Sánchez prepara una oferta 'in extremis' para facilitar el apoyo de PNV y Podemos

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez
EFE

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha reservado para el final de su ronda de contactos las reuniones con los nacionalistas vascos del PNV, el Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y Unidas Podemos, las tres fuerzas que pueden apoyar con más facilidad un acuerdo para cerrar su investidura y evitar unas nuevas elecciones. Fuentes cercanas a ese proceso aseguran que de lo que se trata es de tener una propuesta definitiva lo más ajustada posible que permita desbloquear la situación. 

"Hablaremos con el PNV, el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), las fuerzas nacionalistas de Cataluña y lógicamente con Unidas Podemos", ha precisado el presidente en funciones antes de reunirse este viernes con las organizaciones del sector cultural, en el marco de la ronda de contactos que mantiene con colectivos sociales. Desde el PSOE se ha querido salir al paso de quienes ven en ese 'roadshow' con fuerzas políticas y sociales una coartada para justificar el fracaso final de las negociaciones y la convocatoria de nuevos comicios, y han reiterado que el objetivo es intentar, al final de los contactos, recuperar la situación rota con Unidos Podemos hace dos semanas. 

Lo que parece quedar claro, y se advierte tanto por quienes han estado reunidos con el presidente como por sus colaboradores más cercanos, es que la situación con la formación morada ha cambiado. El escenario, por lo pronto, es de total ruptura y desconfianza, si bien algunos portavoces de Podemos han dejado ver este mismo viernes su predisposición a que desde el Gobierno se les haga un nuevo llamamiento para sentarse a la mesa a negociar un posible pacto de investidura.   

La estrategia del PSOE tampoco pasa en estos momentos por abrirse a una oferta "demasiado generosa" con quienes han mostrado su negativa a aceptar lo que hasta ahora se ha puesto sobre la mesa. Fuentes socialistas aseguran que, si la fórmula 'in extremis' que desde el PSOE se prepara no llega a cuajar, las opciones de cambiarla son muchas menos que hace un mes, cuando ambas formaciones empezaron a negociar. 

Presiones desde dentro y desde fuera

Todos los encuentros que hasta el momento ha mantenido Pedro Sánchez tras la ruptura de las conversaciones con Podemos se han saldado con una petición de que se negocie de nuevo y se eviten las elecciones. Los colaboradores más cercanos del presidente han llegado a poner sobre la mesa que cualquier opción a futuro se debería circunscribir ya a un Ejecutivo en solitario, en lugar de buscar una coalición de gobierno, a sabiendas de que ese camino les puede llevar con facilidad a unas nuevas elecciones generales en el mes de noviembre. 

Esta misma semana, tanto la patronal como los sindicatos le han insistido al Sánchez en la necesidad de agotar todas las vías para lograr un pacto que permita un gobierno constitucionalista (la patronal CEOE) o de izquierdas (UGT y CCOO), pero que evite en todo caso unas nuevas elecciones. Fuentes sindicales cercanas a esos encuentros aseguran que incluso se pueden hacer concesiones en materia de políticas activas de empleo u otros aspectos del ámbito laboral, si bien desde el Ejecutivo en funciones se ha querido trasladar la idea de que el traspaso a Podemos de la cartera de Trabajo no se contempla en estos momentos. 

Desde el exterior, tanto la Comisión Europea como la OCDE han advertido que ese bloqueo político no es lo más recomendable ante el reto económico al que se enfrenta España, tanto por la necesidad que tiene de reducir su déficit fiscal a medio plazo, como por la crisis que se avecina y sobre la que se están empezando a dar los primeros datos negativos. Tanto la producción industrial como el paro han corroborado esta semana la urgencia de hacer las reformas en el mercado de trabajo y en la inversión en innovación y formación que necesita la economía española. Las recomendaciones de la Comisión se centraban en ambos aspectos y no han pasado desapercibidas en el Gobierno, a la vista de que unas nuevas elecciones pueden retrasar demasiado la toma de decisiones.

Sánchez piensa continuar a lo largo del mes de agosto con los encuentros con partidos políticos y colectivos sociales para conocer su visión de la situación, a sabiendas de que el PP y las formaciones de la derecha no van ceder ante su negativa a abstenerse para facilitar un gobierno socialista en solitario. Es más, Ciudadanos se quedará fuera de esta ronda de contactos dirigidos a materializar un programa de gobierno progresista porque, según ha recordado el propio Sánchez, su líder Albert Rivera ha dicho que no quiere reunirse con él y, por lo tanto, "oído cocina". 

Mostrar comentarios