Los cinco escollos económicos del 'pacto del abrazo': Ibex, impuestos y pensiones

El abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. / EFE
El abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. / EFE

El preacuerdo para conformar un Gobierno de coalición firmado el martes por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias contiene varios proyectos económicos que van a poner a prueba la confianza de ambos. Lo que hasta el viernes de campaña eran reproches cruzados ha dado paso a un principio de idilio que no va a ser fácil de encajar. Y es que los planes en materia fiscal, de empleo o de pensiones de PSOE y Unidas Podemos son radicalmente diferentes en varios puntos. Por eso en el documento genérico prefirieron dejar reflejadas generalidades. Ahora arranca la negociación real con el objetivo de elaborar un programa conjunto en menos de un mes. Las dos partes reconocen que no va a ser fácil y vaticinan roces.

Cinco aspectos económicos son los más controvertidos del documento de diez puntos que cerraron Sánchez e Iglesias en apenas 36 horas y que se conoce ya como el 'pacto del abrazo' (no confundir con el que selló el líder socialista con Albert Rivera en abril de 2016 junto al cuadro de Juan Genovés, 'El abrazo'). El documento es una propuesta de mínimos, pero ahora hay que concretar.

1. La reforma fiscal

El texto dice así: "Justicia fiscal y equilibrio presupuestario. La evaluación y el control del gasto público es esencial para el sostenimiento de un Estado del bienestar sólido y duradero. El Gobierno impulsará políticas sociales y nuevos derechos con arreglo a los acuerdos de responsabilidad fiscal de España con Europa, gracias a una reforma fiscal justa y progresiva que nos acerque a Europa y en la que se eliminen privilegios fiscales". Aunque sea una alusión bastante genérica PSOE y UP comparten algunas propuestas en materia de impuestos, pero también tienen divergencias.

Sánchez está trabajando en una reforma fiscal para que "nuestro sistema impositivo no solo recaude más, sino también, de una forma más eficiente, más sencilla y más justa". Es decir, el objetivo del PSOE es subir los impuestos a las grandes empresas, poniendo coto a las deducciones, y a los que más tienen. El partido morado coincide en ello. También hay consenso en dónde fijar el tipo efectivo mínimo del Impuesto de Sociedades: en el 15%. La primera discrepancia es dónde situar el recargo especial a los bancos y a las empresas de hidrocarburos, ya que Podemos quiere llevarlo al 20% y el PSOE se abrió en su última propuesta de septiembre a dejarlo en el 18% (no hay que olvidar, además, que un sector del socialismo rechaza este 'impuestazo' a las entidades financieras).

También hay consenso entre PSOE y UP en establecer un impuesto a las grandes fortunas, en la tasa Google y en la llamada 'Tasa Tobin' o impuesto a las transacciones financieras. Ambos partidos también hablaron durante la última campaña en la armonización de una serie de impuestos, como el de Sucesiones y Donaciones. Incluso el director del Departamento de Asuntos Económicos de Moncloa, Manuel de la Rocha, se refirió a una armonización del IRPF de las comunidades autónomas. Son cuestiones que estarán sobre la mesa esta legislatura. 

Podemos también quiere recuperar el Impuesto de Actos Jurídicos (AJD) de las hipotecas, algo que el PSOE no ha planteado en ningún momento. Y otra tasa polémica: la del diésel. Sánchez no pudo aprobarla durante su corta legislatura y UP va a jugar fuerte en este sentido, ya que propone una Ley de Lucha contra el Cambio Climático y la Transición Energética que penaliza a quien contamina.

2. Ibex 35 y los "fondos buitre"

Ana Botín, Amancio Ortega, Florentino Pérez, Juan Roig... Unidas Podemos repitió una y otra vez durante la campaña que las grandes empresas del Ibex 35 debían pagar más impuestos. Son, sin duda, la 'bestia negra' de la formación morada. En el PSOE no están para nada de acuerdo con ese discurso y algunos, incluso, lo rechazan. Sánchez ha mantenido durante su mandato una relación de confianza, en general, con los principales presidentes y consejeros delegados del selectivo. Les ha citado en Moncloa y se ha reunido con ellos cuando ha hecho falta. Será, sin duda, otro punto de tensión entre los posibles socios de Gobierno.

