El Ibex se mueve para una abstención del PP en la segunda investidura de Sánchez

El Ibex se mueve para una abstención del PP en la segunda investidura de Sánchez
El Ibex se mueve para una abstención del PP en la segunda investidura de Sánchez
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La investidura de Pedro Sánchez no solo se juega en el terreno político. En la gran empresa también siguen muy pendientes todos los movimientos y negociaciones del PSOE con el resto de grupos parlamentarios. Lo que quieren los empresarios es la formación de un Gobierno estable y moderado que no dependa, por supuesto, de los independentistas. Por eso ya se están produciendo movimientos de cara a solucionar el bloqueo existente, un escenario al que desde los sectores económicos quieren incorporar al PP de Pablo Casado.

El desbloqueo de la investidura no es fácil. Solo hay dos opciones: o un pacto con Unidas Podemos, regionalistas y la ayuda de las formaciones independentistas. O una abstención 'patriótica' de los dos principales partidos constitucionalistas, PP y Cs, para posibilitar un Gobierno del PSOE en solitario. Esta segunda es la vía que exploró José Luis Ábalos, el número dos de los socialistas, en la cena reservada que mantuvo con Antonio Garamendi, el presidente de la CEOE, el pasado lunes.

El escenario que manejan entre empresarios, por tanto, pasaría por una abstención del PP 'in extremis', en una segunda investidura, para permitir que Pedro Sánchez fuera investido presidente. Es decir, el escenario que están promoviendo desde algunos sectores del Ibex 35 pasa por que los populares defiendan un 'no' rotundo en una primera intentona de Sánchez y que, apremiados por la necesidad de que en España se forme un Gobierno, Génova decida protagonizar un gesto que sería histórico y abstenerse a última hora. Cuentan con que el Rey Felipe VI ejerza un papel activo y  no permita la repetición de las elecciones por el bloqueo de los populares. A la solución se podría sumar también Cs, aunque ahora sigan manteniendo su 'no es no' a Sánchez.

La maniobra deseada por los empresarios no sería descabellada. Existe un precedente, pero en el bando contrario. En 2016, apremiados por la posibilidad real de tener que celebrar unas terceras elecciones, el PSOE posibilitó con una abstención 'técnica' que Mariano Rajoy pudiera ser investido. La decisión, eso sí, rompió a los socialistas en dos y les sumió en una crisis de la que solo se pudieron recuperar gracias a la victoriosa moción de censura.

Ruido en el PP de Casado

En el caso del PP hay algunos motivos para confiar en un giro de los acontecimientos. La presidenciable a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ya ha expresado en público que sería partidaria de una abstención de su partido, postura que fue inmediatamente corregida por el secretario general, Teodoro García Egea, que aseguró que no solo no facilitarían la investidura, sino que la obstaculizarían. Mayor valor se le da en Génova a las palabras de Esperanza Aguirre, que apostó por dicha abstención de los 66 diputados del PP para hacer presidente a Sánchez, aunque se limitó a añadir que es una opinión personal. El ruido, por tanto, existe en las filas populares.

Entre los empresarios tampoco han pasado desapercibidas las palabras de Casado tras reunirse con Sánchez el pasado miércoles en el Congreso. Dijo que "el PP no va a apoyar la investidura y no se va a abstener", pero dejó la siguiente frase: "Echo de menos que el PSOE diga para qué quiere gobernar. Si la investidura no sale en la primera vuelta, estoy convencido de que saldrá en la segunda". También añadió que estaba dispuesto a llegar a Pactos de Estado con los socialistas.

Desde ambientes empresariales se comenta que estas valoraciones de los empresarios ya han sido transmitidas a la cúpula popular. En concreto, aseguran que su contacto ha sido García Egea. Fuentes oficiales del PP, por su parte, aseguran no tener constancia de reuniones del Ibex con el secretario general e insisten en su negativa a una investidura de Sánchez. Le piden que negocie con sus socios prioritarios: Unidas Podemos.

El calendario constitucional

Solo Sánchez, en contacto con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, tiene en su mano decidir cuándo activa la investidura. En el momento en el que anuncie la fecha del pleno echará a andar eso que algunos llaman el 'reloj de la democracia'. Así, el candidato a la investidura presentará ante el Congreso "el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara" (artículo 99.2 de la Constitución). En esa votación, si logra la mayoría absoluta se convertiría en presidente. Si no lo hace 48 horas después se repetiría la votación en la que haría falta la mayoría simple para salir investido. Existe un precedente de fracaso en esta primera sesión: el citado de Rajoy en 2016.

A partir de ese momento se activa un plazo de dos meses en el que, si sigue sin haber Gobierno tras las "sucesivas propuestas" de investidura, se convocarían automáticamente unas segundas elecciones. Es lo mismo que sucedió en 2016, cuando Sánchez fracasó en su primer intento de investidura. O lo mismo que hubiera pasado si el Comité Federal del PSOE de aquel 1 de octubre no aprueba la abstención de los socialistas.

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