Sánchez activa una tercera ronda de contactos para lograr el 'sí' de Iglesias

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el Congreso.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el Congreso.
EFE

Nueva ronda de contactos, la tercera, tras las elecciones del 28 de abril. El candidato socialista a la investidura, Pedro Sánchez, ha decidido convocar a Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias la próxima semana en La Moncloa para abordar la negociación de cara a la votación del próximo día 23. De forma paralela, Adriana Lastra, la portavoz en el Congreso se reunirá con el resto de partidos con menor representación, a excepción de Vox. Tras una primera toma de contacto en el Congreso y otra en la residencia presidencial, el líder del PSOE encara una semana decisiva para conseguir ser investido.

Según explican fuentes socialistas, el objetivo de Sánchez es "desbloquear la investidura" de dentro de tres semanas. "Queremos que este mes de julio haya Gobierno", indican desde Ferraz, añadiendo que "hay bases para ponernos de acuerdo para un voto favorable de Unidas Podemos, tal y como hemos demostrado estos doce meses".

Insisten así en un 'reblandecimiento' de los morados tras la carta que ha publicado Pablo Iglesias en La Vanguardia este miércoles abriéndose a la posibilidad de revisar su 'no es no' en un posible segundo debate y posterior votación de investidura.

"PP y Ciudadanos, por su parte, deben asumir con una abstención su responsabilidad con los españoles facilitando la estabilidad de nuestro país", indican las mismas fuentes socialistas. Sin embargo, desde los equipos de Pablo Casado y Albert Rivera insisten en que no modificarán su voto negativo a Sánchez.

"España necesita un Gobierno progresista y europeísta para seguir avanzando y que arranque la legislatura", indican desde el PSOE tras cerrar los nombramiento de la cúpula de la UE en la que Josep Borrell ejercerá de alto representante de la diplomacia comunitaria.

Moncloa ya piensa en unas segundas elecciones

Programar la investidura para el 23 de julio implica que Moncloa ya piensa en unas segundas elecciones en noviembre. En concreto, cumpliendo los plazos que marca la Constitución, el Gobierno en funciones prevé que esos posibles comicios se celebren, si no se produce un giro de las posiciones, el 17 de noviembre (o el 10 si se acorta una semana la campaña electoral).

La elección del 23 de julio como fecha de la primera votación de investidura implica también que la segunda se deberá celebrar 48 horas después, el 25 de julio. Moncloa maneja la opción de que, tal y como se encuentran las negociaciones, el candidato no saldrá elegido y, por tanto, la presidenta del Congreso emplazará a los grupos políticos a una investidura 'in extremis' para el día 21 de septiembre, sábado. La segunda votación sería 48 horas después, el 23, lunes. Y a partir de ahí, si no hay acuerdo para designar presidente, se estos dos últimos días se convocarían las nuevas elecciones.

La Carta Magna marca que entre el decreto de disolución de las cámaras y de convocatoria de nuevas elecciones y los comicios han de pasar 54 días. Por tanto, para que las elecciones se celebren el 17 de noviembre el texto sancionado por el Rey deberá entrar en vigor el mismo martes 24 de septiembre.

En estas circunstancias, Sánchez irá a una primera investidura para perderla. El 'no es no' de PP, Cs y UP llevará al ganador de las elecciones a subirse a la tribuna del Congreso con únicamente el apoyo de los 123 diputados del PSOE, a todos modos insuficientes. Sin embargo, no es la primera vez que Sánchez fracasa en una votación de investidura. Ya lo hizo en 2016, en marzo, cuando se presentó con un pacto de Gobierno entre PSOE y Ciudadanos. Entonces contaba con siete diputados más, 130 síes, pero fracasó por la negativa de Podemos de incorporarse al acuerdo. El candidato socialista también perdió la segunda votación.

el dato

Rajoy declinó ir a una investidura y perdió otra

Mariano Rajoy declinó en 2016 presentarse a la investidura al no contar con los apoyos necesarios. Dejó pasar su turno y Sánchez sí dio el paso. Eso llevó a que el líder del PSOE activara el "reloj de la democracia" y, tras dos meses de negociaciones sin acuerdo, se convocaran las segundas elecciones. Tras las elecciones del 26-J Rajoy se presentó a su primera sesión de investidura y también la perdió. Tras intensas negociaciones y presiones, un rocambolesco Comité Federal del PSOE facilitó 'in extremis' la investidura del líder del PP.

PP, Cs y UP: 'no es no', de momento

La opción más plausible contemplada por los socialistas, un "Gobierno de cooperación" con Unidas Podemos, quedó la semana pasada rechazada después de que Irene Montero afirmara que Sánchez prefiere un pacto con la derecha. Adriana Lastra desmintió inmediatamente estas declaraciones, lo que complica aún más el acercamiento. Pablo Iglesias sigue exigiendo ministerios y Pedro Sánchez no contempla esta opción.

Los socialistas también ven realmente difícil un giro de los 57 diputados de Ciudadanos, más si cabe tras el resultado de la votación de la ejecutiva del pasado lunes y después de las dimisiones de Toni Roldán y Javier Nart. Los críticos son clara minoría y, a pesar de estar liderados por Luis Garicano, no se sientan la mayoría en el Congreso. Solo tienen acta Ignacio Prendes y Marta Martín, dos de los que se abstuvieron sobre la postura de abrir una negociación con el PSOE.

El PP, por su parte, no ve motivos para abstenerse en una votación de investidura. Fuentes cercanas a Casado explican que Sánchez no les ofrece ninguna confianza debido a que los últimos movimientos de los socialistas (dar la presidencia del Parlamento a Geroa Bai en Navarra o no permitir que Xavier García Albiol gobierne en Badalona) son considerados ofensas para ellos. Descartan, por tanto, facilitar el Gobierno de Sánchez para que luego pase a pactar los Presupuestos y otras leyes importantes con Unidas Podemos y las formaciones independentistas.

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