Posible bloqueo de las ayudas

España se alía con Alemania para tomar 'represalias' económicas contra Rabat

Bruselas tiene pendiente adjudicar un montante de más de 1.500 millones de euros a Marruecos en forma de ayudas a la cooperación que pueden verse paralizados si los acontecimientos no mejoran.

Sánchez con Merkel y Macron. El Gobierno español desconfía del apoyo que pueda prestar a España el eje Berlín-París en un próximo futuro
España se plantea un frente común con Alemania para ‘represaliar’ a Marruecos en la UE.
EFE

No será por falta de advertencias. La contraofensiva marroquí en respuesta a la acogida por parte de España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, está teniendo un primer episodio en el frente migratorio. No será el único. A las continuas oleadas de personas que tratan de llegar a territorio español a través del espigón fronterizo de Tarajal se unen otras escenas que recuerdan a la Marcha Verde en Castillejos o en Melilla, donde también se han producido intentos de asalto a la valla que separa a las dos fronteras más desiguales, en términos económicos, del mundo.

Como bien reza la máxima geopolítica: a cada acción le debe corresponder una reacción. Sólo así puede interpretarse la declaración institucional realizada por el presidente del Gobierno en la que advertía directamente a Marruecos de su intención de defender “la integridad territorial de España con todos los medios necesarios”. La firmeza con la que Sánchez ha actuado sólo se puede explicar por la seria advertencia que los servicios de inteligencia han lanzado a Presidencia del Gobierno y que se resume en una sola frase: “Marruecos va a ir a por todas”.

Desde las 14:00 horas del martes negro que está viviendo la Ciudad Autónoma, todos los poderes del Ejecutivo nacional están centrados en analizar cómo responder de manera efectiva al desafío de Rabat, reafirmar la españolidad de Ceuta y Melilla y elevar el debate a la Unión Europea. Es aquí donde Marruecos tiene mucho más que perder que en un enfrentamiento aislado con España. En este sentido, en el horizonte de ‘represalias’ españolas se baraja la posibilidad de hacer efectivo un frente común con Alemania, con la que la monarquía de Mohamed VI mantiene un pulso cada vez más tenso a consecuencia de la posición germana con respecto al Sahara Occidental. Sobre la mesa estará la aprobación de más de 1.500 millones de euros para Marruecos, dentro del Instrumento de Vecindad, Desarrollo y Cooperación de la UE (IVDI), dotado con 79.500 millones de euros, en el contexto del marco financiero plurianual 2021 - 2027, una partida que españoles y alemanes pueden bloquear si la situación va a más. 

Política de vecindad europea

Este ‘bazuka’ económico de la Unión, incluye la política de cooperación de los 27 con los terceros países y constituye a su vez el brazo económico para que “la UE defienda y promueva eficazmente sus valores e intereses en todo el mundo, al tiempo que apoya los esfuerzos multilaterales a escala mundial”.

Palabrería aparte, el programa de cooperación se organiza en torno a tres pilares: geográfico, temático y de respuesta rápida. En el primero de ellos es donde Marruecos se juega ni más ni menos que 19.323 millones destinados a la política de vecindad que se repartirán “atendiendo a un equilibrio geográfico” (y político) “adecuado” entre Argelia, Egipto, Israel, Jordania, el Líbano, Libia, Marruecos, Siria, los Territorios Palestinos y Túnez. Otros 3.182 millones irán dedicados a financiar la capacidad de respuesta rápida para la crisis, la prevención de conflictos y la consolidación de la paz.

Es el primero de estos apartados en el que el reino alauita debería recibir fondos europeos directos para paliar situaciones de crisis humanitarias, como la que se vive actualmente en Ceuta, si bien el veto de Alemania y España podría echar al traste sus expectativas.

El momento normativo juega a favor de España. El pasado 17 de marzo el texto transaccional del IVDI fue refrendado por los representantes permanentes de los Estados miembros de la UE que, a su vez, oficializaban el acuerdo provisional alcanzado el 15 de diciembre de 2020 por la Presidencia del Consejo y los representantes del Parlamento Europeo. En la actualidad, el texto está siendo sometido a la revisión de los juristas-lingüistas comunitarios antes de su adopción definitiva, que se espera para junio, aunque el Reglamento se aplicará con efecto retroactivo a 1 de enero de 2021.

Una vez aprobado el marco común, la Unión procederá a firmar los tratados y acuerdos que desarrollen y comprometan el gasto asignado a cada uno de los países. Es en este momento en el que España junto a países también agraviados por Marruecos, como Alemania, podrían poder “todos los obstáculos posibles” para que lleguen a las arcas de Rabat. Fuentes comunitarias consultadas valoran el montante total que podría recibir Marruecos, en caso de normalidad diplomática, en una cifra por encima de los 1.500 millones de euros en los diferentes programas que dispone la Unión y siempre en un marco plurianual de seis años.

Un frente común

Las autoridades marroquíes estiman en 3.500 millones de euros el dinero que necesitarían para la lucha contra la inmigración ilegal, es decir, poder parar en su frontera los flujos migratorios procedentes del África Subsahariana. Este hecho hace que los marroquíes se hayan convertido en el tercer país beneficiado por la UE en materia migratoria, un dato que no gusta del todo en Berlín, máxime teniendo en cuenta la precariedad diplomática en la que se encuentra con el gobierno marroquí a consecuencia de su posición en el Sahara Occidental.

En el pasado, la estrategia diplomática de Angela Merkel se ha centrado en ‘mostrar la conveniencia’ de que los marroquíes bajen el tono para poder acceder a los fondos europeos, como ocurrió en el caso del acceso de los pesqueros comunitarios al caladero sahariano en el que Marruecos permitió la actividad comercial de estos barcos a cambio de un suculento bocado al presupuesto que Bruselas destina a la Política Pesquera Común.

Las mismas fuentes comunitarias aseguran que en el funcionamiento de la Unión Europea es normal que los países afectados por un interés común “operen de mutuo acuerdo para que el reparto de fondos europeos se ajuste a la realidad de las relaciones diplomáticas de cada Estado miembro”. Esta práctica es la que ha permitido en el pasado ver a Francia o Países Bajos aliarse para asegurar fondos europeos para Guayana o a Italia y Grecia ir de la mano en la resolución de los problemas migratorios con Libia o Egipto.

En este caso, la actitud de Marruecos será debatida en el último paso antes de que el nuevo instrumento de vecindad sea aprobado en la máxima institución de decisión de la Unión.

Si en el pasado Berlín y Madrid solían hacer política nacional con el reparto comunitario de la cooperación al desarrollo, en esta ocasión las escasas decenas de metros de la playa del Tarajal pueden suponer el fin del maná europeo que cada año riega las carreteras e infraestructuras palaciegas marroquíes.

Mostrar comentarios