Sarkozy propone que los refugiados de guerra vuelvan a su país una vez acabado el conflicto

El ex presidente de Francia Nicolás Sarkozy propuso este miércoles en una entrevista al diario 'Le Figaro' que se distinguiera entre refugiados de políticos y refugiados de guerra, y que a éstos últimos se les envíe de vuelta a sus países de origen una vez reestablecida la paz. "A los refugiados políticos tenemos la obligación de acogerlos en nombre de nuestra tradición humanista, a los refugiados de guerra tenemos la obligación de acogerlos solo durante el periodo de conflicto", explicó.

Bajo esta premisa propuso que el Gobierno francés creara un estatus provisional de refugiado de guerra y emitira un visado de duración determinada. Para alcanzar esa meta el ex presidente sugiere crear "centros de retención" a las puertas de Europa y que sean ellos los encargados de gestionar los asilos de guerra o políticos según corresponda.

A este respecto defendió su propuesta alegando que "no viene de una opción ideológica" y advirtió que si no se toman medidas que se ajusten a la realidad se corre "el riesgo de desintegración de la sociedad francesa, entonces será demasiado tarde para llorar lágrimas de cocodrilo por una situación que no afrontamos por cobardía".

Sarkozy también arremete contra las cuotas de demandantes de asilo que los países de la Unión deben aceptar. Asegura que Francia no debería aceptar la cuota hasta que La Unión Europea no acuerde una política migratoria común. "Hay tantas leyes migratorias como estados miembros dentro del espacio Schengen", dijo. Además, insinuó que, debido a que el país cuanta con unas infraestructuras más adecuadas para la acogida de inmigrantes que sus socios europeos, finalmente "los inmigrantes asignados a otros países terminarán indudablemtente aquí".

Lapolítica migratoria de la Unión Europea es, precisamente, el caballo de batalla de Sarkozy para la que solo ve una única solución: "Hace falta una refundación".Afirma que una simple reforma no sería suficiente y que habría que idear un "Schengen II" aunque, "por supuesto, la libertad de circulación de los europeos deber ser un principio inamovible".