Cataluña pasa a un segundo plano

Sánchez 'congela' su reunión con Torra hasta que engrase la máquina de Moncloa

Quim Torra y Pedro Sánchez
Quim Torra y Pedro Sánchez

No habrá reunión inminente entre el presidente del Gobierno central y el 'president' de la Generalitat. Pedro Sánchez ha descartado que uno de sus primeros movimientos vaya a ser el encuentro con Quim Torra que anunció para empezar esa negociación que normalice las relaciones entre Moncloa y 'Govern' catalán. El motivo es que prefiere dar prioridad a otras cuestiones que le permitan 'engrasar' la acción del Ejecutivo de coalición con Unidas Podemos. Y mientras el Consejo de Ministros no tenga cierto rodaje, no se fijará la fecha para retomar unas conversaciones cara a cara que no se producen desde los encuentros de Pedralbes de finales de 2018. 

Sánchez ha desvelado este aplazamiento de su reunión con Torra en una conversación informal con periodistas tras confirmar todos los nombres que integrarán el Consejo de Ministros. Según ha trasladado a la prensa, la idea que tiene en mente es sacar adelante ciertas cuestiones en las próximas semanas que considera más importantes para el día a día del país. Lo que está por ver es si esas prioridades se traducen en anunciar reformas de calado o en leyes novedosas con un gran impacto social. Es decir, si el nuevo Ejecutivo de coalición va a seguir apostando por los 'viernes sociales' de los que hizo gala en la anterior legislatura.

Esta decisión que ha tomado para arrancar su segunda etapa en Moncloa abre un nuevo escenario en las relaciones con Torra, con el que llegó a negarse a hablar por teléfono semanas antes de las elecciones del 10 de noviembre. Todo cambió en los días en los que negociaba la investidura con ERC, cuando hizo una ronda de llamadas a todos los presidentes autonómicos en la que incluyó al 'president' catalán. En aquella charla, que no pasó de los 15 minutos y en la que el líder independentista le exigió una solución para los condenados por el 'procés', Sánchez le trasladó que se verían "lo más pronto posible". Ahora, el también líder del PSOE hace un nuevo desaire al 'delfín' de Carles Puigdemont.

Esto supone también un riesgo para ese 'plan' de reconciliación con la parte del independentismo a la que representa Torra, ya que puede aumentar la brecha entre ambas partes. Si ahora mismo no hay relación, el leve acercamiento que se produjo en aquella ronda de llamadas puede quedar en nada. La idea del presidente es fijar la fecha cuando crea que ya ha impulsado todos los proyectos que considera más importantes para comenzar la legislatura. Solo cuando tenga claro que todo su equipo ha logrado cierto rodaje, incluidos los cinco miembros de Unidas Podemos, propondrá un día al jefe del 'Govern' para encontrarse cara a cara. 

Un historial de desencuentros

El propio 'president' ha admitido que no le han gustado algunos de los pasos que ha dado Sánchez para acercarse al independentismo. Las críticas a la negociación con ERC para lograr la investidura han sido constantes en público y en privado. Tampoco le agradó el acuerdo al que llegaron, el cual censuró por no incluir la figura de un relator para que mediara entre Cataluña y el Estado. Por eso Torra señaló que no sentía vinculado a dicho pacto y que necesitaba más "garantías" para acceder a formar parte de la mesa bilateral que acordaron los republicanos con la dirección del PSOE.

El otro conflicto surgió tras la decisión del Tribunal de Justicia Europeo de reconocer los derechos como diputado de Oriol Junqueras. El partido de Torra, Junts per Catalunya, se volcó en exigir que se pusiera en libertad al líder de ERC tras este fallo de la justicia comunitaria. Además, esto les favorecía porque suponía que Puigdemont y el exconseller Toni Comín también veían acreditado su derecho a formar parte del Parlamento Europeo. Por eso insistió en que no podía haber negociación con los socialistas si no se solucionaba el encarcelamiento del exvicepresident, a pesar de que solo el Tribunal Supremo podía pronunciarse en un sentido u otro. 

Pero estas polémicas parecen no haber influido en los planes del presidente. Aunque convencer a ERC ha sido su prioridad para así salvar su investidura y poder formar gobierno, todo lo que respecta a Cataluña ha pasado a segundo plano. Al contrario que en la anterior legislatura, esta vez no será una catalana la que se ponga al frente del ministerio de Política Territorial. La elección de la canaria Carolina Darias ha sorprendido en este sentido en el independentismo, ya que las principales interlocutoras con el 'Govern' serán ella y Carmen Calvo. El otro gesto

destacable durante el anuncio de su nuevo gabinete fue el de no mencionar a Cataluña en ningún momento. Ni siquiera junto a las numerosas alusiones al "diálogo" y a "dialogar" que realizó.

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