Sindicato ELA insta a los políticos vascos a abrir una "crisis política"

Bilbao, 12 jul.- El secretario general del sindicato ELA, Adolfo Muñoz, ha calificado hoy de "brutal, despiadado e inhumano" el ajuste anunciado ayer por Mariano Rajoy y ha emplazado a la clase política vasca a "una crisis política real" con el Estado y a no aplicar lo decidido por el Gobierno del PP.

"Txiki" Muñoz ha advertido en Bilbao de que, con los recortes anunciados, el paro y la pobreza van a crecer "mucho más" y ha avanzado que ELA responderá con movilizaciones, de forma "proporcional a la agresión", y para ello está en conversaciones con las organizaciones sindicales y sociales con las que viene trabajando conjuntamente, -entre ellas LAB-.

Refiriéndose al ámbito vasco, el responsable del sindicato mayoritario del País Vasco ha enviado un mensaje a los políticos: "Si pensáis distinto, no lo hagáis".

En su comparecencia ante los medios de comunicación, el sindicalista vasco ha reclamado a los políticos que "no cumplan" con los recortes anunciados en un "ejercicio de soberanía", que, en su opinión, la gente "necesita hoy".

A su juicio, "es imprescindible abrir una crisis política real, cogiendo como referente lo social".

Según ha advertido, "no vale" que con ocasión de la cercanía de las próximas elecciones vascas los políticos se pongan "el disfraz de socialdemócrata", sino que deben "establecer un frente" ante el Estado si de verdad les importa "lo social".

Acompañado de otros responsables del sindicato, "Txiki" Muñoz ha considerado que en el Gobierno está "la derecha pura, la derecha extrema", y ha criticado "el grado de complicidad de la clase política en general para permitir a Rajoy dar la estocada" con las medidas anunciadas.

Ha denunciado también "la manipulación" para "engañar" a los ciudadanos en este asunto, como cuando "se decía que lo que llegue a la banca no tiene condiciones", ha recordado en alusión a la ayuda europea de hasta 100.000 millones para el sistema financiero español.

En opinión de ELA, lo que ocurre en España es cada vez más parecido a lo sucedido en Grecia, Portugal e Irlanda, los países intervenidos por la UE.