Tras el varapalo de las elecciones en Madrid

Sánchez y Díaz preparan un "arsenal legislativo" para frenar el avance del PP

Moncloa comienza a hablar de "cambio de ciclo económico" y vende que la recuperación ya está en marcha. El Gobierno fía lo que queda de legislatura a los fondos europeos y cuida a sus socios de PGE.

Sánchez y Díaz negocian un "arsenal legislativo" que frene el avance del PP
Sánchez y Díaz negocian un "arsenal legislativo" que frene el avance del PP
Fernando Calvo / Moncloa

Moncloa prepara "el contragolpe". Un "arsenal legislativo", en palabras del secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, que se está negociando en el seno del Gobierno y que pretende recuperar la iniciativa política que ha perdido la coalición en las últimas semanas tras el varapalo sufrido en las elecciones madrileñas del 4 de mayo. El objetivo es impulsar un conjunto de leyes de contenido netamente progresista coincidiendo con el avance del PP y de Pablo Casado en las encuestas publicadas. Sánchez y sus ministros fían los dos años y medio largos que quedan de legislatura a la recuperación económica y al reparto de los fondos europeos. Se va a dejar de confrontar proyectos con Isabel Díaz Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez y el Ejecutivo se va a centrar en la economía y algunas leyes pendientes.

El Gobierno da inicio a una nueva etapa desde un triple punto de vista. En primer lugar, en clave sanitaria. La campaña de vacunación avanza a velocidad de crucero y eso ha permitido a Sánchez activar la cuenta atrás para alcanzar la inmunidad de grupo a mediados de agosto. Se empieza a vislumbrar un futuro cercano sin mascarilla en determinadas ocasiones. También en clave política, con un escenario sin elecciones a la vista -con permiso de Juanma Moreno, si no anticipa las andaluzas, algo que Génova no quiere-. Y, por último, desde el escenario económico. Moncloa ha comenzado a vender un "cambio de ciclo económico". El mensaje ya está siendo incorporado a argumentarios y discursos públicos.

La legislatura se va a jugar en clave económica, de ahí el giro de la coalición. El objetivo es vender la recuperación ("España será el país de la Unión Europea que más crezca este 2021 y 2022", insisten desde el Gobierno) y la creación de empleo. Sánchez y sus ministros socialistas hablan de 800.000 nuevos puestos de trabajo al año pero desde el Ministerio de Trabajo siempre insisten en que no sólo basta con una cifra, sino que los empleos que se creen tienen que ser de calidad. El presidente del Gobierno va a participar este miércoles en el 43 Congreso federal de UGT y se espera que realice algún anuncio en clave económica.

El papel del Ministerio de Yolanda Díaz se antoja clave en este sentido. La vicepresidenta tercera ha conseguido sacar adelante el compromiso de que la Reforma Laboral se active en 2021, algo con lo que discrepaba una parte socialista del Gobierno. No va a ser baladí que la recuperación económica se produzca con este conjunto de normas ya en vigor. Esta mesa de diálogo continúa trabajo con reserva pero con avances. Las reformas fiscal y de pensiones se han dejado, sin embargo, para 2022 o más adelante ya que entrañan mayores riesgos políticos para el Gobierno.

El PSOE también ha experimentado un giro reseñable en alguna de sus propuestas más ideológicas. Es el caso de la Ley Trans que este martes llega al Congreso y que se va a tramitar gracias a los socialistas. No es la norma transgénero, en cambio, del Ministerio de Igualdad que bloqueaba hasta ahora la Vicepresidencia primera de Carmen Calvo sino que se trata de una iniciativa inspirada en ese proyecto de Irene Montero pero que ha partido de ERC, Junts, Más País, Compromís y Nueva Canarias. Se ha producido, por tanto, un cambio significativo en el socialismo para encarar esta nueva hoja de ruta progresista que se está impulsando.

Sánchez, además, tiene previsto presentar este jueves, en Moncloa, el informe de la Oficina Nacional de Prospectiva, un departamento que dirige Diego Rubio, dependiente de Iván Redondo, y en el que se pondrá negro sobre blanco el proyecto de país que tiene el Gobierno. Moncloa está estudiando también la participación de Pedro Sánchez en una entrevista para poner en contexto y explicar todas estas iniciativas.

Sánchez y Díaz despachan en Moncloa

Toda esta hoja de ruta y calendario está siendo negociado en el seno de la coalición. Son Sánchez y Díaz quienes engrasan directamente la relación. Ya se han visto en dos cara a cara en Moncloa y han participado en una reunión, en formato almuerzo, con las otras tres vicepresidentas, Carmen Calvo, Nadia Calviño y Teresa Ribera. Este tipo de citas en Moncloa son más habituales de lo que se conoce y habrá más. Ya en la etapa de Pablo Iglesias, durante los últimos meses, Sánchez solía citar a los cuatro vicepresidentes a comer en el recinto presidencial para abordar los retos de la coalición. A continuación esa relación entre PSOE y Unidas Podemos se engrasaba en la relación directa ente presidente y exvicepresidente segundo. Y, por último, los acuerdos tenían su reflejo final en los Consejos de Ministros de los martes. Sánchez y Díaz hablan por teléfono prácticamente a diario.

La estrategia sirve para recuperar la iniciativa ante una oleada de encuestas negativas que ya están empezando a salir. En Moncloa cuentan con ellas. Entienden que es "el momento" de Casado tras la contundente victoria de Ayuso. Pero en el PSOE hablan de "azúcar" y se remiten al resultado de las catalanas de febrero. "¿Extrapolamos las elecciones del 14-F?", preguntan. Así lo explica un alto cargo del Gobierno: "Esto es una carrera de fondo, da igual empezar fuerte en los primeros kilómetros, lo que hay que hacer es llegar en cabeza a la meta; y sumar". En el Gobierno también están atentos ante los movimientos que han identificado y que provienen de lo que denominan "el sistema". No todo pero sí un grupo de élites que han puesto el punto de mira en Sánchez por diferentes motivos. Una parte de los llamados "poderes fácticos", en definitiva. Tanto el Gobierno como ese "sistema" ven sombras ante unos meses inciertos.

En este escenario en el Gobierno repiten por activa y por pasiva que quedan treinta y un meses de legislatura. La mirada se encuentra puesta en 2023. En concreto, en el 3, el 10 o el 17 de diciembre de ese año. Son las fechas que se manejan para convocar elecciones. Entre medias deberían llegar los 80.000 millones de Bruselas y el PP va a poner en marcha un férreo marcaje.

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