Pedro Sánchez se ha saltado este año la comparecencia tras el último Consejo de Ministros para dar cuenta de lo ocurrido en todo el ejercicio y las novedades que se preparan, por el mero hecho de que está en funciones y en plenas negociaciones con ERC para buscar un pacto de Gobierno. Sin más explicaciones, la ministra portavoz Isabel Celaá ha advertido que "las cosas que afectan a la vida de los ciudadanos deben hacerse despacio y muy meditadas", y el presidente del Gobierno está "ocupado" con las negociaciones para tener un Ejecutivo cuanto antes, con lo que no ha salido este año a dar cuentas en diciembre, aunque eso sea una tradición que se mantenía desde hace 15 años.
A pesar de que oficialmente no se confirman los contactos entre ambas formaciones políticas, la ministra ha admitido que existen conversaciones a ciertos niveles para ir apurando los flecos del futuro pacto de Gobierno, dado que Sánchez necesita el apoyo de ERC, aunque sea mediante una abstención, para sacar adelante su investidura. La decisión final del partido republicano catalán está condicionada a la postura que la Abogacía del Estado tome finalmente sobre la sentencia del Tribunal de Luxemburgo que reconocía la inmunidad parlamentaria de Junqueras como eurodiputado.
El mensaje que sí ha querido reiterar la portavoz del Ejecutivo en varias ocasiones ha sido el interés del Gobierno en tener formado un Gobierno "cuanto antes", una vez que la coalición con Podemos está casi cerrada y solo queda el pacto con los catalanes. Lo que sí ha resaltado la ministra es que ya está preparada una agenda legislativa para 2020 "potente", en la que se contemplan "decisiones económicas inmediatas".
La ministra no reveló ninguna de estas medidas, pero si tuvo que encargarse ante los informadores, en lugar de Pedro Sánchez, de comunicar que el Gobierno no ha podido acabar el año con la aprobación prevista de la subida de las pensiones ni el aumento de sueldo de los funcionarios ni la elevación del SMI. Tampoco ha comparecido ninguna de las ministras del área económica del Gobierno, a pesar de la carga de este tipo de temas que se podía plantear.
Una tradición de hace 15 años
El plantón de Pedro Sánchez a la prensa en el último Consejo del año rompe con una tradición de hace 15 años, que desde el Ejecutivo justifican sobre todo en el hecho de que se trata de un Gobierno en funciones, con varios ministros 'sustituidos' o reemplazados por otros por estar ya con otras responsabilidades (Borrell y Batet), y en plena negociación de un acuerdo de Gobierno.
Sánchez y sus colaboradores mantienen los contactos con ERC con bastante discreción, a la vista de lo delicado de la situación política en Cataluña y la necesidad de no soliviantar a las bases de la formación catalana, que son las que más apuestan por el separatismo. La situación de la negociación es tan crítica y se quiere llevar tan en secreto que los informadores han recordado a la ministra portavoz que este año no se ha convocado ni siquiera la tradicional copa de Navidad para la prensa.
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