Sánchez y Aragonés salen más alejados de la mesa y el plan de El Prat naufraga

El presidente de el Gobierno, Pedro Sánchez, ha asumido tras la bilateral con el president de la Generalitat que las posiciones están muy alejadas respecto a las demandas de referéndum y autodeterminación exigidas por la delegación catalana. Ni el apoyo y actualización de la 'agenda del reencuentro' ni el agradecimiento la "hospitalidad" de la sociedad catalana han borrado que existe un conflicto, una crisis en Cataluña que el Gobierno afronta sin zanjar tiempos: "Sin prisa, sin pausa y sin plazos", ha declarado Pedro Sánchez al describir cómo serán los próximos tiempos de diálogo.

Sánchez ha sido tajante con el 'núcleo duro' de los contenidos traídos por el president y ha recalcado que el Gobierno seguirá haciendo un esfuerzo por acercar posiciones pero que la amnistía y la independencia no son posibles, ni por la Constitución ni por conveniencia de la sociedad catalana. Afirma que la posturas sobre el tema son radicalmente distintas y que convendrá "escucharse mucho". Como contrapunto, ha explicado ante los medios, que el camino a seguir es seguir mejorando el clima político en Cataluña, algo que "es mejor hoy que hace un año". 

Por otra parte, y más allá de las desavenencias, el presidente del Gobierno también ha hablado de los asuntos económicos en Cataluña y lo ha declarado que la recuperación financiera es el segundo punto fundamental del orden de prioridades en la comunidad después de la superación de la pandemia.  El tercer punto, ha reiterado, es la "oportunidad de los fondos europeos" que también aterrizarán en Cataluña para "ganar el futuro", una sentencia optimista que ha acompañado recitando un fragmento del poeta catalán Salvador Espriu. Aunque, como 'revés' a esta apuesta, Sánchez ha asumido que el proyecto de El Prat ha caído en 'saco roto' ante la falta de consenso institucional en el Govern: "El Gobierno aparca esta amliación", ha afirmado. De esta forma, el Gobierno da por perdida la inversión en el aeródromo de Barcelona. 

Finalmente, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha salido este miércoles del Palau de la Generalitat a las 18.00 horas tras haberse reunido con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante casi dos horas y saludar a las delegaciones que conforman la mesa de diálogo movida en busca de soluciones. Aragonès ha acompañado a Sánchez hasta las puertas de la Generalitat, tras lo cual el presidente del Gobierno ha subido al coche oficial y se ha marchado.

La delegación del Gobierno central está integrada en la mesa de diálogo por la vicepresidenta Yolanda Díaz; el ministro de Presidencia, Félix Bolaños; la ministra de Política Territorial y portavoz, Isabel Rodríguez, y el ministro de Cultura, Miquel Iceta, mientras que la parte catalana está compuesta por la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, y el conseller de Empresa, Roger Torrent.

Aragonès insiste en desjudicializar el conflicto

Por otra parte, el president de la Generalitat ha recalcado que esta mesa no es una continuidad con la anterior sino que es un nuevo inicio. Asume, como Pedro Sánchez, que se trata de una negociación "muy compleja", ha afirmado, y ha proseguido, ya en las respuestas a los medios, que "la autodeterminación es necesaria para resolver este conflicto".  Un camino que el president espera que retome el cauce político y pierda los tintes judiciales que ha tomado en los últimos años que son, en su opinión, motivo de "represión". De esta forma, espera que con compromiso, diálogo y reuniones periódicas concretas pueda darse una solución aunque no cesa en sus exigencias por la autodeterminación. 

Como punto a recalcar, Pere Aragonès ha hecho un 'guiño' a los políticos de su autonomía implicada y ha dicho que conviene tener "perseverancia" en el futuro de la negociación sobre todo por la parte catalana para los avances. Lo ha dicho en rueda de prensa en la Sala Gòtica del Palau de la Generalitat, después de la reunión que ha mantenido con Aragonès en el marco de la mesa de diálogo entre gobiernos que ha durado cerca de dos horas. Antes de la rueda de prensa de Aragonès, en el mismo atril, ha pronunciado su rueda de prensa Sánchez y tras él estaban colocadas la bandera española y la 'senyera' catalana, pero la primera ha sido retirada por un trabajador de la Generalitat para la rueda del presidente catalán.