Moncloa y Ferraz han sincronizado las agendas del presidente del Gobierno y, a la vez, candidato del PSOE para evitar nuevos gastos durante la precampaña electoral. Es decir: celebrar en un mismo día un acto institucional con la vitola de jefe del Ejecutivo y, aprovechando el desplazamiento, otro evento con la militancia y los simpatizantes socialistas. Es lo que va a ocurrir este mismo martes, una jornada en la que Pedro Sánchez visitará Castilla y León, que es precisamente una autonomía que el Comité Electoral sanchista ha marcado como 'preferente' para robar escaños a sus rivales.
Sánchez saldrá de La Moncloa este martes en torno a las 9 de la mañana. Así consta en la agenda oficial de Presidencia. Cruzará Madrid y llegará hasta la base aérea de Torrejón de Ardoz. Allí se subirá al Falcon 900 del Grupo 45 del Ejército del Aire para volar hasta León donde, a las 11 de la mañana, visitará la sede del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
En torno a las 13 horas la caravana del presidente se subirá al Audi A8 oficial para recorrer los algo más de 130 kilómetros hasta Palencia. Allí realizará un paseo por el centro de la ciudad, una localidad que lleva sin visitar desde hace dos años, cuando era candidato a las primarias. Ferraz ha reservado un hotel palentino para que pueda descansar y, por la tarde regresar a León. Allí le espera un mitin a las 19 horas junto a José Luis Rodríguez Zapatero, en un pabellón polideportivo. Una vez finalizado volverá a subirse al Falcon oficial para regresar a Madrid.
Dos por uno. Dos actos electorales y un evento institucional. Así lo han coordinado Moncloa y Ferraz. Conclusión: el partido se evitará recurrir al alquiler de jets privados durante esta jornada, una mecánica que ha venido empleando en las últimas semanas para evitar la polémica que, desde que llegó al poder, ha rodeado a los desplazamientos de Sánchez.
Este formato de desplazamientos a bordo del Falcon oficial (acto como presidente por la mañana, comida y acto de partido por la tarde) ya ha provocado más de un quebradero de cabeza a Moncloa. Lo hizo nada más comenzar la precampaña en viajes a Andalucía y también antes, cuando Sánchez viajó al FIB de Benicasim. Entonces Presidencia tuvo que justificar que utilizó el avión del Ejército del Aire porque en su viaje a Valencia había incluido un encuentro institucional con Ximo Puig, el presidente de la Generalitat. Pero una consulta a Transparencia obligó al gabinete presidencial a desvelar el coste del vuelo, según publicó Servimedia. "El gasto total computado por el Departamento de Protocolo los días previos fue de 282,92 euros", respondía de forma un tanto misteriosa, sin detallar nada más.
Según fuentes de Moncloa, el desplazamiento de Sánchez en el Falcon oficial se realiza, esencialmente, por motivos de seguridad y eficiencia. El presidente viaja en la aeronave acompañado de un reducido grupo de colaboradores, entre los que se incluye su médico personal, su jefe de escoltas y algún miembro del gabinete. Por carretera viaja el resto de la infraestructura, incluido el Audi A8 oficial y una ambulancia que sigue al jefe del Ejecutivo allá donde esté. Rajoy también lo hacía, añaden.
Durante esta precampaña el PSOE ha optado por alquilar jets privados para que Sánchez pueda acudir a los actos de partido. Solo ha empleado medios oficiales en contadas ocasiones o incluso ha aprovechado el AVE. Así, en un primer momento Ferraz alquiló para el presidente del Gobierno los Cessna Citation Excel (modelo 560XL) y el Cessna Sovereign. Cada uno de ellos tiene capacidad para nueve y doce pasajeros, respectivamente. Su precio ronda los 15.000 euros la hora. Pero últimamente, se había optado por aviones aún más económicos, dentro que estamos hablando en un 'jet' con capacidad para diez personas.
Así, tal y como se publicó en estas páginas, el PSOE echó mano del Cessna 560, el más pequeño de los jet, una aeronave propiedad del empresario Martín Varsavsky, fundador de Jazztel. Este ejecutivo de telecomunicaciones tiene, como la mayoría de los dueños de aeronaves, la suya alquilada. Y su precio, sobre los 2.500 euros la hora, cuadró a Ferraz.
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