Siete 'bomberos telefonistas' de Oviedo cobraron 118.000 euros en horas extra

Siete bomberos en nómina del Ayuntamiento de Oviedo cobraron 118.000 euros en concepto de horas extra por atender la centralita del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento del consistorio. Pese a que su labor habitual son las emergencias y el salvamento de personas y bienes, los bomberos ovetenses se ven obligados a responder las llamadas de los ciudadanos ante la falta de personal específico para ese cometido.

La Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) ha denunciado una situación que supone que cada efectivo dedicado a las emergencias que ha ejercido como telefonista haya cobrado de media 16.800 euros por encima de su retribución ordinaria. El sindicato señala que las horas extra de estos efectivo se pagan a precio de oro, ya que sargentos y cabos hacen estos turnos de acuerdo a los baremos de sus respectivas categorías.

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Según adelantó el diario La Nueva España, el sindicato de funcionarios ha mostrado su rechazo a una situación inaceptable y, además, pone en duda de la legalidad de que los efectivos cobren dichas horas en función de su categoría y no del puesto desempeñado, pues lo consideran un agravio comparativo respecto a otros empleados del Consistorio ovetense. También pide que ese dinero de las extras se destine a contratar a cuatro o cinco personas para desempeñar la función de telefonista.

Se da la circunstancia de que el actual alcalde de Oviedo de 2015, el socialista Wenceslao López, está jubilado y no tiene salario asignado por su labor en el consistorio, aunque si recibe dietas por valor de 20.600 euros al año, una cantidad que es ligeramente superior a lo que cobran los 'bomberos telefonistas' a su cargo de media por hacerse cargo de la centralita cuando no están atendiendo emergencias.

Las bomberos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento han denunciado en numerosas ocasiones su situación y sus condiciones laborales. El pasado mes de agosto protestaron frente al Ayuntamiento ovetense para que reconociese su categoría profesional y para denunciar el envejecimiento de las plantillas y la escasez de efectivos, incluso para sofocar incendios.