Solo el desafío de la independencia de Catalunya puede forjar un pacto de gobierno PP-PSOE

    • Los expertos aseguran que en España es muy difícil una coalición de gobierno por la falta de cultura de consenso, una historia de enfrentamiento ideológico y ahora por la debilidad del PSOE.
    • El pacto le viene mejor al PP, por ser la fuerza más votada. Una mayoría social aprueba las coaliciones como solución a la crisis política e institucional.
El PP se sitúa 5,7 puntos por delante del PSOE a las puertas de las europeas
El PP se sitúa 5,7 puntos por delante del PSOE a las puertas de las europeas

Un pacto de gobierno entre PP y PSOE resulta muy complicado, primero por la vieja retórica que alude a una brecha ideológica entre la derecha y la izquierda. Las declaraciones del expresidente Felipe González, favorable a una coalición entre socialistas y populares si el país lo necesitara ha abierto el debate sobre las coaliciones en tiempos de crisis e inestabilidad política. Pero el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha zanjado el asunto con el mensaje de que mientras él sea el secretario del PSOE, no habrá pacto con el PP.

En la historia democrática de España no hay precedente de una coalición entre dos grandes partidos para formar Gobierno. En cambio,en Europa hay tradición de pactos entre partidos alejados ideológicamente, sobre todo en centro Europa. EnAlemaniael partido conservador deAngela Merkelestá aliado con los socialdemócratas delSPDdesde finales de 2013. ¿Por qué aquí no es posible? "En España hay una larga tradición de enfrentamiento ideológico que se remonta a la idea de las dos España. Es una discusión que no se ha resuelto. Además, los dos partidos tienen vocación hegemónica de gobernar en solitario", explica Juan Carlos Jiménez, profesor del Instituto de Democracia de la Universidad CEU San Pablo.

Piensa que ahora "sería absurdo" plantear una coalición, puesto que el PP tiene una sólida mayoría absoluta y fortaleza parlamentaria. Otra cosa es que se complicara el pulso soberanista en Catalunya. "Si la situación en esta comunidad acaba generando una crisis nacional, sí podría plantearse como respuesta potente de los dos grandes partidos al desafío independentista", sostiene Jiménez. A su juicio, el expresidente ha lanzado la idea de la coalición para llamar la atención sobre la crisis política en Catalunya. "Es un mensaje claro a los independentistas y una advertencia al PSOE para que sea aliado del PP en este asunto y se forme una gran mayoría frente al sector soberanista".

Diego Armario, periodista y analista político, coincide en que "hay una historia de enfrentamiento entre derecha e izquierda que se remonta a la guerra civil y que aún no se ha superado" y considera que falta una cultura de consenso, con la excepción de la etapa constitucional en la Transición. Además, señala que ha habido políticos que para sobrevivir basaba su acción política en hundir al contrario.

"Lo que hace Felipe González, que es un hombre de Estado, es asegurar que ante el problema de Catalunya y para reformar la Constitución es necesario un gobierno de concentración", incide Armario, para quien el pulso soberanista es "el momento político más grave de la historia reciente, peor que el 23F". Subraya que el desafío soberanista exige un gobierno de concentración nacional que evite que se boicoteen las decisiones del Parlamento.El desplome del PSOE complica un acuerdo

Lacrisis en el PSOE, hundido en las encuestas, sin recuperar la confianza del electorado, dificulta aún más un debate sobre una hipotéticacoalición derecha-socialista."ElPSOE está siendo el gran perjudicadoen eldesgaste del bipartidismoy en la crisis política. Históricamente ha ganado con un discurso más de izquierda. Aunque después, cuando llega al Gobierno, parte de su electorado le ha reprochadouna gestión más liberal", indica Jiménez.

En Alemania, el batacazo de los liberales en las pasadas elecciones abrió la puertaal pacto de Merkel con los socialdemócratas. "Al SPD no le interesa ir en contra de Merkel en cuestiones de gestión, porque eso le relacionaría con fuerzas minoritarias. Hace tiempo que los socialdemócratas dejaron de ser una formación muy de izquierda. Su discurso es moderado, y en esta coalición de gobierno, el objetivo es que se cumplieran elementos esenciales, como el salario mínimo".

Diego Armario piensa que un gran acuerdo penalizaría más al PSOE, que pierde fuerza por la izquierda, votos que se van a IU. "La derecha podría aceptarlo, porque ante unas elecciones, ganaría y por tanto presidiría un gobierno de coalición", dice. En su opinión, para que el PSOE aceptara ese pacto haría falta un liderazgo fuerte y estable.Una mayoría apoya la coalición

¿Cómo se ve en España un gran pacto de Gobierno?José Pablo Ferrándiz, vicepresidente deMetroscopia,asegura que en los sondeos hayuna mayoríaqueapruebe una coaliciónentre los dos grandes partidos. "Pero es algo de aspiración en un momentode crisis política y económica. La gente añora un pocola época de la transición, que se embellecido, y que se percibe como un contexto de encuentro entre los partidos. Se idealiza ese momento", asegura. La coalición se vincula, según explica, comouna salida a la crisis política e institucional,y como una respuesta de Estado ante una hipotética declaración deindependencia de Catalunya.

PP y PSOE se esfuerzan en sus discursos por diferenciarse del otro ideológicamente. "Peroen la gestión no se encuentran grandes diferencias, porque al final intentan gobernar con moderación", afirma Juan Carlos Jiménez.

El electorado parece percibir similitudes entre los dos grandes partidos, a la vista delascenso de alternativas como IU y UPyDy lasmovilizaciones en redes sociales.Muchos votantes culpan a ambos partidos de los sacrificios y el deterioro de los servicios sociales en la crisis.

Para Juan Carlos Jiménez, lacaída del bipartidismotiene que ver sobre todo con lacrisis en el PSOE: "El PP ha perdido mucho apoyo como desgaste de ser el partido de Gobierno y las medidas impopulares y duras. Peroen el PSOE, el problema es que la izquierda es heterogénea y está fragmentada. Ve que se le van bases hacia la izquierda".

La travesía del desierto del PSOE la han vivido otras formaciones socialistas europeas. Por ejemplo, el Partido Socialista francés, que hasta la llegada de Hollande pasó por momentos de división y pérdida de liderazgo, aunque ahora el presidente cuente con un enorme desgaste y su impopularidad no pare de ascender.

"Al PSOE solo le puede salvar un nuevo liderazgo, aunque por ahora los nombres que suenan no tiene un discurso claro. El partido necesita un discurso centrado y un liderazgo fuerte", afirma Jiménez.

El enfado hacia PP y PSOE reducirá la cota delbipartidismo al mínimo históricoen las próximas elecciones europeas del 25 de mayo. Según la encuesta del CIS, los dos partidos lograrían el 64% de los sufragios, frente al 80% de la cita electoral de 2009. La representación sería menor incluso que en 1989.

"Se merecen la pérdida de apoyos tanto PP como PSOE. Habrá un castigo que puede hacerles rectitificar", asegura Diego Armario. Según explica, ley electoral blinda a los dos grandes partidos, pero los casos de corrupción y el revés en las urnas pueden corregir el bipartidismo como se concibe ahora.

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