Pedro Sánchez ha convocado a todos sus ministros, 22, en Quintos de Mora el próximo fin de semana. Según ha podido saber La Información, el presidente quiere llevarse a su Gobierno de 'retiro político' a la finca propiedad de Patrimonio Nacional ubicada en Toledo para arrancar el curso y la legislatura en un ambiente distendido y alejado de la solemnidad del Palacio de la Moncloa. La coordinación va a ser clave en esta nueva etapa y encuentros como estos sirven, en opinión del Ejecutivo, para unificar posiciones y limar posibles asperezas.
El plan diseñado por Presidencia pasa por que los ministros lleguen a la finca situada a apenas dos horas de Madrid por carretera el próximo viernes, día 7 de febrero. También estarán en Toledo el día 8, pero Quintos de Mora no tiene capacidad para alojar al presidente y sus veintidos titulares de carteras, por lo que la previsión a punta a que los ministros irán, volverán a Madrid para hacer noche y regresarán a la finca al día siguiente. La cumbre, por tanto, arrancará al día siguiente de la reunión de Sánchez con Quim Torra en Barcelona.
La del próximo fin de semana será la primera vez que miembros de Unidas Podemos puedan acceder a esta finca utilizada por todos los presidentes del Gobierno. José María Aznar era una habitual del paraje castellano-manchego que George W. Bush bautizó como "el rancho de Aznar". Famosa es también la estancia del expresidente brasileño Lula da Silva para reunirse con José Luis Rodríguez Zapatero en estas instalaciones oficiales, totalmente blindadas, ubicadas en los Montes de Toledo.
Sánchez quiere que este 'retiro político' con sus ministros sirva para hacer "piña" a un Gobierno histórico por estas compuestos por miembros de PSOE y Unidas Podemos. Según explican fuentes gubernamentales, el objetivo pasa también por hacer una "tormenta de ideas" para arrancar la legislatura y explorar posibles proyectos para los próximos años. Está previsto que en el encuentro participe también el jefe de gabinete de Presidencia, Iván Redondo, y algún colaborador más del gabinete presidencial.
Sánchez pasó la Navidad en Quintos de Mora
Sánchez ha visitado en varias ocasiones la finca de Quinto de Mora desde que llegó a la Presidencia. La última vez fue durante las pasadas Navidades, en plenas negociaciones con Unidas Podemos para conformar el Gobierno de coalición y con ERC para sellar su abstención en la investidura. El presidente y su familia pasaron allí la Nochebuena, alejados del Palacio de la Moncloa. Fueron sus últimos días de descanso ya que en Nochevieja no pudo salir del recinto presidencial para preparar la sesión que le convirtió en jefe del Ejecutivo.
No es la primera vez que Sánchez utiliza Quintos de Mora para un consejo de ministros alternativo con su Gobierno. Meses después de llegar al poder, en agosto de 2018, montó unas jornadas similares con todo su equipo para preparar lo que se les avecinaba: Presupuestos, negociación fallida con Cataluña, Brexit y otras cuestiones que puso en marcha el Ejecutivo a la vuelta de esas vacaciones de verano.
Los Presupuestos, en La Mareta de Lanzarote
Pedro Sánchez suele desplazarse a fincas de Patrominio Nacional para tomarse unos días de descanso y ultimar proyectos importantes. El año pasado, por ejemplo, pasó en la residencia de La Mareta, en Lanzarote, el fin de año de 2018. Allí se encerró unos días para poner la guinda a los Presupuestos Generales del Estado que el viernes siguiente presentó en Consejo de Ministros. La Información ofreció entonces imágenes inéditas del interior de la residencia oficial que fue diseñada por César Manrique.
Una vivienda central -donde Sánchez se alojó junto a su mujer y sus hijas-, varios 'bungalows' repartidos por todo el recinto, dos piscinas, un lago central, helipuerto... Así es La Mareta. Allí, a orillas de la costa atlántica, el jefe del Ejecutivo pudo descansar durante una semana y, en contacto telefónico con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y su jefe de gabinete, Iván Redondo, cerrar los últimos flecos del proyecto de ley más importante de su mandato.
Este verano el presidente pasó 12 días en Doñana. Allí, en el Palacio de las Marismillas, pudo desconectar durante casi dos semanas del mes de agosto antes de encarar la negociación fallida con Unidas Podemos. Luego se disolvieron las Cortes y se repitieron las elecciones en noviembre.
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