El socio de ACS en el Metro de Barcelona se rinde: no logra que le refinancien

  • John Laing Infrastructure, concesionaria de la Línea 9 del Metro de Barcelona, no descarta buscar vías alternativas para refinanciar su deuda.
El socio de ACS en Metro de Barcelona y una ola de fondos desconfían de Cataluña
El socio de ACS en Metro de Barcelona y una ola de fondos desconfían de Cataluña
L.I.

Tras varios meses expresando su desconfianza sobre la situación en Cataluña, el socio de Florentino Pérez en el Metro de Barcelona, el fondo británico John Laing Infrastructure (JLIF), ha ido un paso más allá y ha confirmado, en su informe anual, las dificultades que tiene para financiarse en esta comunidad por la incertidumbre política. Así, según denuncia Laing, los bancos son reticentes a negociar cambios en las condiciones de créditos otorgados a empresas con negocio, por lo que el fondo británico no descarta buscar otras vías de financiación. "Debido a la continuada incertidumbre política en Cataluña, se ha creado un mercado complicado para la refinanciación. El fondo sigue monitorizando la situación y explora opciones alternativas con los actuales prestamistas", sostiene el informe anual.

Según JLIF, aunque los dos proyectos del Metro que la compañía posee en Barcelona tienen deuda senior a largo plazo, el fondo está encontrado dificultades para refinanciar los préstamos de unos 700 millones de euros entregado a la concesionaria, especialmente aquellos vinculados con el tramo dos de la Línea 9 del Metro de Barcelona, de la que controla el 53,5% de las quince estaciones. Por ello, el vehículo británico admite que "el calendario de refinanciacion ha sido retrasado" y creen "que conforme la estabilidad regrese a la región el apetito de los prestamistas actuales y potenciales volverá". Pese a los buenos deseos y en previsión de un aumento de los costes de financiación, el fondo ha optado por elevar la tasa de descuento con la que valora su participación en el Metro.

El vehículo británico irrumpió en España en diciembre de 2015 con la compra a Iridium, filial de ACS, del 80% en una sociedad que controla el 50% de un tramo en la línea nueve del suburbano de la Ciudad Condal. El grupo dirigido por Florentino Pérez conserva el 20% restante y presencia en los órganos de gobierno de dichas concesiones. Pero la transacción dio al británico la propiedad indirecta sobre el 53,5% en la sección IX de dicha línea de metro y del 13,5% en la sección IV. El valor combinado de ambos proyectos representa un 14,1% de una cartera inversora que se extiende por Reino Unido, EEUU, Canadá o Finlandia.

El tramo dos de la Línea 9 es uno de los que mayores ingresos genera, ya que une el centro de Barcelona con el estadio de Nou Camp y la zona universitaria. Según la Generalitat, en 2016, últimos datos disponibles, ingresó 78,1 millones de euros y logró un beneficio neto de 10,3 millones. Los ingresos de la adjudicación están basados en pagos por disponibilidad con hasta 27 años de plazo restante en la concesión. La línea todavía no está concluida. Sin embargo, según el propio pliego de licitación, tienen hasta 2042 para construir y mantener ese tramo del Metro de Barcelona.

La banca es uno de los sectores que más ha sufrido con la incertidumbre política catalana. Tras el 1-O, según datos del Banco de España, los depósitos disminuyeron en 31.399 millones de euros o el equivalente a ver evaporarse uno de cada seis euros de las sucursales radicadas en la región. Paralelamente, se produjo una fuga de empresas nunca vista en la comunidad. Concretamente, 2.536 compañías trasladaron su sede social. El propio exministro de Economía Luis De Guindos reconoció que Cataluña había perdido cerca de 1.000 millones de euros.

Las agencias de rating relativizan el impacto

A pesar de los datos, las agencias de rating han empezado a relativizar el impacto en la economía española de la situación catalana. Así, S&P elevó hace apenas 15 días un escalón el rating de España, hasta 'A-' con perspectiva positiva y señaló que ni la evolución económica ni presupuestaria de España se han visto obstaculizadas por las tensiones en Cataluña. Según la agencia, tras las últimas elecciones regionales la incertidumbre puede persistir en función del sentido del nuevo Gobierno autonómico, que aún no se ha formado.

En este sentido, para las agencias, el mayor riesgo de crédito es la posibilidad de que las tensiones relacionadas acaben provocando una caída sostenida de la confianza de hogares y empresas, especialmente en Cataluña, aunque recuerdan que la fortaleza del momento que atraviesa el conjunto de la economía española ya compensó a finales de 2017 la debilidad temporal en la región.

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