La 'burbuja' de Sotogrande: el paraíso del lujo que pasó de 50 mansiones a 5.000

  • Botín, los Entrecanales, los Alcocer y Villar Mir comparten destino veraniego exclusivo con Ana Rosa Quintana, Eugenia Silva e Isabel Preysler. 
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Dicen que el origen de Sotogrande está íntimamente ligado a Enrique Zóbel, un empresario y primer patriarca de la poderosa familia Zóbel de Ayala. Allá por los años sesenta recibió el encargo de buscar un enclave privilegiado para construir una urbanización de lujo en España por orden de Joseph McMicking, el dueño de la compañía Ayala Corporation. Y lo encontró: un rincón de San Roque a tan solo quince minutos de Gibraltar, con acceso a la costa, situado entre Málaga y Cadiz, cerca del aeropuerto y un clima excelente además de un entorno natural envidiable.

En aquel lugar, entonces virgen, se reunieron Jaime Ortiz Patiño, el rey del estaño, Phillip Oppenheimer, comerciante de diamantes; el director de Nestlé, Helmut Maucher y algunas de las familias más pudientes de la época, los Álvarez Guerra, Garrigues Walker o Vallejo-Nágera, para dar forma e invertir en ese sueño de construir un refugio para gente con poder adquisitivo que buscaran el anonimato. Lograron no solo crear el enclave paradisíaco sino una empresa lucrativa. Sotogrande S. A., la compañía detrás de esta urbanización de lujo, con más de 9.000 metros cuadrados en su haber. La empresa llegó a cotizar en las bolsas de Madrid y Barcelona, aunque el pasado mes de enero Orion, el fondo que controla ahora la sociedad, decidió abandonar el mercado bursátil

En sus inicios apenas había 50 mansiones. Un oasis de lujo con apellidos de financieros y empresarios que llegaban en verano para jugar al golf en un entorno natural en el que nadie les viera, nadie les molestara y no pudieran ser vistos. Allí no había grifos de oro y más que Ferrari se veían Jaguar. Linajes y títulos mandaban. Cuentan en una inmobiliaria de la zona que si lo que buscas es ostentación y vida nocturna, tu lugar es Marbella o Ibiza.

En cambio, en Sotogrande reina el perfil discreto de alta sociedad y de alto nivel; el 'súmmum' del lujo, que se mezcla y relaciona en fiestas privadas, busca tranquilidad y disfrutar del deporte. Aquí las celebraciones se hacen fuera de foco. Sus herederos siguieron la costumbre estival y fueron conformando la ‘tribu’ de Sotogrande que, con los años, se mezcló con nuevas fortunas. Los nobles se unieron a los ricos y se acabó la burbuja.

Hoy, entre la multitud de apellidos anónimos que ocupan las mansiones de la zona, siguen figurando los Botín, los Entrecanales, los Alcocer, los Benjumea, los Mora Figueroa o los Villar Mir, entre otros. La rumorología habla de la casa de Donatella Versace o la de Putin. Quien si ‘residía’ en la zona era uno de sus enemigos, el magnate moscovita de la comunicación y enemigo Vladimir Gusinski, acusado por la fiscalía rusa de una estafa de 240 millones de euros y detenido en su mansión gaditana por ello. También la princesa Golnar Bajtiar. En esta nueva hornada llegaron musas de la televisión como Ana Rosa Quintana, la modelo Eugenia Silva o Inés Sastre e Isabel Preysler. También toreros como El Juli y su mujer Rosario Domecq, el Duque de Alba o Sarah Ferguson son habituales en este Ascot gaditano. También residen aquí políticos, empresarios y abogados de Gibraltar, la flor y la nata de los 'llanitos'.