Algo similar ocurre con los fondos de inversión, unas compañías a las que Unidas Podemos cataloga como "buitres". Sánchez también les ha llevado a La Moncloa o se ha reunido en privado con ellos en Nueva York, conscientes de que sus inversiones y decisiones estratégicas son necesarias en España. No será fácil mantener este equilibrio.

Lo mismo ocurre con la futura vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en la que Sánchez ha confiado todo el control del área. Tendrá mando en plaza y eso ya ha sido recibido con recelo por parte de Podemos. No hay que olvidar que el propio Iglesias arremetió con dureza contra el movimiento estrella del líder del PSOE en el debate a cinco. Habló de que "Calviño va a asustar a la gente de izquierdas".

Y, por supuesto, no hay que olvidar Bankia. Unidas Podemos quiere convertir la entidad en una auténtica banca pública, prescindiendo de José Ignacio Goirigolzarri. El PSOE es menos radical y aunque no ha hablado públicamente de la entidad sí es necesario destacar que Calviño confirmó a su presidente cuando asumió el poder en Economía y ha mantenido desde entonces una relación de tú a tú con él.

3. Vivienda

La vivienda también va a ser un tema polémico entre ambos socios. Ya lo fue en la corta legislatura pasada, cuando Unidas Podemos tumbó el decreto relativo al alquiler que aprobó el Consejo de Ministros, poniendo en un serio aprieto al Gobierno de Sánchez. En el documento firmado el martes hay una referencia muy amplia: "La vivienda como derecho y no como mera mercancía". 

Iglesias quiere blindar en la Constitución el derecho a la vivienda como derecho fundamental y desarrollar legalmente las garantías de su efectividad. También propone la intervención del mercado del alquiler para garantizar precios asequibles. No va a ser fácil conjugar este planteamiento con el del PSOE. Los socialistas son más moderados y proponen aprobar una nueva Ley de Vivienda además de crear un parque público de alquiler. Se avecinan tensiones en este terreno.

4. Reforma laboral

La reforma laboral va a ser otro de los principales escollos en las negociaciones para un Gobierno de coalición. Las posturas se encuentran enfrentadas. Mientras los socialistas abogan por modificar los aspectos que consideran "más lesivos" de la legislación de 2012, la formación morada plantea un cambio radical del modelo vigente que pasa por derogar las dos últimas reformas: no solo la de Rajoy, también la de Zapatero, de 2010.

El choque de trenes se produce en un momento muy delicado para la economía en el que la patronal advierte de las consecuencias negativas de revertir las medidas que facilitaron a muchas empresas el tránsito por la Gran Recesión. En este 'tira y afloja', Pedro Sánchez aspira a doblegar a Pablo Iglesias e imponer una contrarreforma laboral más 'light' –menos dura, si se prefiere– para lograr el equilibrio entre cumplir con su programa y apaciguar la oposición frontal que va a ejercer la CEOE a los cambios.

5. Reforma de las pensiones

El 'pacto del abrazo' señala blindar las pensiones y hace la siguiente referencia, también muy genérica: "Asegurar la sostenibilidad del sistema público de pensiones y su revalorización conforme al coste de la vida". El sistema necesita una reforma urgente y las soluciones que proponen ambos partidos son muy diferentes.

El PSOE, por un lado, plantea proponer "a todas las fuerzas políticas y a los agentes sociales un nuevo Pacto de Toledo". Unidas Podemos, por su parte, lanza medidas realmente novedosas, como la libre elección del cómputo para el cálculo de la pensión, la derogación del factor de sostenibilidad o que las personas que hayan cotizado al menos 35 años puedan jubilarse anticipadamente sin penalización en sus pensiones".

Son dos formas, en definitiva, de entender la economía y de abordar las reformas que necesita el país. No va a ser fácil conjugarlas, pero la urgencia de cerrar una investidura obliga a hacerlo. Y solo es el primer 'round', ya que si se logra cerrar el Gobierno de coalición una de las primeras batallas internas en ese Ejecutivo será la configuración de unos Presupuestos que sustituyan a los que dejó Cristóbal Montoro.

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