El presidente en funciones, Pedro Sánchez, ha aprovechado la celebración de la cumbre del cambio climático y la “revolución” joven que va a suponer en Madrid para comparecer en el Día de la Constitución y ‘vender’ una legislatura verde que “espero que dure cuatro años”. A pesar de que no ha dado ningún avance sobre las negociaciones de Gobierno con Podemos ni de la mesa de diálogo con los separatistas catalanes de ERC, el presidente del Gobierno ha intentado lanzar un mensaje de tranquilidad, tras las críticas duras que en la celebración del Congreso le han lanzado los partidos de la oposición (PP, Cs y Vox), por negociar un Gobierno con quienes quieren romper la Constitución.
Justo antes que el presidente en funciones, el líder del PP, Pablo Casado, comparecía ante los medios en el Congreso para advertir que su partido va a recurrir a todos los caminos legales posibles que tiene abiertos la Constitución para frenar cualquier reforma estatutaria que Sánchez negocie con los partidos separatistas de País Vasco y Cataluña. El responsable popular ha descartado cualquier colaboración con el PSOE de cara a formar un Gobierno, porque el presidente en funciones ya ha elegido sus compañeros de viaje, que son “precisamente los enemigos de la Constitución y de la unidad de España”.
Casado no ha querido ni siquiera evaluar la opción de llegar a un acuerdo con Ciudadanos y el PSOE, tal y como había solicitado apenas cinco minutos antes Inés Arrimadas, “porque nosotros no somos el sustitutivo de nadie”. Casado ha criticado con dureza la estrategia socialista de optar por ERC para lograr su investidura o “enviar a los sindicatos a la cárcel a negociar con los independentistas”, en relación a la reciente visita del líder de UGT a Junqueras. Casado ha recordado que “ningún país europeo negocia un gobierno con quienes son contrarios a su Constitución”.
Las intervenciones políticas previas a la celebración del Día de la Constitución en el Congreso han servido para evidenciar la diversidad y complejidad política del nuevo Congreso de los Diputados, sobre todo entre los partidos autodenominados constitucionalistas y agrupados en torno a la derecha, frente a la izquierda de PSOE y Podemos, y los partidos nacionalistas y separatistas, muchos de los cuales no han acudido a celebrar este día porque nunca han apoyado la Constitución.
"Si tiene que ser enero, que sea"
Del lado del presidente, el dirigente de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y candidato a vicepresidente en un futuro gobierno de coalición, tampoco ha querido avanzar nada sobre las negociaciones con el PSOE y ha advertido que el tiempo no es lo que más les preocupa ahora. "Puede ser a mediados de diciembre o más adelante, y si tiene que llegarse al mes de enero, pues que así sea", ha dicho ante los medios.
Iglesias ha aprovechado la ocasión para advertir que su formación, cuando esté en el Ejecutivo, aprovehcará para introducir en la legislación todos los avances que la Constitución permite, sobre todo en lo que se refiere a la ampliación de los derechos económicos y sociales que contempla la Carta Magna, o para justificar un control de los precios de los alquileres en las grandes ciudades, si es necesario.
Esa medida sobre la vivienda es uno de los puntos de fricción en las negociaciones con el PSOE para formar Gobierno, sobre todo ante la negativa de Sánchez de permitir que se manipule el mercado del alquiler de esa manera. De hecho, el control de la política de vivienda y de las cuestiones básicas de la economía es algo que se ha reservado para las carteras socialistas, que solo están dispuestos a ceder Trabajo a Podemos, sin la gestión de la Seguridad Social.
"La Constitución, con sus límites y cosas mejorables, es un instrumento que a través de sus artículos puede servir para defender a las mayorías de nuestro país. Es muy importante que no hablemos tanto de la etiqueta de constitucionalistas y que hablemos de los artículos sociales de la Constitución, que tiene que ser ele eje del próximo Gobierno de España", ha reivindicado Iglesias.
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