Nochebuena y Navidad en Quintos de Mora. Es el plan que ha diseñado Pedro Sánchez, según ha sabido La Información. El presidente del Gobierno en funciones quiere alejarse por unas horas de Moncloa y encerrarse en la finca de Toledo propiedad de Patrimonio Nacional. Este el dispositivo diseñado a día de hoy. Será la cuarta ocasión en este año en la que la caravana presidencial desembarque en estas instalaciones perfectas para la desconexión total y blindadas de las miradas ajenas.
Se conoce como "el rancho de Aznar". Así bautizó George W. Bush a Quinto de Mora. Sánchez ya conoce estas instalaciones, ya que ha estado en varias ocasiones allí. En esta ocasión esta previsto que el jefe del Ejecutivo en funciones pase allí junto a su familia la Navidad. Todo ello en plena incertidumbre por la abstención de ERC, que ha enfriado la posibilidad de una investidura antes de fin de año. No está claro, por tanto, que Sánchez pase los días festivos en la finca castellano-manchega con la decisión de los independentistas en el bolsillo.
Los planes apuntan a que el desplazamiento de Sánchez se pueda realizar en helicóptero, a bordo del Super Puma del 402 Escuadrón del Ejército del Aire. Ya lo utilizó anteriormente para aterrizar en este inmueble reservado para autoridades.
Sánchez ha permanecido un total de cuatro veces en Quinto de Mora, tres de ellas estando en funciones. La primera vez que visitó la finca fue en 2018 cuando convocó un retiro con sus ministros para preparar el inicio del curso político después del verano. También estuvo Iván Redondo.
Tras la campaña electoral del 28-A regresó a Quintos de Mora. Era el Puente de Mayo. Se encerró allí durante sus primeros días de descanso tras una campaña intensiva en la que se ha recorrido toda España. Allí tomó la decisión de no conformar un Gobierno de coalición con Unidas Podemos y empezó a preparar las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo.
También estuvo en las instalaciones sitas en el municipio de Los Yébenes antes de presentarse a la investidura fallida de julio de este mismo año. Era pleno verano. Había regresado del G-20 de Osaka y del Consejo extraordinario de Bruselas donde se cerró la cúpula de la UE. Días más tarde encaró la tercera ronda de contactos con Pablo Casado y Pablo Iglesias (Albert Rivera hehusó a reunirse con él) para intentar desbloquear la situación. Y fracasó.
Antes de finalizar el periodo estival volvió a visitar las instalaciones toledanas en la que, hasta ahora, ha sido su última estancia. Sánchez pasó en Quinto de Mora las últimas horas de agosto y las primeras de septiembre. Y lo hizo tras regresar de unas vacaciones en Doñana de doce días. El bloqueo era ya una realidad y se mantiene hasta el día de hoy, cuatro meses más tarde.
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