Los siete datos que sitúan a España entre los 'patitos feos' europeos en educación

  • Los avances en la mayoría de los indicadores son lentos. El abandono escolar, el gasto y la formación son las asignaturas pendientes. 
Indicadores negativos de educación
Indicadores negativos de educación
Nerea de Bilbao

En abril de 2012 y con el objetivo de racionalizar el gasto público en un escenario patente de crisis económica, el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, decidía tirar de tijera y recortar en 10.000 millones las partidas en sanidad y educación -7.000 y 3.000, respectivamente-. Aquella decisión, tomada hace ya casi siete años, ha marcado la evolución del gasto en estas dos áreas y ha determinado, todavía a día de hoy, su evolución, que nos ha alejado de Europa.

Pese a que el gasto público en materia educativa lleva cayendo desde hace casi dos décadas, el desplome se aceleró a partir del año 2012. Así queda patente en el anuario estadístico Las cifras de la educación en España, que acaba de de hacer público el Ministerio de Educación y Bienestar Social, y que sitúa la inversión en el ámbito educativo en el 4,22% del Producto Interior Bruto (PIB) casi un punto por debajo de la media europea y muy lejos de los países del norte de Europa.

El determinante gasto en educación, escaso en España con respecto al resto de los países del continente, marca la dinámica de un buen número de indicadores de manera negativa, aunque es innegable la buena evolución en los últimos años de algunos y que también hay cifras que permiten ser optimistas de cara al futuro. Además del gasto con respecto al PIB, en descenso imparable, otros seis parámetros invitan a la reflexión, fundamentalmente el referido al abandono escolar y el vinculado al desequilibrio entre formación y demanda de las empresas, que hace que muchos ciudadanos queden fuera del mercado laboral. 

La reducción de la inversión en educación se ha traducido, entre otras cosas, en un menor gasto por alumno. En una comparativa en la que aparecen la mayoría de los países europeos, excepto Croacia, Suiza y Dinamarca, España no queda en buen lugar y solo supera en este ámbito a los países del Este. Mientras que en nuestro país apenas alcanza los 6.517 euros, la media del continente se sitúa en 7.705 euros, y en ningún nivel, ni tipo de institución -privada o pública- se logra un resultado decente. 

El abandono escolar temprano es uno de los problemas más graves del sistema educativo español, pese a que en la última década se ha reducido drásticamente, 12,5 puntos porcentuales. Según el último dato de Eurostat, solo Malta (18,6%) tiene una tasa superior a España (18,3%), que está a 7,7 puntos porcentuales de la media europea. Es sorprendente la reducción que ha experimentado Portugal, que ha pasado de ocupar el primer lugar en 2007, con un porcentaje de 36,5%, a menos de un 12%.

En el modelo educativo español, a diferencia de los del resto de los países de Europa, juega un papel protagonista la enseñanza privada y concertada, que representa tres de cada diez centros educativos, pero apenas recibe en 14% de la inversión. Ninguna nación del continente tiene un porcentaje similar al de España -excepto Bélgica-, y eso hace que el alumnado en colegios públicos españoles apenas llegue el 68,5%, mientras que en el resto ronda o supera ampliamente el 90%.

8-M: las mujeres en la universidad

El 8 de marzo de 1910 se permitió, por primera vez, que las mujeres es accediesen de forma oficial a la universidad. Casi 109 años después, los avances han sido importantes, ya que suponen el 55,9% de los graduados en educación superior, un porcentaje esperanzador pero que todavía nos deja lejos de la media europea, que se sitúa en el 57,7%, donde están a la cabeza los países bálticos. En ningún campo de estudio de los ocho comparados se logra el aprobado, aunque queda muy cerca en salud y servicios sociales, un aérea en el que la mujer española es protagonista.

Con un porcentaje de paro superior al 14%, para un buen número de españoles encontrar trabajo sigue siendo un gran reto y el nivel educativo juega un papel muy importante. Mientras que la tasa de empleo de los ciudadanos de entre 20 y 34 años graduados en los últimos tres años es en Europa del 80%, en España no llega al 72%. La diferencia se reduce entre los que han terminado la educación superior y se amplia notablemente con respecto a los países del continente -16,2 puntos porcentuales- entre los graduados en educación secundaria segunda etapa.

España también se sitúa a la cola de los países europeos en cuanto formación de sus ciudadanos. El podio lo compartimos con Portugal -que ocupa el primer lugar- y Malta. Más de cuatro de cada diez españoles entre 25 y 64 no han estudiado la segunda etapa de educación secundaria -la tasa duplica la media europea-, mientras que el 22,5% si la han superado y el 36,4% tiene estudios superiores.

Datos que invitan al optimismo

Pese a todo, hay datos que invitan al optimismo, fundamentalmente en lo relativo a las lenguas que se estudian o la escolaridad entre tres y cinco años, una de las mayores de Europa y por encima de la media. Así, el 98% de los niños españoles están inscritos en un colegio a los cinco años y solamente Francia, Irlanda, Reino Unido, Dinamarca, Países Bajos y Holanda superan a España en este indicador, que sin embargo se vuelve negativo entre los 15 y los 17 años.

Tampoco sale mal parada España en cuanto a número de alumnos por profesor. A partir del primer ciclo de primaria, donde se supera ligeramente la media europea, en el resto de los ciclos, incluida la universidad, nuestro país se encuentra por debajo de la tasa promedio del continente. También resulta positivo el porcentaje de lenguas extranjeras cursadas en primaria (1,5), que solo superan Croacia y Luxemburgo y el número de alumnos que aprende un idioma foráneo. En secundaria, el 100% de los estudiantes españoles aprenden inglés y un 41, francés.

Por último, resulta destacable la formación en nuevas tecnologías y el uso de internet por parte de la población de entre 16 y 54 años, que supera la media europea, 98% frente a 97%. Los ciudadanos españoles que tienen niveles medios y superiores en este área rebasan el porcentaje promedio del resto de los países del continente. Pese a todo, los graduados en Ciencia y Tecnología por cada mil habitantes en nuestro país siguen siendo mucho menor que en el resto de la Unión Europea.

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