Gane Sánchez o Rajoy: debate sobre una moción que paraliza un año las reformas

  • El resultado de la iniciativa, sea el que sea, deja a la economía pendiente de una modernización necesaria que no llegará a corto y medio plazo.
Rajoy y Sánchez se reúnen ante la situación en Cataluña
Rajoy y Sánchez se reúnen ante la situación en Cataluña
EFE

Hace dos semanas, el pasado 15 de mayo, Rajoy y Sánchez se reunían en Moncloa en una 'entente cordiale' para frenar a los independentistas catalanes. Hoy el país se debate entre uno u otro. Sus caras han cambiado radicalmente en cuestión de quince días. Y es que ahora el futuro de la política y de la economía nacional está en manos del PNV. El horizonte no es nada halagüeño ya que, pase lo que pase en la decisiva votación de mañana, se abrirá un periodo de inestabilidad peligroso y que pone en duda la recuperación en la que se estaba avanzando. Queda descartada, en definitiva, cualquier tipo de reforma a corto y medio plazo.

Lo que ocurra a partir del viernes no beneficia a la economía. Los dos escenarios posibles presuponen unos meses de incertidumbre con unos mercados ya en alerta. Una opción es que el PSOE consiga reunir los 176 'síes' necesarios y Pedro Sánchez se convierta en presidente del Gobierno durante unos meses. Sería un Ejecutivo Frankenstein, un término que acuñó en su día Rubalcaba, con ministros en despachos de una forma 'interina' hasta que se convoquen unas elecciones generales.

El secretario general de los socialistas ha propuesto al PNV que esos comicios se convoquen en noviembre, dejando seis meses entre la moción de censura y la cita con las urnas. Con 84 diputados (85 si se suma a Pedro Quevedo) Sánchez tendría realmente difícil sumar mayorías parlamentarias capaces de atajar los grandes retos del país: empezando por la reforma de la financiación autonómica, continuando por la renovación de la cúpula del Banco de España (los socialistas amenazan con tumbar el nombramiento unilateral de Hernández de Cos) y pasando por el nuevo consejo de administración de RTVE que también debe remodelarse.

La otra opción es que Rajoy salga victorioso de la moción de censura, pero Cs, su principal socio parlamentario, ya ha dado por finiquitada la legislatura. Lo lógico sería caminar hacia unas elecciones, pero el Gobierno ya ha fijado su estrategia: resistir todo lo que se pueda con unos Presupuestos de 2018 en el bolsillo que garantizan al presidente culminar la legislatura hasta 2020. Si el PP ya ha tenido difícil gobernar en la primera mitad de legislatura la segunda parte se puede hacer insufrible para un Gobierno en minoría al que le podrían llegar nuevas mociones de censura, como ya ha advertido Podemos o el partido de Rivera.

En cualquier caso, el país camina hacia ese año, al menos, de parálisis. Las reformas que se deberían poner en marcha van a tener que esperar en una nación que mira de reojo a Italia. El riesgo de contagio es elevado y Bruselas ya ha puesto el foco en una economía como la española que hasta ahora ha sido la envidia de la eurozona. Se avecina, además, un inminente informe comunitario sobre las finanzas griegas que pondrá el foco en los países del sur del viejo continente, más si cabe.

Los bancos de inversión y los analistas ya han apostado porque su opción preferida son unas elecciones anticipadas. La Bolsa, por su parte, frenó este miércoles una alarmante caída en los dos días anteriores. Solo los bancos perdieron 7.857 millones entre lunes y martes, una cifra que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría elevó un día después a 36.000 millones a nivel global.

Donde de momento no ha habido reacción a la moción de censura ha sido en el Ibex 35. Las grandes empresas se mantienen de momento al margen de la cuestión política, aunque varias de ellas se han desplomado ya en el parqué. Sánchez, por su parte, tiene claro cuáles son sus prioridades en materia económica: en el programa electoral del PSOE en 2016 los socialistas planteaban la creación de hasta media docena de nuevos impuestos. El principal es el famoso Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), una tasa que ha molestado a los bancos. También proponían nuevos impuestos medioambientales y poner coto a los sueldos de los grandes directivos

En algo más de 24 horas se sabrá que quiere el Congreso. O Sánchez o Rajoy. La perspectiva económica no es halagüeña y las reformas que necesita el país no se acometerán en un país que debe modernizarse. Los empresarios lo saben y por eso miran con preocupación a lo que pueda ocurrir mañana en la Cámara Baja.

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