Sánchez trata de convencer a los barones para seguir negociando con Podemos

    • El Comité Federal de este lunes ratificará el acuerdo con Ciudadanos, avalado por la militancia.
    • No se prevén sobresaltos, aunque los dirigentes territoriales temen que Sánchez se considere respaldado para el diálogo con Iglesias.
Sánchez espera un 'sí' "rotundo y claro" de la militancia del PSOE al acuerdo con Ciudadanos
Sánchez espera un 'sí' "rotundo y claro" de la militancia del PSOE al acuerdo con Ciudadanos

Con un clima notablemente distinto al celebrado hace apenas un mes, Pedro Sánchez acude este lunes al Comité Federal de su partido.

Entonces, el líder socialista dio un golpe de autoridad con una consulta a la militancia que cogió desprevenidos a sus barones. Ahora, avalado por casi un 80% de sus bases y un 51'7% de participación, Sánchez quiere convencer a sus dirigentes de que los afiliados quieren negociaciones "entre distintas fuerzas políticas". Esto es, a día de hoy, Ciudadanos, pero quién sabe si, en un futuro, también Podemos.

La pregunta que Ferraz trasladó este fin de semana a los afiliados, sin referencia a ningún partido concreto ya que se cerró antes de que se anunciase el acuerdo con los de Rivera, es lo suficientemente abierta como para que el líder socialista pueda considerar refrendado cualquier intento de lograr la investidura.

Un matiz nada menor que genera preocupación entre los dirigentes autonómicos más críticos con las negociaciones con Podemos. El 'portazo' de los de Iglesias, justificado en las propuestas del acuerdo suscrito el pasado miércoles entre Sánchez y Rivera, no se entiende como inamovible. De hecho, desde la formación emergente se insiste en la "mano tendida" al líder socialista si, finalmente-esto es, tras la segunda votación fallida de investidura-se decide a retomar diálogo con las formaciones de izquierda, Podemos, pero también IU y Compromís, los otros dos partidos sentados en la misma mesa de negociaciones.

No obstante, en el cónclave de este lunes no se espera ruido de sables. Al menos, no en la medida de los dos comités anteriores. El primero, celebrado unos días después del 20-D sirvió para que los barones marcasen a Sánchez las líneas rojas de cualquier acuerdo: no a una negociación con independentistas, y no también a aquellos que defiendan consultas y referéndums. Referencia clara a Podemos.

El segundo, para medir un pulso entre Sánchez y Díaz que se cerró en tablas: el primero se sacó de la manga la consulta a la militancia y la segunda logró que el congreso federal se adelantase a mayo, antes de la fecha prevista por la dirección socialista.

Pero este lunes no es previsible que nadie eleve la voz contra un dirigente respaldado por la militancia. El mensaje de no descoser el partido ante la investidura ha circulado en los últimos días por las distintas federaciones y ha dado resultados: ningún líder autonómico se ha mostrado explícito en las críticas. Incluso Díaz aprovechó las celebraciones del Día de Andalucía, este fin de semana, para arengar a su secretario general. "España le necesita", resumió la lideresa andaluza.

Tampoco se esperan objeciones para ratificar el acuerdo avalado por las bases. El pacto con Ciudadanos, aunque no permita sumar los escaños para que Sánchez sea investido, sí aleja, al menos por el momento a Podemos.

La única crítica, aunque tampoco demasiado abrupta, vendrá a cuenta de la supresión de las diputaciones, exigencia de Rivera aceptada por el socialista y que los líderes autonómicos entienden como un revés para atar su poder territorial.

Aún con ello, el orden del día transcurrirá sin sobresaltos. Las miradas están puestas en una semana en la que, si no median sorpresas in extremis- el líder socialista saldrá del Congreso fracasado en su intento de formar gobierno. Pero, sobre todo, en las semanas venideras. Cómo habrán de afrontarse a partir de entonces las negociaciones, y sobre todo con quién, es la pregutna que se formulan los dirigentes territoriales.

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