizá, motivado por el contexto en Ucrania. Una realidad que supone un giro de 360 grados con respecto a la percepción de esa misma ciudadanía hace escasos cuatro años, cuando el expresidente de los EEUU, Donald Trump, les exigió ese mismo objetivo.