Sánchez e Iglesias van a la 'guerra' contra el Ibex 35 al fulminar la reforma laboral

Sánchez e Iglesias van a la 'guerra' contra el Ibex 35 al fulminar la reforma laboral
Sánchez e Iglesias van a la 'guerra' contra el Ibex 35 al fulminar la reforma laboral
EFE

Sánchez e Iglesias van a intentar derogar la reforma laboral de Rajoy. Ambos han puesto así la primera piedra para que la relación con la gran empresa, representada esencialmente en el Ibex 35 y en la CEOE, sea convulsa. Al menos en el inicio de la legislatura. La culpa la tiene el punto 1.3 del pacto de Gobierno titulado 'Coalición progresista. Un nuevo acuerdo para España' sellado ayer por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el Congreso: "Derogaremos la reforma laboral; recuperaremos los derechos laborales arrebatados por la reforma laboral de 2012". Se trata de una línea roja para los empresarios y también para Bruselas, que lleva semanas advirtiendo de las consecuencias negativas que tendrían cambios radicales en el paquete de medidas laborales que aprobó el Gobierno de Rajoy nada más llegar al poder.

La redacción del punto 1.3 no deja lugar a equívocos. Por si acaso, fuentes de PSOE y de Unidas Podemos implicadas en las negociaciones explicaban ayer que se trata de "una derogación total". "Acabaremos con la reforma laboral y lo haremos en fases". Por fascículos. Primero lo esencial, eso que los socialistas definían como "los aspectos más lesivos". Y después, según avance la legislatura, se desmontará el resto del "entramado de leyes del PP". "No lo hacemos de golpe porque se generaría un vacío legal", añadían las mismas fuentes.

Fulminar la reforma laboral es una victoria de postín de Iglesias sobre Sánchez y, además, supone un torpedo en la línea de flotación de las grandes empresas, esas a las que tanto Moncloa como el PSOE han intentado calmar en los últimos días con llamadas a la tranquilidad de Nadia Calviño, Iván Redondo y Reyes Maroto. Y es que el candidato a la investidura ha pasado de afirmar que no podría dormir con dirigentes de Podemos en su Consejo de Ministros a darse un abrazo con Iglesias.

Se encienden las alarmas entre los empresarios

Las intenciones de Sánchez e Iglesias de fulminar toda la legislación laboral vigente han encendido las alarmas entre los empresarios, que esperaban con ansia el programa de la coalición progresista para comprobar el alcance de las medidas acordadas. Fuentes de la patronal consultadas por La Información señalan que esta derogación total de la norma va en contra de lo que les había transmitido el propio Sánchez, que se ha esforzado en las últimas semanas por calmar a los empresarios asegurando que la política económica será moderada y que la vicepresidenta Calviño se encargará de poner pie en pared frente a Iglesias. Critican que no haya habido juego limpio.

"Si esto es así y finalmente se deroga toda la reforma laboral, el Gobierno va a encontrarse con la oposición frontal de los empresarios", advierte un miembro de la Junta Directiva de la CEOE. En la patronal consideran que una política laboral en esa dirección tendrá efectos negativos en el empleo y eso es lo que menos conviene en estos momentos de desaceleración económica. Avisan, además, de que Calviño tendrá que dar explicaciones a Bruselas sobre esta decisión y recuerdan que la Comisión Europea ha defendido la reforma laboral del PP no en pocas ocasiones.

Los empresarios, no obstante, son prudentes. Consideran que la cesión de Sánchez a Iglesias sobre el papel no queda del todo clara. "Es cierto que se dice explícitamente que se va a derogar, pero después se especifican varios aspectos que, de hecho, ya se han tratado en el diálogo social", comenta un empresario conocedor de las conversaciones tripartitas Gobierno-patronal-sindicatos. "La redacción de ese apartado del programa no es concreta, es vaga e imprecisa", insisten las fuentes consultadas, que ven lagunas en aspectos como la eliminación de las limitaciones al ámbito temporal del convenio colectivo o de la prioridad aplicativa de los convenios de empresa.

