Sánchez rompe el cerco internacional de Aena y pedirá el aeropuerto de La Habana

  • El presidente intentará conseguir en la isla importantes inversiones para las empresas españolas en materia de infraestructuras, energía o turismo.
Pedro Sánchez ha pedido la dimisión de Cosidó en el Senado.
Pedro Sánchez ha pedido la dimisión de Cosidó en el Senado.
EFE

Sánchez se pondrá en Cuba el traje de 'conseguidor' e intentará abrir el camino a las empresas españolas de cara al proceso de aperturismo que está viviendo la isla. La visita exprés del presidente del Gobierno a finales de esta semana tendrá, por tanto, un marcado carácter empresarial. "Vamos a Cuba a intentar ganar proyectos importantes en juego", explican fuentes del gabinete presidencial. En la estrategia monclovita, por tanto, además de protagonizar un gesto político tras 32 años sin que ningún jefe del Ejecutivo visite el país, se encuentra el hecho de hacer 'lobby' a favor de los intereses de las compañías nacionales.

Uno de los objetivos prioritarios de la visita de la delegación española que encabeza Pedro Sánchez pasa por intentar conseguir concesiones en materia aeroportuaria en forma de inversión extranjera directa (IED). Cuba se encuentra en pleno proceso de búsqueda de fondos para renovar e impulsar sus infraestructuras (a pesar de las restricciones a las firmas extranjeras que todavía pone la Constitución), de tal forma que mejorar los aeropuertos de la isla caribeña es uno de los planes a corto y medio plazo del Gobierno que preside Miguel Díaz-Canel. Es ahí donde aspira a entrar en juego el papel español y, en especial, la experiencia de Aena.

Fuentes de Moncloa explican a La Información cuáles son los aeropuertos sensibles en los que Aena aspira a conseguir concesiones. En primer lugar, el José Martí de La Habana, una infraestructura anticuada y que deberá mejorarse en los próximos años para cubrir el creciente incremento de turistas que se prevé que reciba Cuba. Pero, además, existen otros aeródromos en zonas costeras que el gobierno isleño está estudiando ampliar y que tienen, evidentemente, un interés preferente para la gestora aeroportuaria española. Oficialmente Moncloa se niega a ofrecer detalles sobre cuáles son los intereses prioritarios en materia aeroportuaria para nuestro país. Hasta ahora, las pretensiones de los antiguos responsables de Aena han topado con el muro de los gobiernos, reticentes a que el operador se aventurase fuera de España.

Sánchez volará a Cuba en el Airbus A310 del Grupo 45 de la Fuerza Aérea Española acompañado de un grupo de empresarios de nivel más bien medio o bajo. El Ibex 35 se ha quedado fuera de esta visita, aunque en un principio Moncloa quiso reclutar a la élite del selectivo español. Precisamente, el único primer espada de entre los grandes que estará en la isla caribeña junto al jefe del Ejecutivo será Maurici Lucena, presidente de Aena. A pesar de la importancia del negocio aeroportuario, fuentes de Iberia aseguran que Luis Gallego, el presidente de la aerolínea, no acudirá a este viaje. Sí lo hará, en cambio, el presidente de Globalia (Air Europa), Juan José Hidalgo.

Hay que recordar que en el primer gran viaje oficial de Pedro Sánchez, el que le llevó por Estados Unidos y Canadá, Moncloa ya decidió dejar en tierra a los grandes empresarios nacionales. Viajó solo y apenas tuvo un encuentro a puerta cerrada con destacados inversores estadounidenses interesados en charlar con él sobre sus planes en el Gobierno. También dejó fuera de su agenda una visita a Palo Alto para reunirse con las grandes tecnológicas como Google o Facebook, entre otras.

Otros intereses españoles en Cuba

De forma paralela, Sánchez intentará en Cuba hacer de puente con otras empresas españolas que buscan potentes contratos en la isla. Destacan, especialmente, varios proyectos locales para invertir en energías renovables, en infraestructuras (con especial atención a la construcción y mejora de las carreteras, así como a vías férreas), en turismo (se están preparando varios complejos hoteleros de lujo con campos de golf) y en el terreno de las telecomunicaciones.

Cuba es, a día de hoy, un destino principal para las inversiones españolas. En 2017 las exportaciones españolas a la isla alcanzaron un valor de 899 millones de euros, muy cerca del récord histórico de 964 millones de 2015, según el Informe económico y comercial elaborado por la Oficina Económica y Comercial de España en La Habana. Estas cifras sitúan a Cuba en el puesto 45 de clientes mundiales de la exportación española y el sexto país en Latinoamérica tras México, Brasil, Chile, Argentina y Colombia.

El pasado mes de junio, una delegación de entidades españolas ya hizo de 'avanzadilla' y llegó al país en busca de nuevas oportunidades empresariales tras el cambio de poder. El nuevo presidente tras la 'jubilación' de Raúl Castro recibió a líderes de compañías del tamaño de Iberia, Tubos Reunidos, Porcelanosa, Sacyr, Técnicas Reunidas o la propia Siemens-Gamesa. Los resultados de esta reunión no se han hecho públicos cinco meses después, pero el viaje de esta semana del presidente del Gobierno podría darles un empujón definitivo en su búsqueda de esos nuevos proyectos.

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