Tras el debate del estado de la nación

Sánchez lanzará los PGE en La Mareta y da 20 días de vacaciones a los ministros

El Gobierno tiene previsto celebrar el último Consejo de Ministros del curso político el 2 de agosto y retomar la actividad el día 22. La prioridad para el presidente es activar el modo electoral de cara a 2023.

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Sánchez hablando por teléfono en el Congreso
Europa Press

El Gobierno tiene previsto tomarse vacaciones durante aproximadamente veinte días en agosto. Serán, eso sí, vacaciones activas. Un periodo de descanso pensando en el intenso 2023 que se avecina. El presidente y sus ministros han dado por cerrado el curso político con el debate del estado de la nación, con una sensación de haber recuperado músculo político, y ahora ya piensan en septiembre y el otoño que se avecina, que asumen que no será sencillo. La guerra de Putin en Ucrania no va a parar, prevén. El Ejecutivo de coalición activa ya el modo Presupuestos de cara a los intensos meses en el horizonte.

El 2 de agosto será el último Consejo de Ministros del curso político, según las previsiones que maneja a día de hoy el Gobierno. Un cónclave que pondrá fin a unos meses de alta tensión política. En marzo Sánchez ejecutó el giro con Marruecos, en abril llegaron las consecuencias con Argelia, junio fue un mes intenso con la Cumbre de la OTAN y el incremento del gasto militar y ahora, en julio, el Gobierno ha conseguido cohesionarse internamente y con sus socios de investidura y Presupuestos con el giro a la izquierda. En Moncloa ya preparan el Consejo Europeo de la última semana de este mes donde se concretarán los planes de solidaridad energética.

A partir de ahí el plan de Sánchez pasa por dar unos días de descanso a los ministros, hasta el lunes 22 de agosto, cuando está prevista la vuelta para preparar el Consejo de Ministros del día 23, el primero del curso político trepidante que se avecina. Los diferentes departamentos ya se están organizando para mantener las habituales guardias ante eventualidades. El año pasado, en pleno agosto, se produjo la crisis de Afganistán y los ministros de Exteriores, José Manuel Albares, recién estrenado, de Defensa, Margarita Robles, y de Inclusión, José Luis Escrivá, tuvieron que echar horas extra para la evacuación y acogida de afganos.

Sánchez, por su parte, tiene previsto pasar unos días fuera de Madrid. En concreto, el plan que ha diseñado a día de hoy el gabinete contempla que se desplace hasta Lanzarote para alojarse en ‘La Mareta’, la residencia de Patrimonio Nacional ubicada en un enclave privilegiado de la isla canaria y completamente blindada. Esta residencia es una de las habituales donde el presidente del Gobierno pasa sus días de descanso. La familia Sánchez Gómez ya estuvo en esta ubicación las vacaciones de verano del pasado año.

Es habitual que Sánchez utilice las residencias oficiales de Patrimonio para pasar algunos días de descanso. Este fin de semana, por ejemplo, ha estado en Quintos de Mora, el inmueble  ubicado en los Montes de Toledo bautizada por Bush como "el rancho de Aznar" y donde el propio Sánchez ya convocó hace unas semanas al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, para preparar la Cumbre en la capital. No ha sido hasta este lunes cuando el presidente del Gobierno se ha movilizado para visitar las zonas afectadas por los incendios en Extremadura.

Tener veinte días de vacaciones en agosto no significa que los ministros vayan a parar de trabajar. Hay asuntos que reclamarán su presencia y atención. Por ejemplo, la toma de posesión del presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, el próximo día, donde acudirán junto al Rey Felipe VI el ministro Albares y algún representante de Unidas Podemos. No se encuentra en agenda que Yolanda Díaz ni Ione Belarra ni Irene Montero viajen en el avión oficial.

Moncloa suele arrancar el curso político con una conferencia de corte económico

Sánchez ha querido cerrar el curso político con el Debate del Estado de la Nación y ese giro a la izquierda sustentado en los impuestos a las energéticas y a la banca. Para septiembre la prioridad serán los Presupuestos de 2023, los últimos de la legislatura, previsiblemente, donde se sustentará la política económica con la que el Gobierno de coalición se presenta al maratón electoral que culminará con las generales. El incremento del gasto en Defensa está asumido aunque Unidas Podemos espera gestos como una reforma fiscal en profundidad o la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad a seis meses y el cheque por crianza universal de 100 euros. Es en La Mareta donde Sánchez dará forma a esas cuentas públicas.

Presidencia suele arrancar el curso político con una conferencia de corte económico donde Sánchez desglosa las líneas maestras de sus planes. Allí ha solido acudir el Ibex 35, con los principales presidentes y consejeros delegados de las grandes empresas, para escuchar y conocer de primera mano la hoja de ruta del Gobierno. Este año el escenario es diferente, con las citadas tasas a las energéticas y entidades financieras en cartera, y con un presidente hablando de “poderes oscuros”, algo inédito hasta ahora en un jefe del Ejecutivo. El choque es evidente y en Moncloa es previsible que suba de intensidad a medida que se acercan las convocatorias electorales. El gabinete de Sánchez cuenta con organizar esa ‘speech’ económico a finales de agosto aunque los poderes económicos les den la espalda.

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