Moncloa maneja nuevas elecciones el 10 o 17 de noviembre si fracasa la investidura

Moncloa maneja nuevas elecciones el 10 o 17 de noviembre si fracasa la investidura
Moncloa maneja nuevas elecciones el 10 o 17 de noviembre si fracasa la investidura
Nerea de Bilbao

10 o 17 de noviembre. Son las fechas que ya está empezando a contemplar Moncloa para la posible celebración de unas nuevas elecciones, siempre y cuando las negociaciones para la investidura fracasen tanto en una primera votación en julio como en una intentona 'in extremis' en septiembre. El equipo de Pedro Sánchez está manejando el calendario, consciente de que el bloqueo político de PP, Ciudadanos y Unidas Podemos podría acabar, por qué no, en una segunda convocatoria de comicios en otoño. Estos son sus números y sus cuentas.

El primer paso para la investidura lo dará Sánchez este martes al reunirse con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet. De ahí saldrá una fecha para el primer debate y votación. Varios son los días que se manejan en el equipo sanchista, según explican a La Información fuentes conocedoras de este calendario monclovita. Una posibilidad pasa por celebrar la primera votación el 16 de julio o una semana más tarde, el 23 de julio. Son las dos jornadas marcadas en rojo, las más probables -insisten las mismas fuentes- y las que tendrá que decidir en última instancia el ganador de las elecciones una vez complete las negociaciones en Bruselas y deje colocado a Josep Borrell si nada se tuerce

Moncloa también ha manejado que esa primera votación se pueda celebrar el 9 de julio o, incluso, el 30 de julio. Sin embargo, ambas fechas se encuentran entre las opciones que menos posibilidades tienen de ser las elegidas por Sánchez. Esgrimen para ello dos motivos principales: la primera, el 9-J, implica que las elecciones se celebrarían en pleno Puente de Todos los Santos, el 3 de noviembre. Y la segunda opción, el 30-J, llevaría a celebrar la segunda votación de investidura el 1 de agosto, con buena parte del país en plenas vacaciones veraniegas, una opción que no gusta, por tanto, en el Ejecutivo en funciones.

16-J o 23-J, en definitiva, son las fechas que contempla Moncloa como las más probables para la primera votación de investidura. Son dos días a tener en cuenta, ya que marcarán el devenir de los próximos meses. En efecto, el equipo de Sánchez ha tenido en cuenta que la Constitución marca en su artículo 99 los tiempos a seguir y que una vez culminada esa primera votación se inicia lo que el PSOE bautizó como "el reloj de la democracia", es decir, los dos meses que la Carta Magna establece para la definitiva votación de investidura... o la repetición de las elecciones. 

Así, la segunda votación de investidura de Sánchez se deberá celebrar 48 horas después de la primera, los días 18 ó 25 de julio. Moncloa da por seguro que, tal y como se encuentran las negociaciones, el candidato no saldrá elegido y, por tanto, la presidenta del Congreso emplazará a los grupos políticos a una investidura 'in extremis' para el día 14 de septiembre o 21 de septiembre, ambos sábados. La segunda votación sería 48 horas después, el 16 o el 23, ambos lunes. Y a partir de ahí, si no hay acuerdo para designar presidente, se estos dos últimos días se convocarían las nuevas elecciones.

Sánchez e Iglesias en Moncloa
Sánchez e Iglesias en el Congreso en una de sus reuniones de junio. / EP

La Constitución marca que entre el decreto de disolución de las cámaras y de convocatoria de nuevas elecciones han de pasar 54 días. Por tanto, para que las elecciones se celebren el 10 o el 17 de noviembre el texto sancionado por el Rey deberá entrar en vigor el mismo martes 17 o 24 de septiembre. Todo este calendario está siendo manejado por el gabinete de Sánchez y por la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes que dirige José Antonio Montilla.

Bloqueo político

Sánchez irá a una primera investidura... para perderla

Moncloa diseña una investidura exprés de Sánchez que, con muchas posibilidades a día de hoy perderá. El 'no es no' de PP, Cs y UP llevará al ganador de las elecciones a subirse a la tribuna del Congreso con únicamente el apoyo de los 123 diputados del PSOE. Sin embargo, no es la primera vez que Sánchez pierde una votación de investidura. Ya lo hizo en 2016, en marzo, cuando se presentó con un pacto de Gobierno entre PSOE y Ciudadanos. Entonces contaba con siete diputados más, 130 síes, pero fracasó por la negativa de Podemos de incorporarse al acuerdo. El candidato socialista también perdió la segunda votación. 

Estas fechas, además, se encuentran condicionadas a un giro sorpresivo de posiciones en algunos de los tres partidos que podrían desbloquear la investidura de Sánchez: PP, Ciudadanos y Unidas Podemos. Sin embargo, fuentes socialistas se mostraban ayer pesimistas respecto a la posibilidad de que alguna de estas formaciones proceda a facilitar la formación de Gobierno. "Va a ser más difícil que la elección de cargos en Bruselas", ironizaban.

PP, Cs y UP, anclados en el 'no es no'

La opción más plausible contemplada por los socialistas, un "Gobierno de cooperación" con Unidas Podemos, quedó ayer aún más alejada después de que Irene Montero afirmara que Sánchez prefiere un pacto con la derecha. Adriana Lastra desmintió inmediatamente estas declaraciones, lo que complica aún más el acercamiento. Pablo Iglesias sigue exigiendo ministerios y Pedro Sánchez no contempla esta opción.

Los socialistas también ven realmente difícil un giro de los 57 diputados de Ciudadanos, más si cabe tras el resultado de la votación de la ejecutiva del pasado lunes y después de las dimisiones de Toni Roldán y Javier Nart. Los críticos son clara minoría y, a pesar de estar liderados por Luis Garicano, no se sientan la mayoría en el Congreso. Solo tienen acta Ignacio Prendes y Marta Martín, dos de los que se abstuvieron sobre la postura de abrir una negociación con el PSOE.

El PP, por su parte, no ve motivos para abstenerse en una votación de investidura. Fuentes cercanas a Casado explican que Sánchez no les ofrece ninguna confianza debido a que los últimos movimientos de los socialistas (dar la presidencia del Parlamento a Geroa Bai en Navarra o no permitir que Xavier García Albiol gobierne en Badalona) son considerados ofensas para ellos. Descartan, por tanto, facilitar el Gobierno de Sánchez para que luego pase a pactar los Presupuestos y otras leyes importantes con Unidas Podemos y las formaciones independentistas.

El precedente de 2016

Rajoy declinó una investidura y perdió otra

Mariano Rajoy declinó en 2016 presentarse a la investidura al no contar con los apoyos necesarios. Dejó pasar su turno y Sánchez sí dio el paso. Eso llevó a que el líder del PSOE activara el "reloj de la democracia" y, tras dos meses de negociaciones sin acuerdo, se convocaran las segundas elecciones. Tras las elecciones del 26-J Rajoy se presentó a su primera sesión de investidura y también la perdió. Tras intensas negociaciones y presiones, un rocambolesco Comité Federal del PSOE facilitó 'in extremis' la investidura del líder del PP.

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