Sánchez cierra con Podemos el núcleo duro del Gobierno y blinda la economía

Sánchez ya tiene cerrado el núcleo duro del Gobierno con UP y blinda la economía
Sánchez ya tiene cerrado el núcleo duro del Gobierno con UP y blinda la economía
Nerea de Bilbao

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ya han cerrado la columna vertebral de su Gobierno de coalición. Lo han hecho con reuniones muy discretas, en las que apenas una decena de personas conocen los detalles. Todo con el objetivo de cerrar el Consejo de Ministros a la espera de un giro de ERC hacia la abstención. Uno de los aspectos más importantes de la negociación ha sido cerrar la composición del área económica del Ejecutivo conjunto. El control será del PSOE y se efectuará a través de un mecanismo doble.

El núcleo duro del primer Gobierno de coalición desde la II República está definido. Fuentes implicadas en las negociaciones dibujan el siguiente cónclave, con Sánchez al frente. Habrá tres vicepresidencias, dos para el PSOE y otra para Unidas Podemos. Nadia Calviño estará al frente de la económica, Carmen Calvo de la política (aunque no se descarta el ascenso de José Luis Ábalos) y Pablo Iglesias de la social. 

Sánchez se ha reservado para el PSOE los ministerios de Estado. Empezando por Hacienda. Ambos negociadores cuentan con María Jesús Montero al frente del mismo. En Podemos gusta mucho por su perfil "de izquierdas" y de contrapeso a Calviño. Defensa, Exteriores, Interior, Justicia y Fomento seguirán en manos socialistas. También Sanidad y Política Territorial, un departamento clave para la negociación que se avecina con Cataluña. Y, por supuesto, Transición Ecológica con Teresa Ribera. Estas son las carteras que más presupuesto tienen y no habrá grandes novedades. Algunos de sus titulares, como Margarita Robles, se dan por seguros. Las fuentes consultadas también citan como "negociado" el posible ascenso de José Manuel Albares al Ministerio del que está a punto de salir Josep Borrell.

Podemos elegirá tres ministerios seguro. Todos "colgarán" de la vicepresidencia de Iglesias. Serán Trabajo (pero sin Seguridad Social) y Yolanda Díaz es la favorita; Igualdad, para Irene Montero; y Universidades, para Pablo Echenique. Que un dirigente morado ocupe un cuarto ministerio, además de la vicepresidencia, es una posibilidad que, según las fuentes consultadas, ya está cerrada por Sánchez e Iglesias. Serían, en ese caso, cinco representantes en el consejo de ministros.

Pero esta estructura morada tiene una salvedad. Fuentes socialistas matizan que Iglesias no tendrá "poder real" sobre esos ministros de Podemos ya que esa facultad, en realidad, le corresponde a Sánchez. Citan el artículo 100 de la Constitución: los ministros "son nombrados y separados por el Rey, a propuesta de su presidente".

Este es el Gobierno de coalición, un Ejecutivo conformado por dos bloques, el del PSOE y el de Podemos, que trabajarán conjuntamente. Esa es, precisamente, la justificación que expuso Sánchez para negarse a cerrar un pacto con Iglesias en verano. No quería dos Consejos de Ministros paralelos. En esta ocasión, ni socialistas ni morados han puesto líneas rojas y ahora solo quedan los últimos flecos por definir. Lo importante está cerrado, indican las fuentes consultadas.

'La Delegada' para controlar el consejo de ministros

¿Cómo evitar roces y problemas internos entre ministros? El PSOE lo tiene previsto. Son disputas lógicas que han ocurrido en todos los gobiernos. Algunos ejemplos: Calviño y Valerio por la mochila austriaca, Guindos y Montoro, Solbes y Caldera... La solución pasa por la Comisión Delegada para Asuntos Económicos, según explican las fuentes consultadas. Es decir, por Nadia Calviño, que seguirá siendo su presidenta, añaden. Es ahí donde se libran las auténticas batallas entre los ministros económicos por sus cuotas de poder y es ahí donde Sánchez podrá ejercer un primer filtro. El presidente también puede recibir a través de ese cónclave, que es semanal y que normalmente se celebra cada jueves, información puntual de todos los roces entre ministros. Estará informado a priori antes de tomar las decisiones oportunas en el consejo de ministros. La información es poder.

Calviño, por tanto, tendrá un poder muy destacado en el futuro Gobierno como responsable de 'La Delegada', como se conoce comúnmente a esta Comisión central para el funcionamiento del Ejecutivo. Este martes desde Berlín lanzaba el siguiente mensaje: "Durante estos 17 meses, la coordinación de la política económica del Gobierno ha estado claramente en el ámbito de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, presidida por el Ministerio de Economía. El presidente del Gobierno, en su anuncio de elevar el rango del Ministerio de Economía a una vicepresidencia, lo que transmite es un mensaje muy claro de reforzar la posición central y de coordinación". En 'La Delegada', por cierto, también se podría sentar el director del Departamento de Asuntos Económicos de Moncloa, Manuel de la Rocha, mano derecha del presidente. 

¿Quién será el portavoz del Gobierno?

Otra decisión trascendental será la de la portavocía del Gobierno. ¿Quién comparecerá ante los medios de comunicación cada viernes en el complejo de La Moncloa? El PSOE también controlará este cargo. Las fuentes consultadas apuntan a la elección de un 'peso pesado' y citan los nombres de Calvo y de Ábalos como favoritos. Los negociadores no han informado a sus equipos de esta decisión.

Fuentes cercanas a las negociaciones relatan dos aspectos más importantes que también se han cerrado: que serán ministerios independientes, a modo de compartimentos blindados, y no se intercalarán ministros y secretarios de Estado de uno y otro partido (se descarta así la posibilidad de que Juan Antonio López de Uralde desembarque en Transición Ecológica); y la batalla por Vivienda. Podemos pidió esta cartera pero Sánchez se negó en redondo. Seguirá 'incrustada' en Fomento.

El Gobierno de coalición está cerrado, pero no la investidura. Fuentes de ambos partidos son optimistas, pero reconocen que los independentistas son el auténtico obstáculo en este momento. Moncloa está dispuesto a sentarse en una mesa de negociación y está pensando en un formato asumible como lo fue Pedralbes, siempre sin relator y sin referéndum unilateral. Otra cuestión a despejar será la impugnación de la resolución proautodeterminación aprobada esta semana en el Parlament. Fuentes de Moncloa aseguran que esperarán a su publicación para recurrirla. No va a haber ninguna cesión, dicen.

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