Quedan 16 meses para que se celebren las próximas elecciones generales. Serán, según insiste el presidente del Gobierno, en diciembre de 2023. De esta forma, la cuenta atrás ya ha comenzado y Pedro Sánchez sabe, mejor que nadie, que no puede seguir cobijándose bajo el manual de resistencia que le ha permitido sobrevivir hasta ahora. El escenario económico es muy frágil -con una inflación que se prevé otra vez del 10% para este mes- y es necesario, más que nunca, medidas efectivas que alivien la escalada de precios. Así, y según se constata en la encuesta de Dym para La Información, el PSOE sigue en caída libre, pese al aparente éxito de la cumbre de la OTAN y su decreto social contra las consecuencias de la guerra, frente a un 'efecto Feijóo' que se prolonga.
El polibarómetro de julio, cuyo trabajo de campo tuvo lugar los cuatro días posteriores al debate del estado de la nación, constata -a través de 1.000 entrevistas a la población mayor de 18 años- que el PP sube hasta el 31% su intención de voto (un 2,6% más con respecto a mayo), alcanzando los 130 y 134 escaños. Una realidad que contrasta con lo que sufre el PSOE, que pierde un 1,1% en intención de voto y se sitúa por debajo de los 100 escaños (entre 96 y 99 diputados).
Pese a este pesimista escenario que tiene el Ejecutivo en su horizonte, los analistas de Dym concluyen que las medidas económicas y sociales anunciadas por el Gobierno durante pasado debate de la Nación han sido bien acogidas por la población. Así, el 63,6% está a favor de la gratuidad de los abonos de Renfe cercanías, mientras que el 62,5% apoya el incremento de la cuantía de las becas a estudiantes. Sin embargo, los tributos anunciados contra la banca y las eléctricas -aunque son defendidas por más del 50% de la ciudadanía- aglutinan un apoyo menor. Además, el 43,2% de los encuestados cree que el debate mejoró la imagen de Sánchez y hasta un 47% aprobó su intervención.
Un escenario, quizá, contradictorio, pero que podría entenderse a través de la valoración que tienen los ciudadanos de la actuación del Gobierno (un 3,8 sobre 10) y de sus líderes. Así, el presidente de los populares, Alberto Nuñez Feijóo, es el mejor valorado (con un 4,6 sobre 10) seguido de Isabel Díaz Ayuso (con un 4,3) y de Yolanda Díaz (un 4). Mientras que Pedro Sánchez se sitúa en cuarta posición (un 3,6), a un punto del gallego.
Cabe resaltar el poco atractivo que genera la líder de Unidas Podemos, Ione Belarra, que se encuentra en última posición (por detrás del líder de Vox, Santiago Abascal). Además, el votante de Ciudadanos prefiere a Feijóo frente a su propia candidata, Inés Arrimadas (un 5,1 frente a un 4,8). Pero no todo son buenas noticias para el gallego: el centro derecha y la derecha sigue teniendo una mayor simpatía por Ayuso que por él.
Por otro lado, el 38,9% de la población prefiere a Feijóo como presidente del Gobierno frente al 33,1% que se decanta por Sánchez. Para más inri, el porcentaje de votantes del PSOE que prefiere al gallego antes que a su líder al frente del país ha aumentado... y ya se sitúa en el 16,5%. Una situación que se puede contrastar si atendemos a la fidelidad del voto: el número de votantes ha caído en las filas socialistas a diferencia de lo que ocurre en el PP, que presenta su tasa más elevada desde el inicio de la serie. De hecho, el líder gallego parece que seduce más a los votantes moderados: el 44,7% de los que se autoposicionan de centro prefieren a Feijóo frente al 21,6% que opta por Sánchez.
Por último, el 46% de la población considera que la celebración de la cumbre de la OTAN benefició la imagen de España, más de la mitad (un 50,2%) asegura que las relaciones entre EEUU y España han mejorado y el 41,5% secunda el aumento del gasto militar.
Bildu compromete a Sánchez
El jueves de la semana pasada -aparte de votar el decreto anticrisis- se dio un paso importante para aprobar la nueva ley de Memoria Democrática. Para ello, Bildu ha exigido que se tengan en cuenta los años posteriores al franquismo, con la creación de una comisión que analice si hubo vulneración de los derechos humanos en los primeros años de la transición. Dicha propuesta ha posicionado en contra al 39,8% de los ciudadanos, frente a un 25,8% que lo apoya. Además, el 58,3% considera que el PSOE no debería pactar con la izquierda abertzale una ley de memoria democrática y casi la mitad de los votantes socialistas lo rechazan.
El panorama electoral a falta de un año y medio para las elecciones es de gran optimismo para la derecha. La fidelidad de voto de los dos grandes partidos -Vox y PP- aumenta al igual que ocurre con su estimación de voto en comparación con las últimas elecciones generales (en la horquilla más alta suman 183 escaños y en la más baja 179). De momento, Sánchez no consigue amortizar las últimas semanas, cuya viabilidad y exposición han sido sobresalientes, y fiará el destino de su reelección al último curso político que comienza en septiembre, donde hay todavía varias incógnitas por despejar: desde el inestable escenario económico al desarrollo de la plataforma de su socia, Yolanda Díaz.
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