Más allá de estas reticencias, en la CEOE están satisfechos con lo que han puesto negro sobre blanco los socios de la coalición en materia de Salario Mínimo Interprofesional (SMI). La patronal ha conseguido arrancar una redacción que les favorece: "Se convocará la mesa del Dialogo Social al objeto de promover un acuerdo que será la base para la propuesta del Gobierno". De este modo, los empresarios tendrán la oportunidad de jugar sus cartas en la negociación con los sindicatos CCOO y UGT para rebajar sus intenciones de subir el SMI a 1.000 euros en 2020 y dejar la cifra algo por debajo. Aunque la decisión final es del Ejecutivo, de este modo se aseguran que, al menos, se contará con su opinión y podrán ejercer cierta presión.

La subida del SMI a 1.200 euros ("o al 60% del salario medio tal y como recomienda la Carta Social Europea) es otro aspecto que traerá polémica en la relación Gobierno-empresarios. No obstante, Sánchez e Iglesias también dejan claro que esta mejora irá precedida de la convocatoria de la mesa de diálogo social y de la creación de una Comisión asesora del Ministerio de Trabajo, que estará en manos de Yolanda Díaz, compuesta por profesionales de reconocido prestigio, académicos y representantes de los sindicatos y empresarios". Hay esperanzas, por tanto, en alcanzar un incremento pactado.

El nuevo Gobierno de coalición, a la espera de una investidura exitosa, también subirá el impuesto de Sociedades hasta un tipo mínimo del 15%, con un recargo especial para las entidades financieras y las empresas de hidrocarburos. Pagarán el 18% de sus beneficios. Además, el tipo estatal sobre las rentas de capital se incrementará en cuatro puntos porcentuales a partir de 140.000 euros: pagarán al 27%.

A las eléctricas: "Acabar con la sobrerretribución"

Respecto a las medidas que afectan al marco en el que operan las grandes empresas energéticas, el acuerdo entre Sánchez e Iglesias recoge propuestas que hicieron estremecer en Bolsa a las eléctricas en 2018, según informa Santiago Carcar. En el proyecto de Presupuestos que no salió adelante se proponía, como ahora, una reforma en profundidad del mercado eléctrico que, de llevarse a cabo, supondría un mordisco importante a las cuentas de las grandes compañías. "Realizaremos", recoge la medida, "los cambios normativos necesarios para acabar con la sobrerretribución a las eléctricas". En suma, se trata de reformar el mercado mayorista eléctrico, donde se fijan los precios de la energía, para pagar menos por la energía producida por las centrales hidroeléctricas y las centrales nucleares.

Además, el programa conjunto de socialistas y morados propone reformar la estructura del recibo regulado de la luz para que pese más en la factura la energía consumida y menos la potencia contratada, como sucede desde la reforma del mercado eléctrico que aprobó el PP en 2013.

Iglesias ha renunciado a algunas de sus promesas electorales

Reforma laboral, SMI y transición energética son, en definitiva, los puntos más puntiagudos de un programa económico que lleva días pactado y que el domingo cerraron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en una reunión nocturna en La Moncloa. El resto del plan conjunto de Gobierno ha dejado fuera algunas medidas radicales que ha defendido Unidas Podemos hasta la última campaña electoral. Ya lo venían advirtiendo fuentes del Gobierno en funciones en los últimos días: "No va a ser un programa bolivariano, eso que quede claro".

¿Qué se cae del acuerdo de coalición, al menos de momento? En la hoja de ruta de Sánchez e Iglesias no hay ni rastro de un impuesto específico a la banca. Tampoco de la creación de una entidad de crédito público o una empresa estatal de energía que complique la competencia a los grandes del sector. No hay referencias, asimismo, a la limitación de los precios del alquiler ni a medidas para regular la factura de la luz. Todas estas medidas, cesiones que ha aceptado Podemos.

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