La trágica muerte de Marín Núñez: trató de rectificar el picado antes del choque

Fallece un instructor del Ejército al caer al mar el aparato que pilotaba. /EFE
Fallece un instructor del Ejército al caer al mar el aparato que pilotaba. /EFE

A las 9.38 horas de este lunes, un avión C-101 del Ejército del Aire chocaba descontrolado contra el Mediterráneo a pocos metros de la orilla de La Manga del Mar Menor. Horas después, el Ministerio de Defensa confirmaba la muerte del comandante instructor Francisco Marín Núñez, después de que las labores de rescate de los servicios del 112 y la Guardia Civil hallasen restos humanos atribuidos al piloto, el único tripulante de la aeronave. 

Marín acababa de volver de vacaciones, según han confirmado fuentes cercanas a la Academia General del Aire (AGA) de San Javier, por lo que se encontraba en mitad de un vuelo de prácticas parte de la adaptación al vuelo, antes del inicio del nuevo curso en la AGA programado para dentro de dos semanas, donde impartía clases. La experiencia del comandante habla por sí sola, además de su actividad como miembro de la Patrulla Águila, el piloto contaba con más de 3.000 horas de vuelo en reactores y hasta 1.500 con el modelo C-101, que el Ejército reserva para misiones de enseñanza básica avanzada y reentrenamiento.

Las redes sociales se han volcado con el fallecimiento, después de que se difundieran varias grabaciones que muestran cómo sucedió. Estas imágenes registran el momento en el que el aparato choca contra la superficie marina, después de lo que parece un intento fallido, por parte del comandante, de recuperar altura cuando el avión inicia una caída en picado que escapa a su control.

Así lo ha explicado esta tarde José María Alonso, subdirector de la AGA, tras una reunión vespertina de coordinación de los organismos implicados en las labores de rescate, quien ha comentado que a priori Marín habría tratado de "rectificar el picado para no chocar", sin lograrlo. Alonso ha dicho que Marín era el único tripulante de esta nave biplaza que, normalmente, pilotaba con alguno de sus alumnos, y ha indicado que el comandante logró eyectarse antes del impacto del avión. Según ha confirmado, el aparato estaba en la fase final de su vida operativa con 30 años de funcionamiento aunque, y para desterrar conjeturas,  ha asegurado que era "seguro". A este respecto, fuentes del interior de las FAS han asegurado a La Información que, precisamente los aparatos del modelo C-101, "es uno de los pocos equipamientos de los que el Ejército español puede estar orgulloso", las mismas que han explicado que estas aeronaves "dan problemas por viejas".

Las labores de rescate durarán días

La Comisión de Investigación de Accidentes Militares, tampoco se ha aventurado, ya que afirma que aún es pronto para saber si el accidente se debió a un error del piloto o a un fallo mecánico. Información que ha añadido al hilo que el Ministerio de Defensa ha abierto para determinar las causas de la caída de la nave durante estas maniobras. Por su parte, el jefe de Capitanía Marítima de Cartagena, Óscar Villar, que coordina a las cerca de 300 personas de la Armada, el Ejército del Aire, Salvamento Marítimo, Cruz Roja y Protección Civil desplegadas para recuperar los restos del reactor y del instructor, ha admitido que la misión "no es fácil" por el gran esparcimiento de los objetos tras la colisión, y ha anunciado que esta podría ocupar varias jornadas.

Tras confirmar el hallazgo de "restos orgánicos de naturaleza humana" en las playas de La Manga, ha añadido que también se han encontrado la cola y parte del fuselaje a una profundidad de 15 metros, pero que todavía no hay rastro ni de la cabina ni de los motores. Los restos que se encuentren en el mar serán llevados al muelle militar de La Curra, en Cartagena, y los que se hallen en el litoral, a la AGA, donde se realizará el análisis del reactor.

Partes del avión llegaron a la playa Galúa, en la que se respiraba un fuerte olor a queroseno y que fue desalojada de bañistas, junto a las de Monte Blanco, Barco Perdido y Las Sirenas, todas de la parte cartagenera de La Manga y cerradas desde este lunes al baño para facilitar las tareas de rescate cuando no se sabía aún la suerte que había corrido el piloto.

En el operativo, que tendrá que enfrentarse en las próximas horas a una alerta naranja por gota fría, participan cuatro helicópteros, dos dragaminas con sónar de barrido lateral, dos barcos de Defensa y buceadores del Centro de Buceo de la Armada, del Grupo Especialista de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo.

Los forenses desarrollarán un papel crucial dado que este tipo de aeronaves de formación, no incluyen una caja negra. Una vez que estos concluyan la investigación, esta previsto que se oficie un funeral de Estado en la Academia de San Javier.

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