Bruselas propone una reducción del 15%

Sánchez sondea a Macron y Draghi para bloquear los recortes de consumo de gas

Intenta doblar el brazo a la Comisión Europea y a países como Alemania para evitar medidas que considera "ineficientes". España ofrece usar la infraestructura logística nacional al máximo para exportar gas no ruso.

Montaje Sánchez Macron Draghi
Sánchez negocia con Macron y Draghi salvar el recorte de gas
Nerea de Bilbao (Infografía)

El partido se está jugando en estos momentos. Los últimos días de julio son decisivos. La Comisión Europea sorprendió la pasada semana con una agresiva propuesta comunitaria para recortar el consumo de gas que países como España están dispuestos a bloquear. Portugal también. En el Gobierno esperan no llegar a tanto y por eso se ha abierto una intensa negociación con Francia e Italia, entre otros países, para conseguir convencer a los socios europeos de que no tiene sentido, según explican fuentes gubernamentales, obligar a una reducción del 15%. España, a cambio, está dispuesta a ofrecer utilizar su infraestructura logística al máximo para hacer llegar al resto del continente gas no ruso. Europa vive días decisivos.

El Gobierno se encontró por sorpresa con el ambicioso reglamento de la Comisión que contempla como vinculante el citado recorte del consumo de gas del 15% durante los ocho meses de frío en Europa. La reacción fue contundente, inédita se podría decir, por parte de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera: España no lo acepta. Se pusieron inmediatamente en marcha conversaciones a varias bandas con diferentes cancillerías para intentar conseguir que España pueda quedar fuera del plan. El Ejecutivo de Sánchez considera que tiene razones de peso para amarrar una nueva 'excepción' y se está volcando en ello.

"Buscamos que la Comisión y que la UE entienda que nuestra respuesta es muy potente", explican fuentes gubernamentales. ¿Qué respuesta ofrece España? Que se pueda "utilizar la infraestructura gasista nacional al máximo para que se pueda suministrar a Europa gas no ruso" para los citados ocho meses. "Aquí está la solidaridad española", ofreciendo un gas que, por cierto, hay que pagar y supondría una importante vía de ingresos para las compañías gasistas que operan en nuestro país.

El Gobierno prepara una carta con destino a la Comisión Europea como respuesta al reglamento anunciado de forma unilateral por Bruselas, algo que en el Ejecutivo no entienden. En esa misiva se ofrecerá una "búsqueda de soluciones" ante una propuesta que "no nos gusta". De forma paralela, Moncloa y Transición Ecológica han abierto una ronda de contactos con varios países del club comunitario para intentar doblegar los intereses de otros gobierno, como el alemán, que ya ha aceptado la propuesta. "Vemos países muy vocales", indican desde el Gobierno. Portugal y Grecia están con España. Polonia y Hungría también. Quieren que Bruselas no establezca objetivos vinculantes. El Gobierno de Macron "se lo está pensando". Y el de Draghi, tras la convocatoria electoral, se encuentra en un escenario similar.

Este martes es una fecha marcada en rojo en el calendario de la UE. España está dispuesta a dar la batalla con el citado argumento de que España puede multiplicar su exportación de gas a los países que los necesiten. Por poner cifras: la media histórica mensual de gas traspasada al otro lado de los Pirineos es de 2 teravarios hora (TWh) y España podría pasar a exportar 6,7 sin inversiones adicionales. A través de varias vías: los tubos que conectan con Francia o los barcos. Las regasificadoras están listas para exprimir su funcionamiento y el puerto del Musel, a punto de empezar a operar. Sólo falta que Bruselas y otros países lo vean igual y se consiga esta especie de 'excepción solidaria' antes de que el reglamento entre el funcionamiento el 1 de agosto.

Otro argumento que está empleando el Gobierno en las conversaciones con el colegio de comisarios y con otros socios es el de actuar sobre la oferta y no sobre la demanda, como propone la Comisión. Otro dato: el reglamento comunitario en discusión propone recortar la demanda para consumir 45 bcm (el citado 15%; para que el lector se haga una idea 1 bcm equivale a unos 10 metaneros de gas natural licuado), pero España defiende actuar sobre la oferta porque nuestro país está en condiciones de ampliar las exportaciones gasistas a Francia. 

Francia también tiene cuellos de botella, no es tan sencilla la conexión

España lleva años invirtiendo en regasificación, con ocho plantas en la costa que permiten al Gobierno encarar la crisis energética con otras perspectivas que, por ejemplo, Alemania. Sánchez aprovecha cualquier ocasión para presumir de la situación privilegiada. En este momento esas plantas se encuentran operando al máximo de sus capacidades, sin descanso. 

Más datos. Actualmente el 20% de la producción gasista de España se está exportando a otros países. A Francia pasa aproximadamente la mitad por los dos tubos que hay operativos en los Pirineos. El famoso Midcat (algo que en el Gobierno califican como el "nuevo corredor de hidrógeno") no alcanza. Debería contribuir a incrementar las exportaciones, pero hace falta una inversión que no cubrirá este invierno. Por interconexión eléctrica España aporta un 8% adicional del gas. Y por buque, a través de la conexión Barcelona - Italia, sale el 2%. El Musel (que podría llegar a exportar 8 bcm cuando esté funcionando al cien por cien) ofrecerá un nuevo corredor marítimo por el Mar del Norte. El problema es que Francia y Europa también tiene cuellos de botella, no son tan sencillas las conexiones. Todo está relacionado.

Desde el Gobierno dejan claro que el objetivo de esta fuerte presión que están ejerciendo es no exigir restricciones "a ningún consumidor en España". Ni doméstico ni industrial. Que todo se quede en "recomendaciones". Por ello piensan llegar a este martes con "una solución positiva, que no implique sacrificios ineficientes". En este momento el consumo de gas en España se concentra en un 50% en la industria, otro 25% es energético y el 25% restante lo realizan pymes y hogares. Si el Ejecutivo no consigue sus objetivos las restricciones se centrarían en la industria, asumen.

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