A la sombra de Clinton y Trump, tres pequeños candidatos buscan un lugar

Son muchísimo menos conocidos que Hillary Clinton y Donald Trump, pero igual de perseverantes: la carrera hacia la Casa Blanca también incluye a Gary Johnson, un candidato libertario; Jill Stein, del Partido Verde; y Evan McMullin, un mormón que entró tarde en campaña.

Consumidor habitual de cannabis y poco conocedor de lo que ocurre en el mundo, el libertario Gary Johnson, de 63 años, pasará principalmente a la historia como el candidato del "momento Alepo".

A finales de agosto, el exgobernador de Nuevo México (1995-2003) tenía 9% de intención de voto, un dato sorprendente para un partido minoritario que los expertos justificaron por la histórica impopularidad de Clinton y Trump. Miles de jóvenes parecían decantarse por él.

Pero el 8 de septiembre fue consultado en televisión sobre la crisis que vive la ciudad de Alepo como consecuencia del conflicto armado en Siria.

"¿Qué es Alepo?", preguntó el político. "¿Bromea, no?", respondió el periodista, que no daba crédito. Johnson salvó la situación, pero el daño ya estaba hecho.

El 28 de septiembre, el candidato y licenciado en Ciencias Políticas fue incapaz de nombrar un solo mandatario extranjero en una nueva entrevista. Después de quedarse un minuto en silencio, logró decir: "Creo que es mi momento Alepo".

Los potenciales votantes se encargaron del resto. La intención de voto para Johnson cayó a 5,2%, según la consultora Real Clear Politics.

El aspirante, que fue republicano durante su mandato como gobernador, está a favor de reducir la intervención del gobierno federal, bajar los impuestos, restringir las operaciones militares en el extranjero y subir la edad de jubilación a los 72 años. En temas sociales, es progresista.

Johnson ya participó en las elecciones presidenciales de 2012, en las que logró 1,3 millones de votos, el mejor resultado para un candidato libertario. Este año se presenta en todos los estados.

Esta ecologista de 66 años quería aprovecharse de la impopularidad de los dos principales aspirantes.

Pero tras una campaña que no ha tenido repercusión, la candidata de los verdes no ha podido erigirse en la tercera vía.

A finales de junio, esta doctora y activista medioambiental tenía un 5% de la intención de voto. Tras la investidura de Hillary Clinton como candidata demócrata, los militantes del ala izquierda del partido, entre ellos seguidores del senador Bernie Sanders, todavía la apoyaban.

Pero la falta de un proyecto claro en una campaña electoral que ha ignorado la situación del medioambiente y el cambio climático, la intención de voto a su favor cayó al 2%.

Stein también se pregunta por segunda vez a la Casa Blanca. En 2012, arropada por el Partido Verde, obtuvo el 0,5% de los sufragios.

El golpe de gracia fue posiblemente obra del mandatario Barack Obama, que hace poco declaró que "votar por un candidato secundario que no tiene posibilidades de ganar es como votar a Trump".

Stein se presenta en 44 de los 50 estados.

Exagente de la CIA, exbanquero y mormón, Evan McMullin, de 40 años, ha conseguido perturbar el duelo que libran Trump y Clinton en su Utah natal, al prometer ser una alternativa a los dos candidatos fuertes para ocupar la Casa Blanca.

"Nunca es tarde para hacer lo que es justo y Estados Unidos merece algo mucho mejor que lo que Donald Trump y Hillary Clinton nos ofrecen", aseguró cuando lanzó su candidatura como independiente en agosto.

"Nuestra campaña no será convencional", prometió.

En Utah, más del 60% de la población es mormona. Los mormones suelen votar al Partido Republicano, excepto en estos comicios después de que uno de sus miembros más prominentes, Mitt Romney, candidato a la presidencia en 2012, criticara con dureza a Trump.

McMullin, que en el pasado también fue republicano, ha logrado dar un giro a la carrera electoral. Impulsado por el lema "Todo menos Trump", tiene el apoyo de la organización Better for America, que defiende las candidaturas rivales a las de Trump y Clinton.

La mayoría de sondeos le conceden en Utah un empate con la demócrata (25,2%) y le sitúan por detrás del republicano (31%).

McMullin se presenta en diez estados, además de Utah.

Si gana en su estado natal, que ha votado a favor de los republicanos desde 1968, se convertirá en el primer candidato independiente en ganar un estado desde el segregacionista George Wallace en 1968.

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