5.000 viviendas que cotizan como los apellidos

En este oasis de lujo hay más de 5.000 viviendas que cotizan como los apellidos. Aunque Sotogrande ha sufrido vaivenes desde su creación. Informes como el reciente de ‘Vivienda en la Costa’ publicado por la tasadora Tinsa señalan un repunte del mercado inmobiliario en la Costa del Sol, y en la zona en particular. Aquí solo se habla en términos de exclusividad y calidad. Sirva de ejemplo The Seven, un nuevo proyecto para construir siete villas situadas en una de las zonas más altas de Sotogrande con vistas al mar dentro de la urbanización 'La Reserva', diseñadas por siete arquitectos de fama mundial por un valor de entre 14 y 18 millones de euros. No son solo casas, sino experiencias: ellos se encargan desde pagar las facturas o mantener el jardín, chef, reservas…por 5.000 al mes de cuota mensual y podrán disfrutar de instalaciones como un balneario, un lago navegable club de playa…

Primer round del verano

Este año el pistoletazo de salida tuvo lugar el primer fin de semana de julio. 'El Hispania', un barco forjado por Alfonso XIII, y el 'Tuiga', cuyo propietario fue el Duque de Medinaceli, volvía a las aguas de Sotogrande para competir con otras naves de igual prestigio. En tierra, parte de la jet set de nuestro país, la más discreta, avistaba el evento mientras otros participaban en galas y diversas citas. Allí coincidieron acaudalados de Dubai, Israel, Londres, Canadá, Nueva York…entre apellidos de raigambre de la zona y se otorgaron premios como un caldo de la bodega de las hermanas Koplowitz. Se celebraba el memorial Enrique Zobel, un aperitivo del torneo internacional del polo que tendrá lugar en agosto en el Santa Maria Polo Club, propiedad de los Mora Figueroa, una de las mayores fortunas andaluzas. Es la cita de la temporada e ineludible si eres alguien en la zona. En ella participan los príncipes de Brunei, Luis Alfonso de Borbón, Fernando Primo de Rivera, Yago Espinosa de los Monteros, Daniel Entrecanales y Pascual Sáinz de Vicuña, heredero de la familia que trajo a España la Coca Cola. Entre todos forman la élite de los jugadores de polo.

Es la única parte de España donde se juega al polo. Todos los veranos el padre de Margarita Vargas, entre otros, atracan sus yates de lujo con sus caballos para luego jugar al polo aquí. Otros los trasladan en sus aviones fletados para la ocasión. En las pistas de polo se mezclan el aire británico, la maestría argentina y los grandes apellidos andaluces unidos durante siglos al mundo del caballo. La historia de Santa María Polo Club se remonta al primer campo de polo en Sotogrande, la mítica cancha de La Playa, construida en el año 1965 de la mano de Enrique Zobel. Sotogrande es uno de los principales motores económicos del municipio. El Santa María Polo Club genera más de 500 puestos de trabajo directos e indirectos y supone unos 30 millones de euros para la zona en restauración, hoteles y actividades relacionadas con la hípica y la naútica. Es el evento con mayúsculas de esta urbanización de élite, pero el Club busca en la actualidad expansión e inversores para convertir el lugar en el Distrito Equino por excelencia. El golf tiene su hueco y se practica en el Real Club Valderrana, que han pisado algunos como Seve Ballesteros o Tigger Woods; el Club San Roque y el Real Club Golf de Sotogrande.

También ha cambiado su vida nocturna. Sin llegar a desaparecer, las fiestas privadas o las hogueras en la playa entre los ricos herederos han dejado paso a las cenas en los chiringuitos chics. Aunque no tiene la vida nocturna de la vecina Marbella, también hay chiringuitos como ‘El Trocadero Sotogrande’ que no es más que el antiguo club de playa ‘El Cucurucho’ con salida directa al mar y vistas a Gibraltar. Cuenta el escritor Santaella que en la inauguración de 'El Cucurucho', se trajeron a Frank Sinatra. Ahora pertenece al célebre grupo Trocadero, cuyo dueño, Dionisio Hernández-Gil, acumula otros seis establecimientos en la Costa del Sol. Mítico es el 'Club de Playa el Octógono' y el 'Real Club Marítimo de Sotogrande'. También el 'Cancha II' y 'Cancha Tapas', propiedad de Paola Zobel, la bella heredera de los Zobel que contrajo matrimonio allí en 2016 con un afamado jugador de polo.

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