El socio de Marjaliza niega los 'pelotazos' de Púnica pero reconoce cuentas en Suiza

  • José Luis Cápita admite en la Audiencia que desvió fondos en 'b' de actividades de 1990 y que llegó a participar en 50 sociedades con el constructor.
Marjaliza
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Declaración clave en el caso Púnica. El empresario José Luis Cápita, mano derecha de David Marjaliza en sus negocios en Valdemoro (Madrid), ha dado por válidas en la Audiencia Nacional las conclusiones recogidas en uno de los últimos informes de la Fiscalía Anticorrupción, según las cuáles abrió en Suiza cuentas opacas con parte de los beneficios que obtuvo de sus actividades con el principal acusado del caso.  

El empresario figuró en la querella inicial de Anticorrupción que dio inicio a las pesquisas, hace ahora cuatro años. Sin embargo, se trata de la primera vez que el juez Manuel García Castellón le toma declaración en calidad de investigado puesto que en este tiempo ha estado a la espera de los concluyentes resultados de la comisión rogatoria a Suiza. Al respecto, Cápita ha reconocido ser titular de algunas de estas cuentas opacas (en las que llegó a desviar hasta 715.000 euros) aunque asegura que son fondos procedentes de sus negocios inmobiliarios en la década de 1990. 

Según fuentes presentes en el interrogatorio consultadas por La Información, el socio de Marjaliza ha explicado en su largo interrogatorio que durante ese periodo de tiempo gestionó agencias inmobiliarias y que, efectivamente, hubo cobros que efectuó en negro. No obstante, se ha desvinculado de cualquier irregularidad de la trama asegurando que, aunque ha trabajado mucho con Marjaliza, no conocía al detalle los negocios que ahora están bajo lupa, como por ejemplo, la adjudicación de las obras de metro de Madrid en 2007.

No obstante, ha dicho que las autoridades helvéticas se equivocaban al hacerle figurar como cotitular de algunos de los depósitos junto con el constructor confeso puesto que esas cuantías eran solo suyas. En su informe remitido al juez, Anticorrupción concluyó que ambos dieron inicio en 2008 a un circuito bancario con la apertura de una cuenta en LGT Bank. Incluso llegaron a abrir dos más con fondos procedentes de sociedades en Ginebra, Singapur y Alemania, aunque el origen de los mismos lo sitúan en una 'off shore' en las Islas Vírgenes.

Preguntado por si coincidió en alguna ocasión con Francisco Granados, cabecilla de la trama, Cápita dijo que le conocía de vista pero que no tenía ninguna relación con él. De hecho, insistió durante el interrogatorio que era socio de Marjaliza pero desconocía los negocios que presuntamente se traía entre manos con el expolítico popular puesto que se dedicaba únicamente a firmar los contratos que llegaban a las sociedades participadas por ambos, y que ascienden a más de 50, como es el caso de Vancouver Gestion. 

Respecto a los pelotazos urbanísticos en Valdemoro, Cápita dijo que no tenía conocimientos de construcción sino que se dedicaba a crear sociedades y buscar inversores para dedicarse a operaciones de mayor calado. Pero que, en cualquier caso, no participó directamente en los mismos sino siempre a través de sus mercantiles. Sobre este asunto, el propio Marjaliza confesó a principios de año en sede judicial que pagó comisiones de entre 3.000 y 6.000 euros a políticos de diversos partidos para hacerse con la adjudicación de construcción de viviendas públicas en determinados municipios madrileños.

Pese a la estrecha relación laboral que había entre ambos, Cápita ha explicado que, a día de hoy, la mayor parte de empresas que crearon están en concurso de acreedores aunque todavía comparten titularidad con otras, que en cualquier caso, no están activas. El empresario de Pinto no ha respondido a todas las partes en esta primera citación, por lo que el juez le volverá a llamar para continuar con el interrogatorio. En cualquier caso, escuchará antes al propio Marjaliza que este viernes vuelve a la Audiencia Nacional para seguir declarando por estos hechos.

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