Sin cambios bruscos en el pacto

Sánchez espera el 'marcaje' de Díaz y asume nuevos conflictos en la coalición

La transición en Unidas Podemos será suave. La vicepresidenta tercera comenzará a despachar con Moncloa e Iglesias mantendrá el 'teléfono rojo' con el jefe del Ejecutivo a la espera de lo que ocurra el 4-M.

Sánchez diseña un Gobierno continuista y espera a que Díaz despeje su liderazgo
Sánchez espera el 'marcaje' de Díaz y asume nuevos conflictos en la coalición
Borja Puig de la Bellacasa

Gobierno continuista, sin cambios traumáticos, centrado en la vacunación y la recuperación económica a partir del próximo mes de abril pero que va a tener que seguir conviviendo con los conflictos internos. Este es el Ejecutivo de coalición que ha diseñado Pedro Sánchez para intentar completar la legislatura. La salida de Pablo Iglesias del Consejo de Ministros y la entrada de Ione Belarra ha sido aprovechada por Moncloa para afinar los nexos, establecer nuevas dinámicas y poner en marcha un equipo de trabajo conjunto, fontaneros incluidos, para encarar la segunda mitad del mandato.

Sánchez y su equipo ya ha pactado con Unidas Podemos el tipo de coalición que van a mantener a partir de ahora. El presidente y Pablo Iglesias han acordado mantener una doble vía de comunicación. Por un lado, Yolanda Díaz pasará a despachar directamente con el jefe del Ejecutivo los asuntos principales de la coalición: proyectos, estrategias, calendarios, equipos... Todo ello se abordará en este formato de 'cara a cara' en Moncloa que tanto ha funcionado con Iglesias en estos catorce meses de 'entente cordiale'.

De forma paralela, Sánchez ha pedido a Iglesias que no se desvincule totalmente del día a día de la coalición. Presidente y exvicepresidente segundo seguirán manteniendo, por tanto, un 'teléfono rojo' para allanar el futuro inmediato. Tanto en el PSOE como en Unidas Podemos destacan que ambos líderes han fraguado en este tiempo una relación fluida, de confianza. Moncloa considera este nexo como un activo y quiere seguir manteniéndolo.

La nueva vicepresidenta tercera y 'jefa' de Unidas Podemos en la coalición tiene a partir de ahora que decidir la forma en la que ejercerá su liderazgo. Sánchez le dará el tiempo que necesite. Yolanda Díaz necesita tiempo para "acomodarse", indican fuentes gubernamentales. Enfrascada en el desmontaje de la reforma laboral del PP y la Ley Rider, Díaz irá poco a poco desvelando "cómo llevar la negociación con el PSOE" y, por tanto, cómo ejecutar la transición. Tiene total libertad para poner en marcha los cambios que quiera. En las próximas semanas, con tiempo, lo irá concretando.

El liderazgo de Yolanda Díaz reposará, eso sí, en Unidas Podemos. Todas las semanas la vicepresidenta tercera despachará con sus compañeros del espacio confederal para decidir políticas y repasar estrategias. Y en ese foro estarán tanto Iglesias como el resto de ministros y altos cargos de Unidas Podemos. Es decir, la intención de la formación morada es que, con la minicrisis de Gobierno, se vaya impulsando poco a poco el papel del partido en el Gobierno y que nombres como Irene Montero, ministra de Igualdad, Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales, o Enrique Santiago, nuevo secretario de Estado para la Agenda 2030 y líder del Partido Comunista, tengan un mayor peso político.

La coalición se encuentra engrasada, destacan todas las fuentes consultadas, y no hay motivos para pensar que se romperá antes de 2023. Lo admitió el propio presidente este martes en las escalinatas de Moncloa. En este sentido, uno de los perfiles clave en la relación se mantendrá en el Gobierno. Se trata de Juanma del Olmo, el hasta ayer director de Estrategia y Comunicación de la Vicepresidencia segundo. En estos 442 días la relación que ha fraguado con Iván Redondo, el jefe de gabinete de Sánchez, ha permitido solventar las diferencias. Seguirá en el ministerio de Belarra como asesor.

Sánchez también ha pactado con Iglesias mantener la Comisión de Seguimiento del pacto de Gobierno, un formato que sirve para representar en público que PSOE y Unidas Podemos liman sus diferencias. En realidad los conflictos se solucionan en privado, sin luz ni taquígrafos. Queda por dilucidar si Moncloa volverá a convocar los famosos maitines, una reunión que se celebraba todos los lunes en la sede de la Presidencia y que servía para engrasar la coalición. Llevan sin celebrarse desde el 24 de noviembre.

Será, en definitiva, una coalición continuista, con alguna dinámica interna nueva y alguna otra por decidir. Pero lo que tanto PSOE como Unidas Podemos tienen claro es que los roces van a seguir existiendo sin Iglesias sentado en el Consejo de Ministros. Que Belarra ascienda a ministra es, por ejemplo, sinónimo de que la Ley de Vivienda y el conflicto por regular los alquileres sube un escalón. La navarra compartirá cónclave con Margarita Robles con quien ha mantenido sonados enfrentamientos públicos. Hay otros asuntos centrales para Unidas Podemos en los que Díaz no aligerará la presión: la propia reforma laboral, la de pensiones, la subida del Salario Mínimo Interprofesional o los problemas con el Ingreso Mínimo Vital.

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